Ansiedad: Entendiendo la respuesta rápida y lenta del cuerpo ante la tensión

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  • Опубликовано: 9 сен 2024
  • Cuando nos enfrentamos a situaciones estresantes o ansiógenas, nuestro cuerpo experimenta una serie de cambios físicos y químicos para prepararse para el peligro. Estos cambios se dividen en dos categorías: la respuesta rápida y la respuesta lenta.
    La respuesta rápida es una respuesta automática del cuerpo que se activa cuando percibimos un peligro inmediato. Esta respuesta se conoce como la "respuesta de lucha o huida", y se caracteriza por la liberación de hormonas como la adrenalina y el cortisol. Estas hormonas nos dan una energía extra para poder huir o enfrentar el peligro, y también aumentan nuestra frecuencia cardíaca y nuestra tensión arterial.
    La respuesta lenta, por otro lado, es una respuesta más prolongada que se activa cuando el peligro ha pasado o cuando estamos en una situación estresante de larga duración. Esta respuesta se caracteriza por la liberación de hormonas como el cortisol, que pueden tener efectos negativos en nuestro cuerpo a largo plazo si están presentes en altas concentraciones durante períodos prolongados de tiempo.
    Es importante tener en cuenta que ambas respuestas son necesarias y útiles en ciertas situaciones. Sin embargo, cuando la respuesta rápida o la respuesta lenta se activan de manera excesiva o en situaciones inadecuadas, pueden contribuir a la ansiedad y al estrés. Por eso es importante aprender a regular nuestras respuestas físicas y emocionales y a gestionar el estrés y la ansiedad de manera saludable.

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