Los Básicos - la mentira

Si el autoengaño es lo que hacemos cuando nos mentimos a nosotros mismos, porque no encontramos en nosotros el valor de afrontar la realidad, las mentiras son herramientas que usamos para controlar la reacción de los demás.
Con frecuencia, se trata de “mentiras piadosas” que emitimos para, teóricamente, evitar hacerle daño a alguien que queremos.
Otras veces, decimos mentiras para evitar una reacción que imaginamos temible de otra persona. Tememos cómo vaya a reaccionar y mentimos para evitar esa reacción lo que, en muchas ocasiones, sólo consigue retrasar dicha reacción y empeorarla. ¿Qué es peor, decirle a alguien algo que no quiere escuchar o mentirle para evitar su reacción, pero traicionando su confianza?
Mucho peor son esas mentiras que decimos con el único objetivo de sacar beneficio propio. Mentiras descarnadas sin justificación alguna, aparte de nuestro egoísmo.
Llama la atención que hay una palabra específica para mentir con el objetivo de obtener rédito político: demagogia.
Hay una ideología política que es, esencialmente, demagógica, porque no puede existir sin mentiras, que es el socialismo. Y no, no todas las formas de pensar son iguales, porque no es lo mismo mentir en tu trabajo (que un político mienta), que fundamentar tu trabajo en la mentira. O sea, que tu trabajo consista en mentir. El socialismo es esencialmente demagógico y no puede existir sin mentiras.
Anécdota de una escena de Lo Que El Viento Se Llevó:
“Ay, señorita Escarlata, yo no sé cómo le dije esa mentira.”