Cuando un político hace discursos floridos, prosaicos, demagógicos y se centra en el momento previo a la transición, entonces es un individuo egoísta que quiere salvar su pellejo político y, al hacerlo, deja de lado las políticas que aseguran el crecimiento, la innovación y la protección de España. El PSOE es una banda de egoístas y no de políticos y mucho menos de gobernantes.
Cuando un político hace discursos floridos, prosaicos, demagógicos y se centra en el momento previo a la transición, entonces es un individuo egoísta que quiere salvar su pellejo político y, al hacerlo, deja de lado las políticas que aseguran el crecimiento, la innovación y la protección de España. El PSOE es una banda de egoístas y no de políticos y mucho menos de gobernantes.