Llanto por Ignacio Sánchez Mejías - La cogida y la muerte - Federico García Lorca

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  • Опубликовано: 14 окт 2024
  • Texto:
    A las cinco de la tarde.
    Eran las cinco en punto de la tarde.
    Un niño trajo la blanca sábana
    a las cinco de la tarde.
    Una espuerta de cal ya prevenida
    a las cinco de la tarde.
    Lo demás era muerte y sólo muerte
    a las cinco de la tarde.
    El viento se llevó los algodones
    a las cinco de la tarde.
    Y el óxido sembró cristal y níquel
    a las cinco de la tarde.
    Ya luchan la paloma y el leopardo
    a las cinco de la tarde.
    Y un muslo con un asta desolada
    a las cinco de la tarde.
    Comenzaron los sones del bordón
    a las cinco de la tarde.
    Las campanas de arsénico y el humo
    a las cinco de la tarde.
    En las esquinas grupos de silencio
    a las cinco de la tarde.
    ¡Y el toro, solo corazón arriba!
    a las cinco de la tarde.
    Cuando el sudor de nieve fue llegando
    a las cinco de la tarde,
    cuando la plaza se cubrió de yodo
    a las cinco de la tarde,
    la muerte puso huevos en la herida
    a las cinco de la tarde.
    A las cinco de la tarde.
    A las cinco en punto de la tarde.
    Un ataúd con ruedas es la cama
    a las cinco de la tarde.
    Huesos y flautas suenan en su oído
    a las cinco de la tarde.
    El toro ya mugía por su frente
    a las cinco de la tarde.
    El cuarto se irisaba de agonía
    a las cinco de la tarde.
    A lo lejos ya viene la gangrena
    a las cinco de la tarde.
    Trompa de lirio por las verdes ingles
    a las cinco de la tarde.
    Las heridas quemaban como soles
    a las cinco de la tarde,
    y el gentío rompía las ventanas
    a las cinco de la tarde.
    A las cinco de la tarde.
    ¡Ay qué terribles cinco de la tarde!
    ¡Eran las cinco en todos los relojes!
    ¡Eran las cinco en sombra de la tarde!

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