Tus ojos son la lámpara de tu cuerpo - Lucas

Anteriormente vimos que Jesus se encontraba haciendo muchos milagros, muchas señales que lo acreditaban como el mesías, recientemente había echado fuera un demonio que hacía que la persona fuera ciega y muda (Lucas 11:14 y Mateo 12:22), y la gente se maravillaba, se quedaba asombrada de Jesus, muchos decían “¿Será éste aquel Hijo de David?” (Mateo 12:23), “será este el mesías”, pero los escribas y los fariseos se oponían a Jesús y decían “Por Beelzebú, príncipe de los demonios, echa fuera los demonios” (Lucas 11:15, Mateo 12:24, Marcos 3:22) y otros para tentarle pedían una señal del cielo (Lucas 11:16), para ellos no era suficiente todos los milagros y sanidades que Jesus hacía sino que pedían una señal, algo como mover las estrellas o detener el sol o la luna, no les bastaba con todo lo que Jesus hacía, ellos querían algo que los convenciera, pero aunque un muerto se levantara de su tumba ellos no creerían (Lucas 16:31)
y es que el problema no fue que Jesus no dio suficiente evidencia para que creyeran en él como el mesías, Jesus dio suficiente luz, dio suficientes evidencias, el problema es que ellos no estaban dispuestos a creer en Él aun viendo las evidencias.
Su percepción o forma de ver estaba oscurecida por el pecado