Cuentos infantiles-El vendedor de alegrías

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Un emocionante y divertido cuento que narra las historias de un mercader que comercia con la alegría. No te lo pierdas y descubre el baile de la rodilla.
El vendedor de alegrías.
Cuenta la historia que hace muchos años en un pequeño pueblo escondido entre las montañas había un rey que siempre estaba de mal humor. Dicen los ancianos que nadie le vio jamás reír.
Los habitantes del pueblo vivían tristes y desanimados. El rey no les dejaba hacer nada para divertirse.
Además de todo eso en aquel pueblo no conocían la música, no había canciones ¿Os imagináis un sitio donde no existan las canciones?, ¿podéis pensar en un lugar donde los cumpleaños no tuvieran canciones y en las fiestas no se escuchase música?
Un día de primavera cuando los campos estaban llenos de preciosas flores de colores apareció un mercader ambulante con su carromato de madera. El mercader entró en el pueblo y todos se giraron al verlo. Su aspecto era extraño. Llevaba un gorro con tres picos de colores, su cara estaba pintada de color blanco y sus ojos y boca de rojo intenso. Vestía pantalón y chaqueta de color negro y una larga capa roja en la espalda. Las manos estaban cubiertas por unos grandes guantes blancos.
El mercader paró el carromato en el centro de la plaza y se bajó. Todos los habitantes del pueblo lo miraban con curiosidad. Ató el caballo a un palo y comenzó a desplegar las maderas que lo cubrían hasta que se convirtió en una tienda donde colgaban los más extraños objetos del mundo.
El mercader se subió en un pequeño escalón y preparando la voz dijo:
-Ejem, ejem…Señoras y señores, Damas y caballeros ante ustedes se presenta el mercader que todo lo encuentra ¿Qué tiene usted problemas en las rodillas? Dígamelo y le vendo una silla ¿Qué el pelo de su cabeza se le ha caído? Con una de mis escobas será recogido.
Poco a poco el mercader fue anunciando todos los objetos y productos que llevaba. La gente se acercaba extrañada y empezaba a preguntar.
- ¿Qué es eso?-Preguntó una anciana. - Es un paraguas que no para el agua, el único en el mundo-respondió el mercader emocionado. - Me lo llevo- Grito la anciana. - Vamos damas y caballeros acercaros y comprad, hay un sinfín de cosas que encontrar, ya sea que estés enamorado o enfermo, aquí tenemos el remedio...."
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