Visita de Sus Majestades los Reyes a la Aldea Infaltil S.O.S. España

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  • Опубликовано: 2 ноя 2024
  • Sus Majestades los Reyes decidieron compartir hoy, en San Lorenzo de El Escorial, una mañana con los niños y adolescentes que viven en la Aldea de Madrid de la organización Aldeas Infantiles SOS, dedicada a ofrecer a los niños que acoge, que están privados del cuidado parental, una familia, un hogar estable y una formación sólida, adoptando un modelo familiar de carácter universal.
    En esta visita, estuvieron acompañados, entre otras autoridades, por la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz-Ayuso; la Ministra de Educación, Isabel Celáa; la Alcaldesa de San Lorenzo de El Escorial, Carlota López; el Presidente fundador de Aldeas Infantiles SOS de España, Juan Belda, y el Presidente de Aldeas Infantiles SOS de España, Pedro Puig.
    Durante un primer encuentro informativo, en el centro de Aldeas Infantiles SOS en San Lorenzo de El Escorial, el presidente de Aldeas Infantiles SOS les ha explicado que la organización trabaja para proporcionar cuidados alternativos de calidad en un entorno familiar protector a niños y niñas que no pueden crecer con sus padres, ayudándoles a redirigir sus vidas y a romper el ciclo intergeneracional de separación y abandono. Y cuando cumplen la mayoría de edad, les continúa apoyando hasta que alcanzan su plena integración en la sociedad.
    Además les indicó que esta organización apoya a familias en situación de vulnerabilidad para fortalecerlas y mejorar sus condiciones de vida, de modo que puedan cuidar adecuadamente a sus hijos, evitando así la separación familiar con un modelo de trabajo extendido ya en 136 países.
    El Director de la Aldea Infantil SOS de San Lorenzo de El Escorial, Mario Ramos, les informó de que en la Aldea que visitaron don Felipe y doña Letizia se acoge a 46 niños y niñas de entre 5 y 17 años que están privados del cuidado parental; la Comunidad de Madrid ostenta su tutela y Aldeas Infantiles SOS su guarda. Detalló que el perfil de los niños acogidos está cambiando en los últimos años. Está aumentando la edad de ingreso, que se sitúa en torno a los 13 y 14 años, y se está dando un incremento muy considerable en el acogimiento de menores con patologías asociadas (salud mental y discapacidad cognitiva).
    Ramos indicó que la vida de un niño o niña un día cualquiera en la Aldea no difiere demasiado de la de aquellos que viven en hogares normalizados. En San Lorenzo de El Escorial viven 46 niños distribuidos en siete hogares donde normalmente conviven grupos de hermanos.
    “Los días laborables, los niños y las niñas se levantan temprano, se visten, desayunan y les llevamos al colegio. Asisten a varios colegios de la zona. A mediodía vienen a comer a casa. Los mayores, en Secundaria, vuelven solos a la Aldea, mientras que a los más pequeños les vamos a recoger al colegio. Comemos todos juntos, cada uno en su casa, los niños y niñas colaboran para poner y recoger la mesa y comen en familia. Después, tras un rato de descanso, juegos, lectura, etc., comenzamos con los deberes Por la tarde, todos ellos realizan actividades extraescolares fuera de la Aldea. A su regreso, juegan, cenan y se preparan para acostarse. Como una familia normal. Respetamos todas sus necesidades: académicas y de ocio y tiempo libre. Y somos conscientes de la importancia de compartir tiempo con sus iguales y con su familia biológica”.
    Durante el confinamiento detalló “hemos tratado en la medida de lo posible de mantener rutinas y ritmos que son muy importantes para ellos, en especial para los más pequeños. Durante estos meses hemos dedicado mucho tiempo y esfuerzo a apoyarles con sus tareas escolares”.
    La prioridad, durante todo este periodo de confinamiento por la pandemia COVID19, ha sido garantizar el bienestar físico y emocional de los niños y las niñas que viven en la Aldea y normalizar lo atípico de la situación. En un primer momento, según explicó Mario Ramos, se adoptaron una serie de medidas para evitar contagios y reducir la ansiedad que la situación de confinamiento podía producir en los niños y las niñas. Entre ellas, cabe mencionar que varios educadores de la Aldea, de forma voluntaria y siempre bajo el consentimiento previo de los Servicios Sociales, se llevaron a niños a sus propios hogares con el fin de minimizar el riesgo de contagio, garantizando una atención personalizada e individualizada.
    Además, hemos puesto todo de nuestra parte para que pudieran mantener el contacto con sus familias biológicas a través de llamadas telefónicas y videollamadas y esta misma semana hemos empezado las visitas presenciales en la propia Aldea. El plan de contingencia incluyó talleres para que los niños y jóvenes entendiesen la situación especial que estábamos viviendo. Asimismo, los educadores alargaron sus jornadas de trabajo para minimizar los contactos entre personas. Y se reservó una casa para atender posibles cuarentenas.

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