RUTA DE LOS CASTILLOS (AROCHE) - HUELVA

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  • Опубликовано: 21 янв 2025
  • Con 499 kilómetros cuadrados, Aroche es el segundo municipio onubense de mayor extensión, sólo superado por Almonte.
    Arucci, Turóbriga, Ermita de San Mamés ( • RUTA DE LAS ERMITAS (S... ), Castillo, Nuestra Señora de la Asunción, ribera del Chanza… Estos son algunos ejemplos de la historia y la belleza que encierra Aroche y todo su entorno, situado en el majestuoso Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche.
    Andar por las piedras de sus 62 empinadas calles nos transporta a otras etapas históricas. En la cima, a 438 metros de altura, dominando el núcleo urbano, se encuentra su castillo, mimado y protegido por sus serpenteantes calles. Quizás estemos hablando de su edificio más emblemático.
    A raíz de unas recientes excavaciones realizadas, parece ser que su origen no es almorávide del siglo IX como se pensaba hasta ahora, sino almohade de entre los siglos XI y XII. Se trata de un edificio con mucha historia, no sólo por la cantidad de citas y noticias históricas documentadas sino también por la cantidad de fábricas distintas que se yuxtaponen y superponen, produciendo un puzzle arqueológico y arquitectónico.
    En su mismo solar se levantó un anfiteatro romano mandado a construir en el año 97 por el emperador Nerva Antonio y terminado por Elio Adriano el año 120 de nuestra era, muestra inequívoca de la importancia que tuvo la zona en época romana.
    En el siglo XIII Sacho II de Portugal y la Orden de San Juan del Hospital reconquistaron la zona, y por supuesto el Castillo, pasando a poder cristiano, primero a la corona portuguesa y posteriormente, tras el tratado de Badajoz, a la corona castellana. Se incluiría dentro de la denominada banda gallega, una línea defensiva distribuida por las principales vías de comunicación para defender a la población y guardar los intereses territoriales del Reino de Sevilla frente al Reino de Portugal y las Órdenes Militares.
    El Castillo de Aroche, siguiendo el modelo de fortalezas islámicas de la provincia, atiende a un cuadribugium, cuya planta es casi rectangular, con diez torres, cuatro de ellas en los ángulos y seis más entre los lienzos de muralla. Estas torres son de planta cuadrada o rectangular.
    La fortaleza conserva una puerta de acceso directo que podría corresponder con la primera fase de construcción del Castillo, localizada en el flanco sur, se trata de la llamada “Puerta de la Reina”, con arco de herradura enmarcado en un alfiz rehundido, construida en ladrillo.
    La entrada actual a la fortaleza data del siglo XVIII, con un arco de medio punto y marcada con un pináculo de factura barroca sobre la coronación de la muralla. La fortaleza tiene un trazado irregular, con un perímetro de 273 metros. Se construyó en tapial, a base de mampostería y cintas de ladrillo. Sus muros tienen una altura cercana a los diez metros. Tiene tres puertas de distinta datación, la de Sevilla, Santa Clara y la Santísima Trinidad. Su recinto tiene 98 metros de longitud en dirección sureste-noroeste.
    El Castillo ha sido objeto de varias restauraciones arquitectónicas desde el siglo XX, dándose a partir del 2.001 las actuaciones más actuales, siguiendo el criterio de recomponer el estado original del enfoscado en parte de los lienzos, así como facilitar la lectura de los paramentos, siguiendo su evolución histórica.
    Dentro del recinto amurallado existe una plaza de toros, edificada en 1.802. El mal estado del Castillo llevaría a la pérdida de su función defensiva y posterior abandono. Esto hizo posible que en la plaza de armas del Castillo se construyera la citada plaza de toros aprovechando sus estructuras.
    ¡Cuantos suspiros expirados por Bráfama y Saluquia! Queda claro que no puede existir un castillo medieval sin leyenda.
    Queda palpable en el vuelo la cercanía de la impresionante iglesia tardogótica de Nuestra Señora de la Asunción, fiel compañera de viaje.
    Suspiros los que nosotros dimos después de escuchar las historias de noches estrelladas con palabras y promesas que se susurraban y la brisa serrana se las llevaban. Cuantas veces los amantes por esa puerta pasaron, cuantas veces bailaron con sus manos en la almena más alta. Nosotros quisimos volar y nuestro sueños también lo hicieron.
    Gracias Aroche, graciás Luisi, gracias Mari Carmen. Fueron horas maravillosas con Ángel de copiloto y conductor. El Sr. Aranda de primer contramaestre en vuelo.
    (Nota: algunas imágenes y vídeos han podido ser cedidas por amigos y colaboradores del canal)

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