La historia real que inspiró la película "El exorcista" | Exorcismo Real | Posesión Demoníaca

Un adolescente de 14 años sufrió un impactante caso de posesión demoníaca: movía objetos con la mente, hablaba en latín, hebreo, arameo, griego, y en lenguas extranjeras, poseía fuerza sobrenatural, levitaba, conocía y decía los pecados ocultos de las personas que lo visitaban, y en su cuerpo se dibujaban palabras y arañazos.
Tras el exorcismo más famoso de la historia del cine se halla un suceso completamente real y sorprendente cuyo protagonista aún vive, oculto en el anonimato. La película "El Exorcista" se inspiró en un caso documentado por la Iglesia. El endemoniado fue en realidad un niño, a quien los investigadores e historiadores llaman, simplemente, Robbie, y al que le sucedieron cosas extraordinarias y para los curas que le custodiaron, incomprensibles. Tanto, como para que las autoridades católicas de Washington y El Vaticano aceptaran que se le sometiera a un exorcismo.
Entonces, ocurrió el suceso que inspiró la película "El exorcista". En pleno ritual, el adolescente se liberó de las ataduras que tenía en los pies y manos, y atacó al padre con un muelle de metal que arrancó de la misma cama, provocándole una profunda herida en el brazo y el hombro, que requirió un centenar de puntos. Herido de gravedad y con mucho miedo, el padre abandonó el exorcismo. Esta agresión es otra de las evidencias en todo este proceso, pues hay certificados médicos y testigos presenciales que la prueban.
Por ello, el padre Bowden retomó y practicó las últimas fases del exorcismo. Hubo una conversación en la que el demonio habló en latín a través del niño, quien con voz grave, profunda, y cavernosa dijo: "Soy satanás ¿Por qué me molestan?", justo cuando le intentaron dar la comunión. Horas después, el niño, en el clímax de los ataques, dijo ver llegar a Jesucristo con vestiduras blancas y con una espada de fuego en la mano venciendo a satanás. A los pocos minutos los presentes escucharon en todo aquel lugar una voz que, con voz de mando, potestad y autoridad, dijo: "¡Satanás, soy el Arcángel Miguel, en el nombre de Dios te ordeno que te marches ya!", tras ello se escuchó un potente sonido como de trompetas en todo el hospital, el cual fue escuchado aún por el personal administrativo que laboraba en aquel lugar. El drama, según los testigos presenciales, las notas de los padres, y el diario, acabó justo en aquel preciso momento.