NIEBLA Y EL RÍO TINTO - HUELVA

Niebla, con su fortaleza, y el río Tinto, una simbiosis cargada de belleza e historia. Para encontrar tal escenario tan solo tenemos que avanzar unos 30 km desde Huelva con dirección Sevilla por la antigua carretera nacional.
En las imágenes se puede apreciar la bella estampa de ambos protagonistas, una perfecta armonía. Ambos se conocen muy bien y la larga y dilatada historia se han encargado de que se quieran y se respeten.
La Ilípula de los tartesios, la Ilipla de los romanos, la Elepla de los visigodos, la Lebla musulmana y la Niebla castellana siempre han tenido gran peso histórico. Y es que su situación geográfica siempre ha sido privilegiada, a caballo entre el río Guadalquivir y el estuario de los ríos Tinto y Odiel, y entre Sierra Morena y la Baja Andalucía.
En la ruta “Ostium fluminis Anae Emeritam usque” del Itinerario Antonino se cita a Ilipla en el recorrido de Onuba (Huelva) a Tucci (Tejada la Nueva), siendo nudo de comunicaciones entre Huelva y Sevilla, así como de Huelva a Riotinto.
Aunque mermada por los avatares de la historia, la ciudad de Niebla posee un rico patrimonio cultural. Aparte del impresionante puente romano que el decurión Marcos dedicó a la diosa Minerva, su estampa más famosa son sus murallas almohades, aunque su origen es tartésico, con 40 torres rectangulares y 5 puertas de acceso (la del Socorro, la del Buey, la del Agua, la del Embarcadero y la de Sevilla). En el interior de la muralla se levanta el Castillo de los Guzmanes, del siglo XV.
Y abrazando esta bella ciudad, capital histórica del Condado de Huelva, su fiel aliado y eterno amigo de aventuras y desventuras, el río Tinto, en ese día bastante enfurecido por las fuertes lluvias caídas días atrás. En un estado natural, a la altura de Niebla el río continúa con sus mejillas rojas.
Y es que este río tan peculiar, aflorado de las profundidades de la tierra, fluyendo y remansado, domesticado y libre, hábitat de organismos extremófilos donde se conjuga el pasado con el presente-futuro, es una de las señas de identidad de esta tierra.
Es precisamente bajo un cerro llamado Salomón, en una cueva abierta (Peña de Hierro) en las entrañas de la Sierra de Padre Caro, a tres km del municipio minero de Nerva y a diez del de Minas de Riotinto, donde nace el manantial de aguas sulfúricas y ferruginosas que da origen al río Tinto.
El río Iberus, Urium, Luxia de antiguas culturas, con sus aguas teñidas de rojo, purpúreas, casi fenicias, encajadas entre laderas verdes, con sus rocas de reflejos metálicos, va abandonando su filosofía inicial cuando va llegando a Niebla. Y es que aguas más abajo, conforme nos vamos acercando a la desembocadura, el color cobrizo y buena parte de la acidez del río van desapareciendo y disipándose con el vaivén de los flujos mareales de las salinas aguas del Atlántico. Se ensancha, desaparecen las pendientes y su caudal crece en volumen, facilitando su navegación, que en tiempos históricos llegó hasta las cercanías de Trigueros y Niebla, de ahí el topónimo “del Puerto” para designar a San Juan del Puerto y Lucena del Puerto.
En las imágenes se pueden apreciar estos inseparables protagonistas. Por esa zona se encuentra la actual línea de ferrocarril Sevilla-Huelva y muchas infraestructuras ferroviarias de la extinta línea minera Riotinto-Huelva.
Paisaje, ciudad, río, historia..., una sinfonía que bien puede describir la belleza.
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Fuente: chriszabriskie....
Artista: chriszabriskie....