¡¡¡Carta a mi Niña amada!!!

Mi niña amada, Selene Rocío Santamaría
Sánchez
“Voy a comenzar diciéndote que confío en ti, creo en ti plenamente desde el día que llegaste al mundo y con un grito de guerrera nos saludaste a Mamá y a Papá. Creo en ti desde el primer instante en que te vi y te tuve entre mis brazos y me enseñaste a creer más en mí.
Quiero que sepas que respeto y siempre respetaré tu tiempo y no importa si eres la más grande del salón o la más pequeña, si la que va más rápido o la que va más lento, quiero que vayas siempre a tu ritmo, lo realmente valioso para mí es que tú te sientas feliz en este nuevo espacio, sin complacer a nadie más que a ti misma, que puedas descubrir tus talentos, jugar junto a otros niños tan increíbles como tú, que formarán parte de tu historia de vida, enseñándote, animándote, imitándote, y hasta retándote cada día a mostrar tu ser.
Jamás te comparare con nadie, ni espero notas altas o estrellitas en tus cuadernos, si las recibimos sin duda las celebraremos, pero de no ser así, ten la certeza que lo único que espero es que seas feliz, que juegues, que llegues despeinada de alegría a casa, que aprendas cada día algo nuevo y que todo aquel niño o niña y maestros que tenga la oportunidad de conocerte, aprenda de ti, se maravillen con tus talentos y te brinden el espacio y el respeto para brillar como sabes hacerlo. Tengo la absoluta certeza de que sabrás siempre adaptarte rápidamente, porque llevas contigo el amor y la seguridad que tenemos en ti.
Papi y mami estamos orgullosos de verte crecer, de ver como tus alas van desplegándose y cada día esa confianza y seguridad que juntos construimos, te respaldan en tu desarrollo, estamos felices de todas las mañanas que nos quedamos acurrucaditos contigo, sin importar el tiempo, de no perdernos un segundo de tu crecimiento, de todo lo que hemos aprendido y seguimos aprendiendo de ti, estamos felices de juntos haber dado este paso que representa el comienzo de una nueva etapa para todos y que te permitirá explorar y explotar tus talentos.
Te amamos profundamente mi niña preciosa y vamos a acompañarte cada día de escuela, en cada tarea, en cada aventura, en cada tropiezo y en cada logro, desde hoy, hasta que Dios nos preste vida. De cualquier manera, siempre estaremos para ti, junto a ti; porque nuestro corazón está donde tu estés”.