TOLEDO (CASTILLO DE PUÑOENROSTRO)

El castillo de Puñoenrostro es un castillo típico de la Baja Edad Media que se alza sobre una colina a las afueras del núcleo urbano de Seseña, municipio de la provincia de Toledo que se enclava en la comarca de La Sagra.
Construido en el siglo XIV, subsiste este original edificio, del que la torre del homenaje es la mayor parte de su construcción. Además del ancho foso que lo rodea, excavado en el cerro, y de un antemuro, muy destruido, es un cuerpo cuadrado de unos cuarenta metros de lado, con un recinto exterior de casi siete metros de anchura. Doce metros tienen de alto las murallas, ya sin coronamiento, unidas en las esquinas con cuatro torres circulares cuyo remate, algo saliente, apoya sobre originales canes cuadrados. El acceso principal se ubica al este. La puerta se abre al sur entre dos cubillos. En este acceso había un puente levadizo que ahora ha sido sustituido por uno fijo, sobre el foso que rodea al castillo. Al lado opuesto está la torre mayor, que sobresale siete metros fuera del recinto principal y que se eleva, cuadrada y recia, protegida por cubillos en los ángulos, treinta y cinco metros, por dieciocho de lado. Una hilera de canes, en gran parte desaparecidos, sustentaban un almenaje volado.
El castillo de Seseña, como podemos comprobar, se encuentra en buen estado, habiendo sido restaurado recientemente. Aún conserva tres caballerizas subterráneas abovedadas próximas al patio de armas y restos de bóvedas en los pisos de la cuadrada torre del homenaje.
El castillo de Puñoenrostro fue edificado, como hemos comentado, en el siglo XIV como defensa del antiguo caserío de Puñoenrostro en tiempos de nobleza y vasallaje, caserío despoblado desde fecha remota. Posteriormente, en el siglo XV, el rey de Castilla Enrique IV cedió el castillo a Diego Arias Dávila, su secretario, consejero, tesorero real y contador mayor. Sus sucesores, con el reinado de Carlos I, fueron nombrados condes de Puñoenrostro (Puñonrostro), siendo los propietarios del castillo hasta que éste, junto con su dehesa, fue vendido en 1863. En la actualidad, el castillo es de propiedad privada.
Muy cercano al castillo podemos observar parte del caserío de Seseña, nombre que deriva de “Sissus-Sisius-Sisenna-Sesena” o quizá de “asanya”, nombre árabe que significa aceña, población a la que algunos autores le atribuyen un origen etrusco.
A lo largo del siglo XX una incipiente industria iría asentando sus bases hasta nuestros días, donde ha pasado de ser un pueblo eminentemente agrícola a una economía más industrializada y de servicios propio del desarrollo de tantos núcleos próximos a la capital.
Su proximidad a Madrid ha permitido un gran desarrollo urbanístico en los últimos años, pasando a ser un núcleo pequeño y rural de apenas 3.000 habitantes a uno de los más poblados de la provincia de Toledo, con 27.066 habitantes (al 1 de enero de 2021).
En las imágenes podemos apreciar la proliferación de nuevas urbanizaciones, que contribuyen a que el dibujo del caserío de Seseña sea muy peculiar, conformado por cinco núcleos de población: Seseña Viejo, Seseña Nuevo, La Estación, Vallegrande y El Quiñón.
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