Entrevista con Lino Camprubí
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- Опубликовано: 28 авг 2024
- He invitado a videoconferenciar a Lino Camprubí para que alivie psicológicamente mi confinamiento y hablemos de su libro que no me he leído mientras despliego mis fobias y sañas y muestro una ignorancia supina sobre su carrera. Hay interesantes informaciones sobre arrozales, uranio, aguacates y cocaína y continuas pausas en las que miramos al vacío por la carestía de flujo de Internet.
He aquí dos hombres prudentes, previsores y poco dados a limpiar el polvo, como se puede ver en el hecho de que ambos tienen estanterías con puertas.
Comenta Jose María Bellido al principio que las anécdotas sorprendentes "no dan para película", que se agotan pronto. Sin embargo, lo que cuenta Lino sobre los narcos dejando la cocaína para dedicarse al aguacate, con las guerras del agua de por medio, bien daría para una spin-off de varias temporadas.
Veo imposible que el resultado no acabara siendo algo parecido a "The Poppy Is Also a Flower" (1966). "The Avocado Is Also a Fruit".
Hace ya años que consulte estas palabras en el diccionario RAE y vi lo pésimas que son estas definiciones.
Recuerdo leer que una académica cubana pedía una mejor definición de estas palabras. Me pareció una ironía que fuera precisamente un cubano el que reclamase a la RAE un trato mejor a la eficiencia.
A propósito del tema del lujo y su necesidad social: hace un año escuché de fondo una conversación en la radio en la que se hablaba de las leyes suntuarias en Roma y, creo recordar, que decían que hubo inspiración en otras en nuestro país más cercanas en el tiempo.
No tengo posición al respecto, pero sería un deleite escuchar a José María Bellido hablar al respecto en alguna disertación futura en la que considere pudiera encajar con la misma.
Uno va viendo vídeos nuevos y viejos alternativamente y se va encontrando con estas agradables tertulias. De ahí mi comentario fuera de tiempo. Un saludo y enhorabuena por su trabajo.
Mi conocimiento de la obra era como la de Jose María; tan solo conocía de Los ingenieros de Franco la portada, la cual, como apuntáis, con un compás tenía mas pinta de masónico que ingenieril. Lo dice un cuasi-ingeniero que habrá tocado un compás un par de veces.
Como se llama el autor de la novela que menciona que consume cocaína en medio de la revolución Rusa.
Le dedicaré una presentación pronto al libro, pero es anónimo.
39:20 Corrección. La periodista le pregunta si no era contradictorio hablar de capitalismo(él estaba haciendo una criticar al capitalismo) vistiendo una corbata de Louis Vuitton y unos zapatos Gucci. Más entrevistas con gente del filomat, muy buenas.
Qué tipo más ramplón es Bellido.
La guerra del aguacate es lo que tiene.
El que no se lleva el agua se lleva el cate.
El entrevistador habla del libro, y de todo lo demás, al pedo. No me extraña el sentido de su voto.
Gracias por expresarse, aun sin la voluntad de hacerse entender.
¿Cuál es la página web que dice en 1:19:30? Gracias
Era esta, pero lamentablemente han retirado esa colección, seguramente por una cuestión de derechos de autor: archive.org/stream/ScienceAndCivilisationInChina/Needham_Joseph_Science_and_Civilisation_in_China_Vol_5-7_Chemistry_and_Chemical_Technology_Military_Technology_The_Gunpowder_Epic
Ya es mala suerte.
La última vez que la usé fue para investigar sobre los juegos de cartas.
Muchas gracias
Qué raro que un profesional de la erudición vana no supiera nada de ello.
¿Quiere contar algún chiste o algo?
José María Bellido Morillas No, en absoluto. No se tome a mal lo de la erudición vana, pero comprenda que hay cierto tipo de individuos, entre los cuales me encuentro, que sienten un rencor incontrolable hacia quienes, como ud., saben tanto; O envidia, no me atrevo a decir que sea sana, no creo que haya una palabra en castellano para expresar el concepto de “envidia sana”. De todas formas, ya que me da la ocasión, quiero decirle que lo he descubierto a ud. a través de Ernesto Castro, y me encanta. Me encanta haberlo conocido, y oiré, escucharé y estudiaré todos sus vídeos. Un saludo.
Lino,por respeto a tu abuelo, no hables con tontos
Escríbale directamente porque aquí no es seguro que le vaya a llegar su ilustrado mensaje.
A ver,
- La pena ni incentiva el delito ni lo hace más lucrativo. Aumentar las penas (o la probabilidad de sufrirlas) equivale a aumentar el coste (del trafico ilegal de drogas, por ejemplo), por lo que contrae su oferta, reduciendo la cantidad transada y elevando su precio. Tampoco lo hace más lucrativo para el traficante, porque aumenta no solo el precio sino también su coste, aunque sea en el margen (dado que esta probada empíricamente que la personalidad del delincuente es propensa a la gratificación inmediata, valorando poco los dolores inciertos que sufrirá en el largo plazo).
- Que el objetivo de una obra de ingeniería sea su funcionalidad, no quiere decir que no tengan que fallar nunca. De hecho, que ninguna obra falle nunca es un signo claro de ineficiencia en la asignación de recursos. Las obras socialmente óptimas son las que se diseñan y ejecutan de forma tal, que el coste (creciente) que supone incrementar su seguridad sea inferior al coste que evita con su fallo esperable (lo que incluye en algunos casos asignar un valor a la vida humana). Por esta misma razón, no hay país del mundo que tenga una dotación de camas de UCI tal que nunca falten camas en ningún evento por improbable que sea. Sorprenderá a algunos enterarse de que -explicita o implícitamente- el Estado necesariamente asigna un valor a la vida humana, que puede determinarse a partir de su decisión de fijar el numero de camas de UCI (pues le son conocidos el coste de agregar camas y los muertos esperados que con ello evita). A la confusión general de eficacia y eficiencia no ha sido poca la contribución del DRAE con su pésima definición de esta última.
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- Lo que ha reducido el hambre en el mundo (tantísimo y en tan poco tiempo) es el crecimiento económico, sacando a la población de la pobreza extrema que la causa. Pensar que la FAO ha contribuido significativamente a este logro, es delirante cuando se conocen los programas de los que se pretende valer para ello: embajadores de la FAO (famosos), TeleFood (conciertos y eventos deportivos), campañas de concienciación, codex alimentarios etc
- Si Venezuela y Singapur se parecen más al cielo o al infierno, no lo deciden los liberales ni los comunistas; ya se ocupa la gente usando los pies: saliendo a la carrera del primero y dándose de leches por poder entrar a vivir en el segundo.
Muchas gracias por los comentarios, tan agudos como siempre. No he visto el vídeo pero me temo que se pueda entender ni remotamente que hablo bien de la OMS. En cuanto a la FAO, yo la he visto porque está cerca de la pirámide de Aulo Cestio, que me parece un edificio mucho más útil. La verdad es que he leído poco sobre propósitos tan loables como la erradicación del hambre, la erradicación de la guerra, etc., porque me parecen lecturas bastante deprimentes por el contraste de la realidad con sus propósitos demasiado optimistas, como en el libro "Un mundo sin hambre" de Orville Lothrop Freeman (es obvio desde la portada que "Un mundo sin hambre", así, sin más, es una apuesta demasiado alta y el final ha de ser por fuerza negativo). ¿Cómo definiríamos entonces eficacia y eficiencia? Me da por pensar en la inteligencia cualitativa y expeditiva de Ramón y Cajal.
El DRAE define eficacia como “capacidad de lograr el efecto que se desea o espera”. No está mal, pero podía ser mejor porque omite el agente (que o quien es lo que tiene esa capacidad). Me parece más acertada por completa la definición del diccionario Oxford: the ability of something, especially a drug or a medical treatment, to produce the results that are wanted. La eficacia es siempre un atributo de un medio en relación a un fin; por ejemplo, de una medicina X en relación a una enfermedad Y. No hay tal cosa como una medicina eficaz, sino eficaz para curar una cierta enfermedad.
En la versión de 1984, era una peor: “virtud, actividad, fuerza y poder para obrar”. No es que no intenten mejorar, es que son torpes o vagos o soberbios o las tres cosas (podrían consultar definiciones en otros idiomas).
La definición de eficiencia en el DRAE es: “Capacidad de disponer de alguien o de algo para conseguir un efecto determinado”; en la versión de
1984, “virtud y facultad para conseguir un efecto determinado”. En mi opinión, la definición antigua hacia eficacia y eficiencia prácticamente sinónimos; la nueva, es un acertijo.
La definición del Oxford: “the quality of doing something well with no waste of time or money”, es bastante mejor, pero no tan buena. La eficiencia es una cualidad económica: la de conseguir un resultado usando los recursos mínimos o óptimos (o alternativamente, la de conseguir el máximo de resultados con unos recursos dados); dicho de otra forma, hacer más con menos.
Falta un último término: efectividad. Como la eficacia no es una cualidad binaria sino de grado (un remedio puede curar a la totalidad de los enfermos, o solo a una parte de ellos; o puede reducir un síntoma en su totalidad o solo parcialmente), la efectividad es una cuantificación de la eficacia, la medida en que el remedio consigue el fin deseado.
La definición del DRAE: “Capacidad de lograr el efecto que se desea o se espera”, o sea, idéntica a la de eficacia (pero sin señalar que entonces serían sinónimos). Una mierda, vamos.
Esta es la definición de los tres conceptos que hace una organización médica inglesa y que me parece clarificado es:
“Efficacy describes the technical relationship between the technology and its effects (whether it actually works), whereas effectiveness concerns the extent to which application of an efficacious technology brings about desired effects.
Efficiency is an economic concept which relates efficacy and effectivness to resource use. Assessment of efficiency is concerned with whether acceptable efficacy and effectiveness are achieved with the most prudent or optimal mix or resources”.
Las obras públicas deben “funcionar” (me espanta la palabra, y creo que la uso usted ayer), si, pero no el 100% de las veces (porque sería ineficiente, y los recursos públicos son limitados). Un puente se diseña para soportar ciertas hipótesis de cargas (especificaciones que define el Estado, aunque las diseñe y construyan empresas privadas), las presas para ciertas avenidas de agua (la maxima más probable en 509 años, creo recordar). Si pasan a la vez una flotilla de camiones cargados de plomo (sea legal o no), el puente se caerá, y si llueve el diluvio universal, se caerá la presa.
En general, si una obra se cae por un mal diseño o una mala ejecución, sería culpa de los proyectistas o constructores, respectivamente. Si aconteció un evento más severo que los considerados en las especificaciones, es responsable el Estado que es quien las define. Pero no necesariamente serían culpables de nada, porque sería un disparate que las obras públicas se hicieran a prueba de eventos de muy improbable ocurrencia.
Con esto no quiero decir que las decisiones del estado sean eficientes (aunque deberían serlo), ni menos aún para defender o acusar de nada a Calatrava, al que no conozco aunque seamos colegas de profesión (más o menos, yo soy ingeniero de caminos, y el ingeniero civil en alguna escuela extranjera). Lo que no comparto es su gusto, que me resulta .... fallero.
La FAO no puede acabar con el hambre en el mundo. Sencillamente porque las herramientas de que dispone no son eficaces para curar la enfermedad (que es la pobreza) y ni tan siquiera para paliar con mucha efectividad uno de sus muchos sintomas (el hambre). Sobre su eficiencia, no tengo elementos de juicio sólidos, pero me temo lo peor siendo un organismo público y multi-todo, con hordas de funcionarios.
Que ya su objetivo sea “erradicar” algo, no augura nada bueno. Una palabra que remite el hambre a la idea de arrancar de raíz una mala hierba, sugiriendo que hay unos responsables malvados a quienes hay que darle su merecido, me parece tan infantil, que no puede venir mas que de la izquierda, que es la que mejor entiende la importancia de la pedagogía, porque al fin y al cabo vivimos en un mundo de niños-viejos.
Me parece que ha hecho usted sin querer un Frankenstein con Aulo Gelio y Cayo Cestio.
@@enriquediaz-rato4170 así es, quise responder junto antes de desconectar o hincar el pico.
La práctica de robar gasolina en los oleoductos mexicanos se llama huachicoleo, interesante término
Práctica donde participa todo mundo: desde los trabajadores de Pemex, las autoridades civiles y policiales y la gente de a pie.
El régimen de Franco, era autoritario, no totalitario
Esa mención a Juan José Linz está un poco descontextualizada.