El dueño del lavadero de autos contrató a una indigente por rescatar a su perro. Luego, cuando...

Carolina no tenía a nadie. Eso fue lo que le impidió conservar su dignidad, pero antes había tenido la oportunidad de hacerse no solo rica, sino también famosa. En cambio, se convirtió en una persona que come en los vertederos de basura y tiene miedo de andar por las zonas exclusivas de la ciudad. Intentaba conseguir trabajo al menos como conserje, pero nadie quería contratarla sin papeles, y los escondió en un lugar demasiado seguro. Carolina intentó sacarse nuevos papeles, pero la policía dijo que tendrían que publicar su foto en varios sitios, ya que ella no recordaba nada. Pero Carolina lo recordaba todo, por lo que se marchó de inmediato de la estación de policía. Solo cabía esperar un milagro. Pero cada vez creía menos en los milagros.
Una anciana se detuvo delante de ella. Era pobre, pero iba limpia y cuidadosamente vestida.
-Mira, toma niña -La anciana le entregó cariñosamente un pan y un cartón de leche. Carolina se apresuró a cogerlo todo y dijo:
-Gracias… Le agradezco mucho.