El situacionismo está muerto, finiquitado. Pero la crítica radical del situacionismo, el gesto de esa crítica perdura. Y esta crítica debe ser despiadada con los enemigos y con los amigos. Incluso con el mismo situacionismo. La única paradoja que enfrenta a Godard contra sí mismo es la vida, la historia y la obra de un hombre, llamado Guy Debord. Godard quiso ser un revolucionario total como Debord (como sólo lo puede ser un francés), destruir el cine desde dentro del mismo cine, y llevar esa revolución a la calle y a la historia. La incomodidad de Godard consigo mismo no es todo lo que hizo (sí, es cierto, revolucionó la historia del cine), sino todo lo que no hizo o lo que hubiera querido hacer. Godard hubiera querido ser Debord. No lo fue. El gesto radical no alcanza con cambiar un arte y la historia de un arte, hay que llevarlo más allá; el gesto total hubiera sido encarnarlo en la Historia. Este fracaso es una incomodidad personal, privada, que en parte tiene que ver con su arte y su vida, y en parte lo supera. La obra de Debord en su radicalidad es una puesta en abismo que no tiene parangón; en cambio, la obra de Godard (cierto momento de su vida y obra) en su intento por alcanzar esa radicalidad se queda corto, y debe lo que no alcanzó. Sin embargo, Tout va bien con J-L…
Muy buen analisis. Y con yn ya Godard recien fallecido esta semana, ver este pequeño documental es recomendable.
gran homenaje, muchas gracias ♥
Tremendo documental!
GRACIAS GRACIAS GRACIAS GRACIAS! !!!!!
Excelente!!!! Gracias por el material que produjeron.
Impecable análisis
Excelente! Gracias por este material
El situacionismo está muerto, finiquitado. Pero la crítica radical del situacionismo, el gesto de esa crítica perdura. Y esta crítica debe ser despiadada con los enemigos y con los amigos. Incluso con el mismo situacionismo.
La única paradoja que enfrenta a Godard contra sí mismo es la vida, la historia y la obra de un hombre, llamado Guy Debord. Godard quiso ser un revolucionario total como Debord (como sólo lo puede ser un francés), destruir el cine desde dentro del mismo cine, y llevar esa revolución a la calle y a la historia. La incomodidad de Godard consigo mismo no es todo lo que hizo (sí, es cierto, revolucionó la historia del cine), sino todo lo que no hizo o lo que hubiera querido hacer. Godard hubiera querido ser Debord. No lo fue. El gesto radical no alcanza con cambiar un arte y la historia de un arte, hay que llevarlo más allá; el gesto total hubiera sido encarnarlo en la Historia. Este fracaso es una incomodidad personal, privada, que en parte tiene que ver con su arte y su vida, y en parte lo supera.
La obra de Debord en su radicalidad es una puesta en abismo que no tiene parangón; en cambio, la obra de Godard (cierto momento de su vida y obra) en su intento por alcanzar esa radicalidad se queda corto, y debe lo que no alcanzó.
Sin embargo, Tout va bien con J-L…