GORUN EL GUARDIÁN DEL BOSQUE
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- Опубликовано: 17 янв 2025
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Este pequeño cuento infantil, nos deja una bonita enseñanza que hace referencia a la importancia de "No juzgar a los demás por su apariencia, porque a veces, los corazones más grandes y bondadosos se esconden detrás de las formas más imponentes. La verdadera bondad se muestra a través de las acciones, no de las apariencias.
GÓRUN EL GUARDIÁN DEL BOSQUE
Había una vez, en un bosque encantado, un gigante llamado Gorun. Gorun era inmenso, con brazos tan grandes como los árboles más altos y una voz profunda que hacía eco entre las montañas. A pesar de su imponente apariencia, Gorun tenía un corazón lleno de bondad. Su misión en la vida era cuidar del bosque, de los animales y, sobre todo, de los niños que vivían en las aldeas cercanas.
Pero, a pesar de sus buenas intenciones, los aldeanos le temían. Cada vez que Gorun caminaba por el bosque, sus enormes pisadas hacían temblar la tierra, y su sombra oscurecía los caminos. Los niños escuchaban historias de sus padres sobre el “temible gigante del bosque” y corrían a esconderse cuando lo veían acercarse.
Lo que los aldeanos no sabían es que, cada noche, Gorun se paseaba por el bosque, recogiendo las ramas caídas para que los niños no tropezaran cuando jugaban. También ayudaba a los animales heridos, cuidaba de los arroyos y plantaba árboles nuevos para que el bosque siempre fuera un lugar lleno de vida. Gorun amaba el bosque y todos sus habitantes.
Un día, una tormenta muy fuerte azotó la aldea cercana al bosque. Los ríos se desbordaron y comenzaron a inundar las casas de los aldeanos. Los niños no podían salir de sus hogares, y los padres no sabían qué hacer para protegerlos. Pero Gorun, viendo la situación desde lo alto de una colina, decidió actuar.
Con grandes pasos, el gigante llegó a la aldea, levantando árboles caídos y construyendo un muro con piedras para desviar el agua. Trabajó sin descanso hasta que las aguas se calmaron. Los aldeanos miraban sorprendidos y, por primera vez, no sintieron miedo al ver al gigante trabajar.
Cuando todo estuvo bajo control, Gorun se marchó en silencio, pensando que los aldeanos no querrían tenerlo cerca. Pero, para su sorpresa, los niños corrieron tras él. “¡Gracias, gigante!” gritaban. “¡Eres nuestro héroe!”
Desde ese día, los aldeanos dejaron de temer a Gorun. Entendieron que, aunque era grande y fuerte, su corazón era aún más grande. Los niños comenzaron a visitarlo en el bosque, y Gorun les enseñaba sobre las plantas, los animales, y cómo cuidar de la naturaleza. El gigante ya no era temido, sino amado y respetado como el guardián del bosque.
Y así, Gorun siguió cuidando de su amado bosque, de los animales y de los niños, sabiendo que, aunque al principio no lo entendían, su bondad había ganado los corazones de todos.