HIGUERA DE LA SIERRA - HUELVA

Somos unos enamorados de la Sierra de Huelva y cada vez que podemos cogemos las mochilas y tratamos de descubrir, y a veces repetir, los muchísimos y bellos rincones que posee.
En esta ocasión nos dirigimos a Higuera de la Sierra, un pequeño municipio de 1.327 higuereños, situado en un precioso paisaje en la ladera de la Sierra de Santa Bárbara, dentro del Paraje Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche.
La población actual de Higuera de la Sierra dista mucho de los 2.400 habitantes que alcanzó a principios del siglo XX como consecuencia de la exportación de corcho a la industria vinícola del Condado y madera a las minas del Andévalo.
La toponimia de Higuera de la Sierra va unida fielmente a su pasado histórico.
Sus orígenes están vinculados a un cruce de caminos, pues ya en el siglo I pasaba por estas tierras la vía romana descrita en el itinerario Antonino que, procedente de Beja (Portugal), se dirigía a Cortegana y Aracena, para unirse a la vía Pax Iulia, que enlazaba a Híspalis con Emérita Augusta.
Posteriormente, ocupación de la zona por poblaciones beréberes procedentes del norte de África; incorporación a la cora de Beja; incorporación al taifa de Niebla; conquista cristiana del reino de Portugal a través de la Orden del Hospital de San Juan durante el reinado de Sancho II; posterior cesión por Alfonso III de Portugal al rey castellano Alfonso X el Sabio…
A fines del siglo XIII existían tres ventas, llamadas del Higuerón, por situarse junto a una higuera silvestre en el camino hacia Zufre y Sevilla. Éstas fueron creciendo y juntándose hasta constituir el primitivo núcleo de Higuera de la Sierra.
Desde el último tercio del siglo XIV posee concejo independiente y se constituye como villazgo. Sería el emperador Carlos V quien concedió de nuevo el título de villazgo el 18 de septiembre de 1553.
Nos sorprendió muy gratamente el núcleo de población de Higuera de la Sierra, uno de los enclaves urbanos con más encanto y mejor conservado de todo el Parque Natural. Ventanas y balcones con cuidadísimos enrejados y engalanados de flores dan un toque de color a sus estrechas calles empedradas, donde se elevan blancas casas solariegas que encierran el sabor de lo popular. Buena muestra de este considerable patrimonio inmueble se puede observar en el barrio alto, claro ejemplo de la arquitectura rural serrana. Está catalogado como conjunto Histórico Artístico.
Después de realizar el vuelo, como siempre, tomamos algo típico del lugar, en este caso la tradicional empanada, un variadito de productos del cerdo ibérico y gazpacho de invierno, y cómo no, un sorbito de aguardiente “Martes Santo” de doble destilación, elaborado en la localidad. A continuación nos dimos un paseo para conocer su patrimonio histórico.
Nos topamos con la Iglesia Parroquial de San Sebastián, con su esbelta torre, de estilo barroco e inaugurada en 1746, levantada sobre las ruinas de otra anterior; la Ermita del Santo Cristo del Rosario, que por su simplicidad y pureza de líneas, es un buen ejemplo de la arquitectura religiosa de la comarca; la Ermita de San Antonio, del siglo XVI, también claro exponente de la construcción popular aplicada a la arquitectura religiosa; la Plaza de Toros, adosada a la Ermita del Santo Cristo, edificada en 1887 sobre otra anterior, con capacidad para 1.500 espectaculares. En ella se celebra el famoso festival taurino a beneficio de la Cabalgata de Reyes; y sus tres famosas fuentes-lavaderos, destacando la bellísima Fuente de Enmedio (las otras dos son la del Cristo y La Fontanilla). En las afueras del núcleo urbano se encuentra la Ermita de la Virgen del Prado, su patrona, y las Cuevas de las Tebas, presidida por la Virgen de Lourdes.
Antes de despedirnos de unos lugareños, les hicimos la promesa de regresar el día 5 de enero próximo para que disfrutemos juntos de su Cabalgata de Reyes, que es una de las manifestaciones sociales y religiosas más importantes de la Sierra y con mayor proyección exterior, con reconocido prestigio en toda España.
Se inició en 1918, cuando tres vecinos de la localidad ensillaron tres caballos, compraron unos caramelos y, vestidos de reyes, desfilaron por las empinadas calles del pueblo.
La cabalgata evolucionó con el tiempo. Se incorporó un caballo más con la estrella de oriente y más tarde vinieron las carrozas con figuras estáticas. En los años setenta la forman figuras animadas, aumentando el número de carrozas.
El pueblo entero se vuelca en la cabalgata; todos se prestan a vestirse y representar las diferentes escenas de la Biblia. Se incorporan animales domésticos (perros, gallinas, corderos, palomas, asnos…).
El cariño de todo un pueblo hace que la Cabalgata de Reyes Magos se convierta en una festividad de espectacular belleza en la Sierra, la cual ha adquirido renombre por méritos propios.
(Nota: algunas y imágenes y/o vídeos han podido ser cedidos por amigos y colaboradores del canal. Siempre sin ánimo de lucro).