Aprende sobre reservas internacionales de volada con: Jaime Cortina Morfín

Las reservas internacionales son activos denominados en monedas distintas al peso, generalmente, son valores gubernamentales o depósitos de banco, activos muy seguros, que forman parte del balance del banco central. Es bien importante, recalcar que son activos. No es capital, no es riqueza. Y al ser activos, tienen que ser financiados a través de la colocación de algún tipo de pasivo. Y muchos de estos pasivos, son pasivos que pagan una tasa de interés. Por lo tanto, las reservas internacionales, que de alguna manera generan un rendimiento al banco central, también generan un costo en términos de los pasivos que se tienen que emitir para financiarlas. Los bancos centrales mantienen reservas internacionales para varios propósitos. Muy probablemente el más importante de ellos, es para tratar de cubrir desbalances que se pudieran suscitar en la balanza de pagos. Si por alguna razón hay un desbalance en términos de las exportaciones e importaciones, y se necesita de moneda extranjera para cubrirlo, o en la balanza de capitales, en principio, pues el banco central contaría con recursos que podría proveer a la economía, para cubrir esos desbalances. El Banco de México es responsable de administrar las reservas internacionales. Como mencionábamos hace rato, es bien importante que las reservas internacionales estén líquidas. Una de las cosas que sí buscamos es que estos activos sean líquidos y que sean seguros. Como consecuencia de esto somos muy activos participando en los mercados de valores gubernamentales de Estados Unidos, de Europa, de Japón, del Reino Unido, entre otros. Mantenemos parte de nuestras reservas en oro. Y mantenemos parte de estas reservas también depositadas en bancos comerciales, pero con una calificación crediticia alta. Si por alguna razón, hubiese un faltante en dólares, por cualquier tema, el hecho de que el banco central cuente con un stock de moneda diferente a la moneda local, de moneda extranjera, pues le da cierta seguridad a los inversionistas, incluso a las calificadoras de valores.