El forastero misterioso-Mark Twain

Поделиться
HTML-код
  • Опубликовано: 6 сен 2024
  • Audiolibro.

Комментарии • 6

  • @manuelantonioballesterosro7227
    @manuelantonioballesterosro7227 Месяц назад +2

    Muy buena obra y muy buena lectura, logra mantener la atención, nunca se hace monótona, nunca se vuelve un susurro como algunas en las que uno se distrae. Gracias!

  • @teresitacuevas5644
    @teresitacuevas5644 Месяц назад

    Impresionante muchísimas gracias

  • @manuelantonioballesterosro7227
    @manuelantonioballesterosro7227 Месяц назад +1

    "he analizado los millones de vidas probables de Colón y sólo en una existe el descubrimiento de América", antes de Borges plantea eso de los multiuniversos.

  • @Elchicotristedoppelganger
    @Elchicotristedoppelganger  Месяц назад +2

    "Nada existe, todo es un sueño. Dios, el hombre, el mundo, el sol, la luna, la inmensidad estelar. Un sueño, todo un sueño. No tienen existencia. Nada existe salvo el espacio vacío...y tú. Y tú no eres tú. No tienes cuerpo, ni carne, ni huesos, no eres sino un pensamiento. Yo mismo no tengo existencia, no soy más que un sueño, tu sueño, una criatura de tu imaginación. Bastará un instante para que te des cuenta de ello y entonces me borrarás de tus visiones, y yo me disolveré en la nada de la que me formaste. Estoy ya dejando de existir, estoy desfalleciendo, estoy muriendo. De aquí a unos instantes te encontrarás solo en el espacio sin límites, para que vayas y vengas por su soledad implacable sin ningún amigo ni camarada, porque serás por siempre un pensamiento, el único pensamiento existente, inextinguible e indestructible por tu misma naturaleza. Pero yo, tu pobre servidor, te re revelado a ti mismo y te he dado la libertad. ¡Sueña otros sueños y que sean mejores! Qué cosa más extraordinaria que no lo hayas sospechado años ha, siglos, edades, eones. Porque tú has existido, sin compañía de nadie, por todas las eternidades. Qué cosa en verdad extraña que no hayas sospechado que tu universo y sus contenidos eran sólo sueños, visiones, ficciones. Qué extraño, porque como todos los sueños, eran franca e histéricamente disparatados. Por ejemplo, el de un Dios que pudiendo crear con la misma facilidad hijos buenos que malos, prefiriese crearlos malos. Que pudiendo hacerlos a todos felices, no haya hecho ni a uno solo feliz por completo. Que les haya hecho apreciar tanto su áspera vida y que sin embargo se la haya cortado de pronto de manera tan mezquina. Que otorgó a sus ángeles una felicidad eterna sin que la ganasen, exigiendo en cambio a los demás hijos suyos que hiciesen méritos para conseguirla. Que otorgó a sus ángeles unas vidas libres de todo dolor, mientras echaba sobre los demás hijos la maldición de angustias vivísimas y de enfermedades de cuerpo y de alma. Que hablaba de justicia e inventó el infierno, que dispone las normas básicas de la conducta y del perdón multiplicadas por setenta veces siete e inventó el infierno. Que impone a los demás normas morales y no guarda ninguna. Que frunce el ceño ante los crímenes, y que los comete todos. Que creó al hombre sin que nadie se lo pidiese y trata de descargar sobre él la responsabilidad de sus actos, en lugar de hacerlo, como es lo honrado, sobre sí mismo. Y por último, con una torpeza completamente divina, invita a ese pobre y maltratado esclavo a que le rinda adoración. Ahora comprendes ya que todas esas cosas son imposibles como no sea en un sueño. Ahora comprendes que son puros y pueriles despropósitos, creaciones estúpidas de una imaginación que no tiene conciencia de sus monstruosidades. En una palabra: que son sueños, y tú quien los crea. Llevan todas las señales de los sueños, y deberías haberlo advertido antes. Esto que te he revelado es cierto. No existe Dios, ni el universo, ni la raza humana, ni la vida terrenal, ni el cielo ni el infierno. Todo es un sueño, un sueño grotesco y disparatado. Nada existe sino tú. Y tú no eres sino un pensamiento, un pensamiento nómada, inútil, sin hogar, que vagabundea desamparado por el vacío de las eternidades." (Satanás en El forastero misterioso, último relato de Mark Twain, 1916).

  • @manuelantonioballesterosro7227
    @manuelantonioballesterosro7227 Месяц назад +1

    la forma como Satanás comprende el mundo se parece a la crítica que algunos filósofos actuales hacen de la AI. Marcus Gabriel por ejemplo reprocha la ausencia de juicio moral de la IA, y Satanás expresa que es su gran fortaleza.

  • @Elchicotristedoppelganger
    @Elchicotristedoppelganger  Месяц назад +1

    "Es cierto. Conozco a tu raza,. Está compuesta de borregos. Está gobernada por minorías, y sólo muy rara vez, o quizás nunca, por mayorías. Hace caso omiso de sus propios sentimientos y creencias y sigue al puñado de personas que mete más ruido. En ocasiones ese puñado bullicioso tiene razón, y otras veces no, pero no importa. La multitud los sigue. La inmensa mayoría de la raza, tanto si es salvaje como civilizada, es bondadosa en secreto, y se resiste a causar dolor, pero no se atreve a manifestarse tal y como es si hay delante una minoría agresiva y despiadada. Imagínate, una persona de buen corazón espía a la otra, y tiene cuidado de que colabore con lealtad en hechos inicuos que indignan a los dos. Hablando como un experto, me consta que el noventa y nueve por ciento de tu raza era firmemente opuesta a matar a las brujas cuando se agitó por primera vez, hace mucho tiempo, esa idiotez por un puñado de locos beatos. Y hoy en día, al cabo de siglos de que se transmitiera el prejuicio y de una educación estúpida, sólo una persona de cada veinte acosa a las brujas poniendo en ello su corazón. Y, sin embargo, en apariencia, todos los odian y quieren matarlas. Quizá algún día se levanten algunas personas defendiendo lo contrario y serán las que hagan más ruido, quizá incluso un solo hombre audaz que tenga voz gruesa y expresión resuelta lo consiga, y antes de una semana todos los borregos se darán media vuelta y le seguirán, y termine de pronto la caza de brujas. Las monarquías, las aristocracias y las religiones están todas basadas en ese enorme defecto de vuestra raza: la desconfianza que cada uno siente de su vecino, y su deseo, por su seguridad o comodidad, de hacer un buen papel ante sus ojos. Esas instituciones permanecerán siempre, florecerán siempre, os oprimirán siempre. Serán siempre para vosotros un bochorno y una degradación, porque siempre seréis y seguiréis siendo esclavos de las minorías. Jamás hubo un país en que la mayoría haya sido en lo profundo de sus corazones leal a ninguna de estas instituciones. Jamás hubo una guerra justa ni honrosa por la parte de su instigador. Puedo ver un millón de años más allá y esta norma no se alterará ni siquiera en media docena de casos. El escaso puñado de vociferadores, como siempre, pedirá a gritos la guerra. Al principio, con cautela y precaución, el púlpito pondrá dificultades. La gran masa de la nación, enorme y torpona, se restregará los ojos adormilados y se esforzará por descubrir por qué tiene que haber guerra, y dirá, con ansiedad e indignación:Es una cosa injusta y deshonrosa, y no hay necesidad de que la haya. Pero el puñado gritará con mayor fuerza todavía. En el bando contrario, unos pocos hombres bienintencionados argüirán y razonarán contra la guerra valiéndose del discurso y de la pluma, y al principio habrá quien los escuche y los aplauda, pero eso no durará mucho. Los otros ahogarán su voz con sus bramidos, y los contrarios a la guerra irán menguando y perdiendo popularidad. Antes de que pase mucho tiempo verás este hecho curioso: los oradores serán expulsados de las tribunas a pedradas, y la libertad de palabra se verá asfixiada por hordas de hombres furiosos que en sus corazones seguirán siendo de la misma opinión que ellos, igual que al principio, pero no se atreverán a decirlo. Y, de pronto, la nación entera, los púlpitos y todo, recoge el grito de guerra y vocifera hasta enronquecer y lanza a las multitudes contra cualquier hombre honrado que se atreva a abrir la boca. Y por fin, esa clase de bocas acaban por cerrarse. Acto seguido, los estadistas inventarán mentiras de baja estofa, echando la culpa sobre la nación que es agredida, y todo el mundo acogerá con alegría esas falsedades para tranquilizar la conciencia, las estudiará con mucho empeño y se negará a examinar cualquier refutación. De esa manera se irán convenciendo poco a poco de que la guerra es justa, y darán gracias a Dios por poder dormir más descansados después de ese proceso de grotesco engaño a sí mismos".