Je reste surpris par la qualité de l'interprétation dominée traditionnellement par celles d'Eugen Jochum (Maria Stader et Ernst Haefliger) et de Bernard Haitink avec des phalanges de rêve les Bayerischen Rundfunks et le concertgebouw. Ici les choristes, fortement sollicitées comme il se doit, excellent. J'aime en particulier chez les solistes, le soprano. Elisabeth Breuer, plutôt inspiré. Quant à la chef, je la félicite. Voici une des plus belles pages de la musique sacrée et un des sommets de Bruckner. Peu réussissent réellement à nous éblouir dans cette partition. Pourtant Elisabeth Fuchs réussit ce pari. Bravo Maestra !
Wie schön, Dich, liebe Elisabeth da wiederzusehen. Kann mich noch erinnern, wie ich Dich zu einer Krönungsmesse zu Friedl Franz nach Burgau mitgenommen habe als Du noch Studentin warst.
Te Deum Señor, Dios eterno, alegres te cantamos, a ti nuestra alabanza, a ti, Padre del cielo, te aclama la creación. Postrados ante ti, los ángeles te adoran y cantan sin cesar: Santo, santo, santo es el Señor, Dios del universo; llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. A ti, Señor, te alaba el coro celestial de los apóstoles, la multitud de los profetas te enaltece, y el ejército glorioso de los mártires te aclama. A ti la Iglesia santa, por todos los confines extendida, con júbilo te adora y canta tu grandeza: Padre, infinitamente santo, Hijo eterno, unigénito de Dios, santo Espíritu de amor y de consuelo. Oh Cristo, tú eres el Rey de la gloria, tú el Hijo y Palabra del Padre, tú el Rey de toda la creación. Tú, para salvar al hombre, tomaste la condición de esclavo en el seno de una virgen. Tú destruiste la muerte y abriste a los creyentes las puertas de la gloria. Tú vives ahora, inmortal y glorioso, en el reino del Padre. Tú vendrás algún día, como juez universal. Muéstrate, pues, amigo y defensor de los hombres que salvaste. Y recíbelos por siempre allá en tu reino, con tus santos y elegidos. La parte que sigue puede omitirse, si se cree oportuno. Salva a tu pueblo, Señor, y bendice a tu heredad. Sé su pastor, y guíalos por siempre. Día tras día te bendeciremos y alabaremos tu nombre por siempre jamás. Dígnate, Señor, guardarnos de pecado en este día. Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti. A ti, Señor, me acojo, no quede yo nunca defraudado.
Je reste surpris par la qualité de l'interprétation dominée traditionnellement par celles d'Eugen Jochum (Maria Stader et Ernst Haefliger) et de Bernard Haitink avec des phalanges de rêve les Bayerischen Rundfunks et le concertgebouw. Ici les choristes, fortement sollicitées comme il se doit, excellent. J'aime en particulier chez les solistes, le soprano. Elisabeth Breuer, plutôt inspiré. Quant à la chef, je la félicite. Voici une des plus belles pages de la musique sacrée et un des sommets de Bruckner. Peu réussissent réellement à nous éblouir dans cette partition. Pourtant Elisabeth Fuchs réussit ce pari. Bravo Maestra !
Wie schön, Dich, liebe Elisabeth da wiederzusehen. Kann mich noch erinnern, wie ich Dich zu einer Krönungsmesse zu Friedl Franz nach Burgau mitgenommen habe als Du noch Studentin warst.
Te Deum
Señor, Dios eterno, alegres te cantamos,
a ti nuestra alabanza,
a ti, Padre del cielo, te aclama la creación.
Postrados ante ti, los ángeles te adoran
y cantan sin cesar:
Santo, santo, santo es el Señor,
Dios del universo;
llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
A ti, Señor, te alaba el coro celestial de los apóstoles,
la multitud de los profetas te enaltece,
y el ejército glorioso de los mártires te aclama.
A ti la Iglesia santa,
por todos los confines extendida,
con júbilo te adora y canta tu grandeza:
Padre, infinitamente santo,
Hijo eterno, unigénito de Dios,
santo Espíritu de amor y de consuelo.
Oh Cristo, tú eres el Rey de la gloria,
tú el Hijo y Palabra del Padre,
tú el Rey de toda la creación.
Tú, para salvar al hombre,
tomaste la condición de esclavo
en el seno de una virgen.
Tú destruiste la muerte
y abriste a los creyentes las puertas de la gloria.
Tú vives ahora,
inmortal y glorioso, en el reino del Padre.
Tú vendrás algún día,
como juez universal.
Muéstrate, pues, amigo y defensor
de los hombres que salvaste.
Y recíbelos por siempre allá en tu reino,
con tus santos y elegidos.
La parte que sigue puede omitirse, si se cree oportuno.
Salva a tu pueblo, Señor,
y bendice a tu heredad.
Sé su pastor,
y guíalos por siempre.
Día tras día te bendeciremos
y alabaremos tu nombre por siempre jamás.
Dígnate, Señor,
guardarnos de pecado en este día.
Ten piedad de nosotros, Señor,
ten piedad de nosotros.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.
A ti, Señor, me acojo,
no quede yo nunca defraudado.