Una canción dolorosa y profunda con la que uno se puede sentir identificado más de una vez. Cantada por una voz prodigiosa con un sentido de la interpretación dramática absolutamente único. Susana Rinaldi tiene ahora unos ochenta años y no ha perdido un ápice de su caudal vocal, y menos aún la fuerza de su canto. Algo infrecuente. La resonancia de su voz, su dicción, su actuación de cada tema, todo la hace un ícono, una leyenda del tango.
Una canción dolorosa y profunda con la que uno se puede sentir identificado más de una vez. Cantada por una voz prodigiosa con un sentido de la interpretación dramática absolutamente único. Susana Rinaldi tiene ahora unos ochenta años y no ha perdido un ápice de su caudal vocal, y menos aún la fuerza de su canto. Algo infrecuente. La resonancia de su voz, su dicción, su actuación de cada tema, todo la hace un ícono, una leyenda del tango.