ArqueoUDIMA 8 - 'Arqueología de la Guerra Civil: los vestigios como argumento científico'
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- Опубликовано: 24 май 2016
- "El profesor Dr. Daniel Casado Rigalt entrevista al Dr. Alfredo González-Ruibal: arqueólogo del Instituto de Ciencias del Patrimonio (INCIPIT) del CSIC, que acaba de publicar "Volver a las trincheras". El citado libro contiene un análisis de la Guerra Civil a partir del registro arqueológico. Por primera vez, el autor acomete el desafío de reconstruir los escenarios de la Guerra Civil ahondando en objetos cotidianos que, hasta ahora, habían pasado desapercibidos para la Ciencia"
Música de fondo durante la locución:
"The Time To Run" by Dexter Britain (www.dexterbritain.co.uk)
"The Time To Run (Finale)" by Dexter Britain (www.dexterbritain.co.uk)
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Buen trabajo señores!se agradece el esfuerzo y la dedicación.
Excelente trabajo. No me importa retirarlo como acabo de hacer en mi otra intervención. Nunca sobran los agradecimientos de trabajos y libros como estos, que nos acercan a la única verdad desde el estudio riguroso y las pruebas arqueológicas.
Por lo demás, permitidme un matiz sobre algo que se pasa por alto siempre, y posee una importancia capital. Me refiero sobre el dudoso término (al menos para mí) de Guerra Civil. Me explico:
Todos sabemos que la guerra vino dada por una rebelión militar muy bien estudiada y que sus prolegómenos arrancaban desde mucho antes de las elecciones de febrero del 36, en que se impuso el Frente Popular. Es decir: ¿hablaríamos hoy de guerra civil si no se hubiera fraguado aquella planificada y bien estudiada rebelión? Sin ninguna duda, categóricamente NO. Lo que nos lleva a reflexionar y a concluir que, aunque en este país había problemas sociales (como en muchos otros), no existía un caldo de cultivo de pre guerra ni de eso que se ha dado en llamar "las dos españas", que apuntaran hacia la aparición de un conflicto civil generalizado antes de Julio de 1936. Y lo de después no cuenta, porque se luchaba contra el ejército rebelde, que, por sí sólo no podía constituirse en la "otra España" supuestamente escindida.
Por tanto, nunca se dio un conflicto civil como claramente ocurrió en la Guerra de Secesión norteamericana, en la que los del Norte pretendían la unión del país sin esclavos, y, los del Sur, no querían prescindir de la mano de obra regalada que aportaban los negros cautivos. Aquel sí que fue un caso claro de intereses contrapuestos que (en principio, y sin querer aplicar un reduccionismo extremo) motivaron una guerra civil abierta y bien posicionada.
Pero no fue el caso del 36. La rebelión de los militares, y aunque, a medida que avanzaban, reclutaban a los mozos de las zonas que conquistaban, eso no otorgaba el estatus de "la otra España enfrentada". De hecho, en la Guerra de Secesión citada, existía un claro por qué, una razón que justificaba la guerra entre el Norte y el Sur, pero, ¿cuál era la razón de las pretendidas facciones opuestas en España? Está claro que no existieron como tal en este país. Las razones que arguyen los vencedores eran sólo las suyas, las de los rebeldes, y se podrían haber expuesto y con más fuerza en la época en que más arreciaron las muertes por ETA, que, curiosamente, fue después de morir Franco.
Pero, además, nunca se entendieron como guerra civil cualquiera de las tres contiendas Carlistas, y aquéllas, aunque el trasfondo no era otro que la sucesión borbónica (Carlos por Isabel II, que reinaría al reformar la Ley Sálica, Fernando VII), sin duda, el posicionamiento social a favor de uno o de otra, recordaba mucho más el germen de guerra civil que el inexistente en 1936; entre otras cosas, porque el país no se hubiera decantado por unas elecciones pacíficas en febrero, lo que demostraba la madurez y las pacíficas pretensiones de los ciudadanos de entonces.
Debemos pensar, por tanto, sin interferencias y sin sucumbir a las costumbres que hemos adquirido y que se superponen al pensamiento. La sutileza del término "guerra civil" se oponía al antidemocrático "rebelión", y por eso se acuñó. Alejaba el odioso término del pronunciamiento militar, y añadía un componente exculpatorio de la fuerza ilegítima utilizada, de modo que se abría paso la justificación de tomar parte (el ejército) "por una de las dos españas en liza" (con lo que ellos "no empezaron", y sólo "ayudaron" a solucionar un problema "existente" y a "salvar la patria del caos").
Por eso, porque las palabras también contribuyen a la verdad o a la mentira, conviene aplicarlas como si fueran los huesos que encuentra el arqueólogo y que éste los data en la posición encontrada con escrupuloso rigor, para que -sin modificarlos ni un ápice- nos relaten todo lo ocurrido. Y por eso, hablar de Guerra Civil, supone lo mismo que decir que, el costillar de la vaquilla que encontró Alfredo, era de un homo sapiens o de un bisonte del cuaternario: en cualquier caso estaríamos contribuyendo a instalar la falsedad por lo riguroso y lo cierto.
Sé que esto es muy "fuerte", como se dice coloquialmente, para asimilarlo así se pronto, pero sólo pido reflexionar sobre ello, sin prejuicios. Pues no creo que los golpistas de entonces (mil veces peores que Tejero) merezcan ningún beneficio exculpatorio de lo que realmente fue aquello: una cruel, ilegítima, y auténtica "Rebelión Militar".
Muchas gracias, y espero ansioso más entrevistas como ésta, y más vídeos con nuevos descubrimientos.
¡¡Enhorabuena!!
Salud👏👏👏
Discrepo cuando dice que hay un interés público. Hay un interés de recibir fondos públicos. Todo en torno a la guerra civil tiene tufillo a chiringuito. La mayor prueba de que el inteérs público es bajo es que creo es el único capítulo dedicado a la guerra civil y las visualizaciones son bastante bajas.
Excelente trabajo. Enhorabuena