22 Junio 2024-Sábado 11º Ordinario-Ciclo B-Mt 6, 24-34-Consejos para el camino.

Поделиться
HTML-код
  • Опубликовано: 20 июн 2024
  • EVANGELIO DEL SÁBADO UNDÉCIMO DEL TIEMPO ORDINARIO, 22 DE JUNIO 2024-CICLO B: Mt 6, 24-34: «CONSEJOS PARA EL CAMINO». Un señor se acercó a mí para pedirme, según él, un consejito, porque no le estaba yendo bien. Me decía: "Vine aquí a los Estados Unidos y ya sabe, padre…. Vivimos por acá, pero tenemos que pasar múltiples dificultades. Hay que pasar la frontera, y pasar tremendas angustias: que te agarran, que no te agarran... Luego, ya estás bien, tienes dinero... Pero, no me está yendo del todo bien"... Y lo dejo ahí para no hacer larga la historia. Pero, lo cierto es que ya estaba mal en su matrimonio y sus hijos un poco perdidos. No le estaba yendo bien. Y aquí es donde podemos colocar el Evangelio de hoy, porque Jesús nos da consejos para el camino. Nosotros ya sabemos los 10 mandamientos, pero aun sabiéndolos como que todavía nos queda una pregunta: "Señor, ¿hay algo más? ¿Cómo hacerle para estar seguro?
    NO SE PREOCUPEN POR SERVIR A DOS AMOS. Y Jesús nos da el primer consejo: "No se preocupen por servir a dos señores: a Dios y al dinero". El dinero es importante, pero a veces es tan importante que hay personas que tienen tanto dinero que lo único de bueno que tienen es el dinero. Pero, como desgraciadamente las cosas buenas no se compran con dinero... Nadie puede comprar el cielo, nadie puede comprar la paz, nadie puede comprar el espíritu de responsabilidad, nadie puede comprar la honradez... Los valores auténticos no se compran con dinero. Como dice la Sagrada Escritura: "El que quiera comprar el amor se hace despreciable" (Cantar de los Cantares 8,7). El que quiere comprar la mujer se hace despreciable, aunque a veces andamos comprando la mujer; o la mujer anda comprando al marido. Algunos se casan por el dinero, por la fama, por los ojitos bonitos... No podemos pensar sólo en la belleza exterior. Por eso Jesús nos está diciendo: No podemos servir a Dios y al dinero. Si queremos servir a Dios, nos podemos preocupar del dinero porque es necesario, pero no se puede convertir en lo más importante.
    VALE MÁS EL ALMA. El segundo consejo es tan hermoso como el primero. No hay que preocuparse por las cosas externas, sabiendo que ante Dios valemos por la riqueza de nuestra alma, que es para la eternidad. Dios, en su amor, nos creó para la eternidad. Y si Dios se preocupa de los animales y de las plantas, que hoy son y mañana perecen, ¿qué no hará con nosotros? Nosotros no somos de un ratito, sino que somos eternos. Dios se preocupa de todos nosotros, por eso no nos debemos preocupar tanto de lo material, sino de lo que en nosotros tiene valor de eternidad. ¡Qué importante es valorar y buscar lo que ayude a nuestra alma! De ahí que no hay que ser tacaños en el tiempo que le dedicamos a Dios y a nuestra alma.
    BUSCAR SOBRE TODO EL REINO DE DIOS Y SER SANTOS. Tercer Consejo para el camino que ya es como la conclusión: "Busquen sobre todo el reino de Dios y busquen cumplir con toda justicia". ¿Qué significa? Busquemos ser santos, que no es sólo para curas o monjas, sino tarea y deber de todos. Esto simplemente es "cumplir de manera extraordinaria lo ordinario". O dicho de otra manera: "Lo importante es hacer que las cosas importantes sean las más importantes". Esto es tan simple como serio. Pero, somos tan complicados que terminamos por dejar, en el rincón de la casa, las cosas importantes. Por eso, vivir de manera ordinaria lo ordinario es simplemente hacerlo con amor. Muchas veces lo ordinario es tan ordinario, que ni siquiera nos damos cuenta que estamos viviendo lo que estamos viviendo, porque no ponemos amor, o porque no estamos en lo que estamos.
    A CADA DÍA LE BASTA SU PREOCUPACION. Ya al final Jesús termina diciendo: "A cada día le basta su afán". Sencillo consejo, para decirnos que hay que estar donde estamos, a fin de rendir y hacer las cosas con plena conciencia y pleno amor. Los tres consejos, que Jesús nos da anteriormente, como que quedan resumidos en este: "A cada momento le basta su propia preocupación". ¡Ése es mi mejor deseo! ¡Bendiciones mías y de Papá Dios! P. Salvador Gómez, L.C.

Комментарии •