Estaba esperando por una entrevista sobre este libro, es una verdadera joya las reflexiones estéticas y musicales de un director de la talla de Elliot Gardiner, Me siento contento de que sea en un evento de habla española, hace falta en el mundo hispano mas de este tipo de eventos. Muchas gracias por compartirlo, Salud.
Qué tremendo contraste, escuchar y ver expresándose a un genio como Gardiner, que no necesita buscar las palabras porque le acuden oportunas, generosas, precisas, llenas de vida, y de autenticidad... Frente a un entrevistador totalmente muerto, volcado literalmente hacia su ombligo, centrado sólo en sí mismo, en su erudición y sus preguntas, y que por momentos lo ignora por completo, al punto que Gardiner termina dirigiéndose directamente al público, como si se tratara de una conferencia... Perdón si decirlo suena ofensivo... pero demasiado chocante, una cosa y la otra...
+gradivazoe te recomiendo que investigues sobre Ramón Andrés en internet, su obra y trayectoria, es un sabio de estos tiempos y sus libros aparte de desbordar erudición, logran eso tan difícil que es decir algo complicado de una manera sencilla ypoética
+Carlos Peña, Gracias, mis disculpas por la observación. Es muy probable que sea como dice usted. Precisamente me pareció eso, un erudito... En mi comentario hablaba solamente acerca de algo que me pareció percibir en el curso de la entrevista. Las imágenes grabadas, por lo demás, son tan mentirosas... que resulta un imprudencia sacar de ellas ninguna conclusión.
No pongo en duda los méritos que pueda poseer el señor Andrés en su campo de actividad profesional o creativa. Pero coincido en que en este vídeo su papel de entrevistador resulta censurable por varios motivos. -Una entrevista no es un debate. En una entrevista queremos conocer las ideas del entrevistado, no las del entrevistador. -La presentación ditirámbica del entrevistado puede, como en este caso, abandonar el terreno de la cortesía y adentrarse en los del mal gusto. La sensación de vergüenza ajena se produce aquí cuando al entrevistado se le dan motivos para sospechar que, puesto que lo que se le dice carece de fundamento y es del todo exagerado, se encuentra ante un cretino o le están tomando por uno, capaz de dar crédito a las adulaciones más torpes. Por ejemplo, la frase: «Uno tiene la sensación de que, cuando usted dirige, está teniendo lugar un acontecimiento de la cultura, cosa que raras veces puede decirse.» se tome como se tome el significado de la expresión «acontecimiento de la cultura», no puede ser más que una exageración grosera para Gardiner y aun más para el resto de músicos: existen por lo menos media docena de intérpretes en activo de Bach tan prestigiosos como Gardiner y fácilmente un centenar de intérpretes en general, buena parte de los cuales ha actuado en Barcelona. -Un entrevistador debería tener la capacidad de ser un buen orador y, por lo tanto, de prescindir de leer directamente las preguntas. -También debería estar abierto a que la entrevista vaya generando preguntas que no están en su guión. -En cuanto a los desagrables paladeos, con independencia de si provienen de alguna dolencia o de un vicio del habla, no son aceptables tampoco en un entrevistador -lo serían, por supuesto, si el entrevistado fuese el señor Andrés- porque hablar correcta y agradablemente parece que debería ser una cualidad no suficiente pero sí necesaria del que es encomendado a esta función. De todos modos esta crítica es, por desgracia, extensible para la inmensa mayoría de esa lacra de la cultura española que son los entrevistadores y presentadores de conferenciantes, que suelen dejar perplejos a los ponentes extranjeros. Recomiendo ver las caras que pone Fumarolli durante los veinte minutos de presentaciones a que se ve sometido y la manera en que comienza su intervención tras ellos: «Gracias. Me han presentado ustedes tan gentilmente que casi han pronunciado en mi lugar la conferencia que yo iba a dar. Eso va a hacer mi tarea mucho más difícil.»
@@camilovazquez4113 He visto en Wikipedia qué decía sobre Ramón Andrés, y es una entrada muy pobre. Andrés estudió en la Schola Cantorum Basiliensis, la misma en la que lo hizo Jordi Savall, y fue un concertista apreciado en el repertorio medieval y renacentista, tanto como cantante como laudista. Si lo dejó, fue por motivos ajenos a la música, motivos que corroboran la timidez que se aprecia en este video. Quizá por eso pudiera hablar a veces más de lo que a algunos os gustaría, típica reacción de los tímidos. Por otro lado, esa formación musical se complementa con una preparación en otros campos. Lo que lo hace idóneo para esta presentación en La Pedrera. Además, es una gran persona aunque lo suyo no sea el vender corbatas.
Qué maravilla de libro. Claro que lo recomiendo. Y ya que estamos, también "El mundo en el oído", de Ramón Andrés (ambos en El Acantilado).
Estaba esperando por una entrevista sobre este libro, es una verdadera joya las reflexiones estéticas y musicales de un director de la talla de Elliot Gardiner,
Me siento contento de que sea en un evento de habla española, hace falta en el mundo hispano mas de este tipo de eventos. Muchas gracias por compartirlo, Salud.
Gracias a Vd. por compratir la pasión por la belleza.
Imposible escuchar ni una sola palabra. Hay un ruido constante. Pueden arreglarlo por favor? Gracias de antemano
A Ramón Andrés lo que hay que hacer es leerlo.
35:17 La humildad de un grande, Gardiner
40:15 Una verdad resonante
46:58 Sus recomendaciones.
Por qué tenemos que aguantar la burla de subir una entrevista interesante donde solo se escucha ruidos?
El hombre no puede hablar sin hacer ruidos desagradables?
Qué tremendo contraste, escuchar y ver expresándose a un genio como Gardiner, que no necesita buscar las palabras porque le acuden oportunas, generosas, precisas, llenas de vida, y de autenticidad... Frente a un entrevistador totalmente muerto, volcado literalmente hacia su ombligo, centrado sólo en sí mismo, en su erudición y sus preguntas, y que por momentos lo ignora por completo, al punto que Gardiner termina dirigiéndose directamente al público, como si se tratara de una conferencia... Perdón si decirlo suena ofensivo... pero demasiado chocante, una cosa y la otra...
+gradivazoe te recomiendo que investigues sobre Ramón Andrés en internet, su obra y trayectoria, es un sabio de estos tiempos y sus libros aparte de desbordar erudición, logran eso tan difícil que es decir algo complicado de una manera sencilla ypoética
+Carlos Peña, Gracias, mis disculpas por la observación. Es muy probable que sea como dice usted. Precisamente me pareció eso, un erudito... En mi comentario hablaba solamente acerca de algo que me pareció percibir en el curso de la entrevista. Las imágenes grabadas, por lo demás, son tan mentirosas... que resulta un imprudencia sacar de ellas ninguna conclusión.
No pongo en duda los méritos que pueda poseer el señor Andrés en su campo de actividad profesional o creativa. Pero coincido en que en este vídeo su papel de entrevistador resulta censurable por varios motivos.
-Una entrevista no es un debate. En una entrevista queremos conocer las ideas del entrevistado, no las del entrevistador.
-La presentación ditirámbica del entrevistado puede, como en este caso, abandonar el terreno de la cortesía y adentrarse en los del mal gusto. La sensación de vergüenza ajena se produce aquí cuando al entrevistado se le dan motivos para sospechar que, puesto que lo que se le dice carece de fundamento y es del todo exagerado, se encuentra ante un cretino o le están tomando por uno, capaz de dar crédito a las adulaciones más torpes. Por ejemplo, la frase: «Uno tiene la sensación de que, cuando usted dirige, está teniendo lugar un acontecimiento de la cultura, cosa que raras veces puede decirse.» se tome como se tome el significado de la expresión «acontecimiento de la cultura», no puede ser más que una exageración grosera para Gardiner y aun más para el resto de músicos: existen por lo menos media docena de intérpretes en activo de Bach tan prestigiosos como Gardiner y fácilmente un centenar de intérpretes en general, buena parte de los cuales ha actuado en Barcelona.
-Un entrevistador debería tener la capacidad de ser un buen orador y, por lo tanto, de prescindir de leer directamente las preguntas.
-También debería estar abierto a que la entrevista vaya generando preguntas que no están en su guión.
-En cuanto a los desagrables paladeos, con independencia de si provienen de alguna dolencia o de un vicio del habla, no son aceptables tampoco en un entrevistador -lo serían, por supuesto, si el entrevistado fuese el señor Andrés- porque hablar correcta y agradablemente parece que debería ser una cualidad no suficiente pero sí necesaria del que es encomendado a esta función.
De todos modos esta crítica es, por desgracia, extensible para la inmensa mayoría de esa lacra de la cultura española que son los entrevistadores y presentadores de conferenciantes, que suelen dejar perplejos a los ponentes extranjeros. Recomiendo ver las caras que pone Fumarolli durante los veinte minutos de presentaciones a que se ve sometido y la manera en que comienza su intervención tras ellos: «Gracias. Me han presentado ustedes tan gentilmente que casi han pronunciado en mi lugar la conferencia que yo iba a dar. Eso va a hacer mi tarea mucho más difícil.»
@@camilovazquez4113 He visto en Wikipedia qué decía sobre Ramón Andrés, y es una entrada muy pobre. Andrés estudió en la Schola Cantorum Basiliensis, la misma en la que lo hizo Jordi Savall, y fue un concertista apreciado en el repertorio medieval y renacentista, tanto como cantante como laudista. Si lo dejó, fue por motivos ajenos a la música, motivos que corroboran la timidez que se aprecia en este video. Quizá por eso pudiera hablar a veces más de lo que a algunos os gustaría, típica reacción de los tímidos. Por otro lado, esa formación musical se complementa con una preparación en otros campos. Lo que lo hace idóneo para esta presentación en La Pedrera. Además, es una gran persona aunque lo suyo no sea el vender corbatas.
@@camilovazquez4113 el título dice conversación, no entrevista.
No entiendo que algo de semejante nivel se ofrezca de una forma tan lamentable.. No se escucha nada