Alonso, ha sido un verdadero placer adentrarme en esta propuesta. Desde el primer momento, me envolvió su profundidad, como un río sereno que atrapa los sentidos y se desborda en una vibrante alegría. Es una sinfonía de colores que se despliegan. El bajo, con su fuerza, sostiene todo, palpitando con una energía que nos conecta con lo esencial. Emmanuel, con su sutileza, crea una conexión emocional única, dotando a cada acorde de un propósito profundo, como si la música contara una historia entre notas. Y Mardonio… un verdadero guardián de antiguas memorias, que canaliza la tierra y el cielo en sus versos. Sus palabras tienen la textura del barro y la frescura de la lluvia, mientras su toque de locura aporta una magia que convierte esta música en una experiencia única. Juntos han creado un viaje emocional inolvidable.
Hermoso!
Alonso, ha sido un verdadero placer adentrarme en esta propuesta. Desde el primer momento, me envolvió su profundidad, como un río sereno que atrapa los sentidos y se desborda en una vibrante alegría. Es una sinfonía de colores que se despliegan. El bajo, con su fuerza, sostiene todo, palpitando con una energía que nos conecta con lo esencial.
Emmanuel, con su sutileza, crea una conexión emocional única, dotando a cada acorde de un propósito profundo, como si la música contara una historia entre notas. Y Mardonio… un verdadero guardián de antiguas memorias, que canaliza la tierra y el cielo en sus versos. Sus palabras tienen la textura del barro y la frescura de la lluvia, mientras su toque de locura aporta una magia que convierte esta música en una experiencia única. Juntos han creado un viaje emocional inolvidable.
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Maestrazos!