5 min 27 dic: Consejo a los jóvenes.
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- Опубликовано: 7 фев 2025
- Consejos a los jóvenes.
Viernes 27 de diciembre de 2024. Lucas 1.39-45.
Terminamos con cuatro consejos para que nuestros jóvenes, solteros o recién casados, vivan vidas que, al igual que María e Isabel sean fructíferas en el reino de Dios:
Primer consejo: Póngase de pie, ande, camine, vaya, busque, corra como María. Lucas nos dice que María se puso en camino y fue de prisa a la montaña, a una ciudad de Judá. Ella tenía gran interés en comprobar lo que el ángel le había dicho respecto a su prima y respecto de ella misma. Usted, al igual que María, tiene fuerzas, iniciativa y vigor. Úselos ahora, ya. No hay nada más decepcionante que ver a jóvenes que miran pasar la vida como meros espectadores. El Eclesiastés nos dice: Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud.
Analice su vida y vaya limpiándola de hábitos, de horarios, de adicciones para que su energía sea bien encauzada.
Segundo consejo: Entre y salude: Lucas nos dice que María “…entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel”. Eso quiere decir que usted tiene que entrar en las casas y en las vidas de otros como instrumento de Dios. Tiene que participar en grupos pequeños de comunión y estudio de las Escrituras. Debe participar de ministerios para servir. Tiene que relacionarse con adultos como María que entró a la casa de Zacarías e Isabel. Allí podrá recibir ánimo y consejo. Salude, mande textos, preocúpese por los adultos porque siempre recibirá de esa interacción un beneficio, una bendición.
Tercer consejo: Sea un canal de alegría y bendición para los demás: Y cuando Isabel oyó el saludo de María, el niño saltó en su seno. Con su sola presencia usted será de ayuda a los demás. No crea que tiene que saber aconsejar, argumentar o predicar para ser efectivo en el reino de Dios. Sencillamente con entrar, saludar, hacerse presente con oídos disponibles usted hará que los demás se alegren, se consuelen y queden en paz.
En una conversación siempre use la regla 80-20, es decir que de cada 100 palabras en la conversación usted solo hable 20 y deje que la otra persona hable 80 palabras. De esa manera los demás quedarán muy conformes con la conversación. De otra manera, si usted habla más que su interlocutor dará la impresión de ser autoreferente y pesado.
Por último, el cuarto consejo es este: Crea, tenga mucha fe. ¡Dichosa tú que has creído! Así le dijo Isabel a Maria. Así le digo yo a usted: dichoso, bendecido, es usted que ha creído en el Señor. En nuestra sociedad hay razones de sobra para descreer, para dudar, para ignorar a Dios, sin embargo usted ha decidido creer y ahondar en su fe.
Los adultos ya hemos andado el camino de la fe y podemos decir que el Señor hasta aquí nos ha ayudado según su promesa. Claro, cuando teníamos su edad teníamos muchas interrogantes, pero a medida que avanzó la vida fuimos disfrutando la fidelidad de Dios. Por eso es que los maduros en la fe miramos para atrás y tenemos por seguro, por experimentado lo que Isabel le dijo a María, que es lo mismo que nosotros les decimos a ustedes: “lo que te ha dicho el Señor se cumplirá”. Quizás este sea el momento de preguntarle al Señor ¿qué quieres de mí, qué harás de mí? Posiblemente dirá usted que Dios nunca le ha hablado, que todo lo que sabe de Dios es por lo que ha leído en la Biblia o ha aprendido en la iglesia. El autor de Hebreos dice “Dios, que muchas veces y de distintas maneras habló en otros tiempos a nuestros padres por medio de los profetas, en estos días finales nos ha hablado por medio del Hijo” (Hebreos 1.1-2). Hoy, todo lo que Dios tiene para su vida lo tiene en y a través de Jesucristo. Le aconsejo que ore y le pida al Señor que le hable, y que le asegure que “todas las promesas de Dios en él (Jesucristo) son «Sí». Y es Dios el que nos confirma con ustedes en Cristo, y es Dios el que nos ha ungido, y es Dios el que también nos ha marcado con su sello, y el que, como garantía, ha puesto al Espíritu en nuestros corazones.” (2 Corintios 1.20-22).
Oremos: Dios todopoderoso, te suplicamos que purifiques nuestra conciencia con tu visitación diaria, para que, cuando venga tu Hijo Jesucristo, encuentre en nosotros la mansión que le ha sido preparada; quien vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.
Maravillosas reflexiones de este verso bíblico !!