Cosas alegres que sólo pueden decirse con un dejo de tristeza. Sones abajeños que debieran bailarse con fiereza, se transforman en declaratorias elegantes de amor interminable. Tránsito que al puro le es permitido, con la calma de quien no ha caido y la paz del que se sabe correspondido. Con la mirada del primer amor, del anhelo contenido en un diálogo nervioso dispuesto en las manos a entregarse por entero. ¡Estos mágicos michoacanos! cuyos violines acarician pentagramas que fluyen cual parábola divina transformados en fulgores, bailable de nubes. Con hipnótica cadenza tejen el aura del amor por la mujer por la tierra por el aire que se respira sólo cuando lo contienes. y para explicar estas razones transitan por donde la razón se pierde porque sus notas son todas vibrares del alma.
Me atrevo a opinar con su perdón al igual qué grandiosa interpretación es su expresión tan poética e espresiva
Cosas alegres que sólo pueden decirse con un dejo de tristeza.
Sones abajeños que debieran bailarse con fiereza,
se transforman en declaratorias elegantes de amor interminable.
Tránsito que al puro le es permitido,
con la calma de quien no ha caido
y la paz del que se sabe correspondido.
Con la mirada del primer amor,
del anhelo contenido en un diálogo nervioso
dispuesto en las manos a entregarse por entero.
¡Estos mágicos michoacanos!
cuyos violines acarician pentagramas
que fluyen cual parábola divina
transformados en fulgores,
bailable de nubes. Con hipnótica cadenza
tejen el aura del amor por la mujer
por la tierra
por el aire que se respira sólo cuando lo contienes. y para explicar estas razones
transitan por donde la razón se pierde
porque sus notas son todas vibrares del alma.