CALABAZARES (ALMONASTER LA REAL) - HUELVA

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  • Опубликовано: 21 окт 2024
  • “Cruz bendita y adorada,
    Entre claveles y nardos,
    Te venimos a cantar
    Un fandanguillo aldeano.”
    La Sierra de Huelva, que es una comarca situada al norte de la provincia de Huelva, ubicada en el extremo más occidental de Sierra Morena, se caracteriza por un relieve montañoso de suave ondulación, que actúa de barrera ante las nubes atlánticas, favoreciendo así la abundancia de precipitaciones. Dichas precipitaciones crea un paisaje salpicado de dehesas de encinas y alcornoques, quejigos, castaños, madroños, etc., que ofrecen una variedad cromática tan espectacular en otoño como en primavera, cuando explotan en color junto con la jara, el jaguarzo, el romero, el cantueso y el lentisco.
    En este impresionante entorno nos encontramos, salpicados, pueblos y aldeas; pequeños núcleos de población adaptados al entorno, con casas encaladas y calles empedradas, cada uno de ellos reluciendo con luz propia.
    Uno de estos núcleos es Calabazares, una aldea popularmente conocida como Los Llanos, en el término municipal de Almonaster la Real, a 4 kilómetros de dicha localidad. La citada aldea podemos encontrarla con dos topónimos: Calabazares o La Corte de Calabazares.
    Actualmente son tres núcleos del conjunto polinuclear disperso que forman esta antigua “Corte”: Los Llanos, Las Peñas y La Corte de Arriba.
    Las casas de la aldea de Calabazares son grandes, y aparecen aisladas o en pequeños grupos, con una o dos plantas, muchas de ellas con corrales en su parte trasera. De su arquitectura popular, destacan las chimeneas, las más antiguas, de la primera mitad del siglo XVIII.
    La economía de Calabazares se basa fundamentalmente en las actividades agrarias y ganaderas, facilitadas por numerosos y caudalosos arroyos de su entorno, con la explotación intensa de la fértil vega en la que se asienta. El turismo rural funciona como un recurso importante y de mantenimiento de la aldea.
    No sólo tiene Calabazares el ritual en torno al cerdo ibérico, sino que los frutos de la tierra tienen su propio proceso de elaboración y consumo, heredado de generación en generación durante siglos.
    La Matanza Vegetal define el proceso de recolección de frutas y hortalizas durante el verano en las fértiles huertas de Calabazares. Posteriormente son embotellados y conseguir hacerles el vacío, sin oxígeno, con la técnica casera del “baño María”, así se conserva durante todo el año.
    El producto estrella es el tomate rosa, una de las primeras variedades que llegaron desde América en el siglo XVI, cuando los tomates fueron condenados “por sus formas libidinosas”. Huelga comentar el rumbo que tomó el tomate con posterioridad.
    Calabazares inició en 2005 una celebración de homenaje al hortelano, una figura estrechamente ligada a las 300 huertas que rodean este pequeño poblado y a la vida de la aldea.
    Exposiciones de enseres y aperos de labranza, conferencias, visitas guiadas, degustación de platos típicos (sopa de tomate, boronía, gazpacho...), nombramiento de hortelana y hortelano del año, etc., suelen componer la programación de la Matanza Vegetal.
    Recientemente se ha recuperado en Calabazares la Cruz de Mayo de los Olivos, antigua tradición que dejó de celebrarse en 1936, tras el estallido de la Guerra Civil.
    Tiene lugar la celebración del “romero”, una especie de procesión donde las serranas, ataviadas con el traje típico de serrana, recorren la aldea. Se dirigen a la casa de la mayordoma para recogerla y, acompañadas de sus diputadas, continúan con la entrega de la bandera con el “contorro de la fuente”, llegada a la ermita... Con la ofrenda del romero se bailan y cantan fandangos aldeanos (de Calabazares es originario el fandango aldeano, bailable, elemento fundamental del folklore de esta aldea). El traje típico de estas fiestas en las mujeres se caracteriza por una mezcla estética de lo castellano y el sur: los mantones de manila, enaguas y faldas serranas, las medias “de cuchilla” elaboradas a mano, las flores y lazos en el pelo, lo hacen característico de la zona.
    No podemos olvidarnos de las fiestas patronales en honor de Nuestra Señora de Fátima, el primer fin de semana de agosto, con actividades tradicionales, el “Pescaíto Frito”, bailes, momentos para los menores, actos religiosos, verbena, etc.
    De su patrimonio, aparte del pueblo en sí, destacar la Fuente Vieja de Los Llanos. El manantial de agua subterránea procede de las rocas metamórficas del Barranco de La Parrilla.
    Su pequeña iglesia, encalada, está coronada por una espadaña en el centro, con un vano rematado en forma de arco de medio punto.
    (Nota: algunas y imágenes y/o vídeos han podido ser cedidos por amigos y colaboradores del canal. Siempre sin ánimo de lucro).

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