Capilla de Farruco, en Durazno

Un fortín y una capilla. Un puñado de construcciones derruidas y la versión oral de vecinos, que aseguran que este lugar conserva extraordinarias historias, en tiempos de la América Hispánica.
Hoy, los pastos han ganado terreno y en el interior de la ermita el silencio ha dejado lo suficientemente lejos la ofrenda del cura y la presencia de los feligreses, que compartían un momento de encuentro y celebración.
Camino intentando imaginar cómo fue ese pasado. Unas taperas en piedra, casi devoradas por el paso del tiempo, aseguran que aquí vivió gente, en tiempos turbulentos de escaramuzas, batallas - cómo la recordada de Carpintería - o romerías que el futuro olvidó contar.
Pisar estos campos es encontrarse con parte de la historia, de nuestro pasado, con historias de cuatreros y matreros, allá por los años 1790.
De aquellos tiempos se conserva un cementerio, mientras que un destacamento policial, la escuela N°24, más un caserío, dan tímidas señales que aquí vive gente.
Capilla "Farruco" conserva anécdotas y recuerdos. Memoria dormida de recorridos individuales y colectivos con vecinos que hoy intentan rescatar lo que ya no está, lo que ya pasó.
La versión oral y los historiadores afirman que por estos campos cruzó José Artigas con el éxodo del pueblo oriental. Aquí tuvo su gobierno el Brig. Gral. Juan Antonio Lavalleja. Fue sede de la presidencia de la República del Brig. Gral. Fructuoso Rivera.
Este lugar también es conocido como "las taperas de Oribe; donde vivió el general Ignacio Oribe, hermano del Brig. Gral. Manuel Oribe.
Por estos días, el gobierno departamental de Durazno se encuentra dedicado a la recuperación de este lugar, encarando una serie de mejoras, que puedan devolver parte de la vida que alguna vez tuvo la histórica construcción; que data del año 1792.
Estás estructuras se levantaron en terrenos propiedad de Francisco Rodríguez, apodado "Farruco", un aventurero gallego, que cómo otros tantos de su época fue una suerte de civilizador de la campaña oriental.
Capilla Farruco está ubicada de cruce por el camino San José de las Cañas y Cordobés. Mientras que por la década de 1960 fue refaccionado por Pivel Devoto y Barrios Pintos.
Devolverle la vida a este lugar es, más que homenajear aquel lejano pasado oriental, reparar nuestra historia cultural y patrimonial, en este caso, de lugares perdidos de un país al que le cuesta mucho mirarse en el espejo de la historia y menos aún, mirar hacia ese interior, que todavía tiene mucho por descubrir y contar.