La Llorona. Cecilia Winter y Valentín Hernández en la Catedral de Oaxaca

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  • Опубликовано: 4 ноя 2024
  • La Llorona (Son istmeño tradicional), interpretado en el órgano de la Catedral de Oaxaca (construido por Matías de Chavez 1712). Cecilia Winter, órgano; Valentín Hernández, percusiones. Grabado de noviembre 2012 a enero 2013.
    MÚSICA FOLKLÓRICA OAXAQUEÑA TOCADA EN UN ÓRGANO TUBULAR BARROCO
    Esta grabación presenta una inusitada combinación de dos aspectos del rico patrimonio musical de Oaxaca: la vibrante música folklórica de hoy tocada en un órgano tubular del pasado colonial. Sin embargo, éste no es tan extraño como parece. Esta música es normalmente interpretada por bandas de alientos, y el órgano, el más grande de los instrumentos de viento, es capaz de sonar como una banda completa por sí misma. Sus hileras de tubos con sonidos de trompetas y flautas, cada una con su propio carácter musical, producen una mayor gama de sonidos que cualquier otro instrumento.
    El organista puede seleccionar una variedad de sonoridades accionando los tiradores que se encuentran en la fachada del instrumento y así crear sorprendentes efectos tonales que acentúan el sentimiento de la música. En esta ocasión el órgano es acompañado por diversos instrumentos de percusión: el bombo, el tambor y el platillo, que conforman la típica “batería”, además de sonajas, campanitas, un triángulo, un güiro, un tambor tradicional de pueblo y una trompeta de concha de caracol.
    A pesar de que estas composiciones se originaron en diferentes regiones del Estado, las distintas tradiciones musicales se han fusionado en un mismo repertorio que se presenta cada año en el espectáculo folklórico de la Guelaguetza. Todos los oaxaqueños conocen esta música y es una parte vital de cualquier celebración local. Incluye canciones de amor, de la vida después de la muerte y del anhelo para Oaxaca por quienes tenían que buscar trabajo lejos de su tierra. También se incluyen bailes con letras para cantar, entre los cuales varios alaban a las mujeres oaxaqueñas, así como bailes acompañados por instrumentos. Abundan también las referencias a los pájaros y otros animales.
    Esperamos que esta grabación deleite sus sentidos y los inspire a acercarse y escuchar a los órganos en vivo. También esperamos que los oaxaqueños que tengan la suerte de contar con un órgano restaurado en su templo insistan en que se toque con más regularidad. Trescientos años después de su construcción, los órganos oaxaqueños todavía demuestran que la belleza de su sonido es eterna y que su música es valiosa en un mundo que cambia constantemente.
    OAXACA FOLK MUSIC PLAYED ON A BAROQUE PIPE ORGAN
    This recording presents an unexpected combination of two aspects of Oaxaca’s rich musical heritage-today’s vibrant folk music played on a pipe organ from the colonial past. However, this is not as strange as it may seem. This music is typically played by local brass bands, and the organ, the largest of the wind instruments, is capable of sounding like a complete band in itself. Its numerous rows of pipes sound like trumpets and flutes, each with a distinct musical character, and produce a greater variety of sounds than any other instrument.
    By pushing and pulling the stop knobs on the front of the organ, the organist may select any combination of sonorities, creating startling tonal effects that enhance the emotional impact of the music. The organ is complemented here by various percussion instruments: the standard combination of bass drum, snare drum, and cymbal, along with rattles, a triangle, a scraper, a traditional village drum and a conch shell trumpet.
    Although these folk songs and dances originated in different regions of the state, the distinct musical traditions have fused into one inclusive repertoire, which is presented every year during the spectacular Guelaguetza performance. All Oaxacans know this music, and it is a vital part of any local celebration. There are songs of love, of life after death, and of longing for Oaxaca by those working far from home. There are also dances with lyrics, many of which praise Oaxacan women, and dances with instrumental accompaniment. References to birds and other animals abound.
    We hope that this recording will not only delight its listeners, but also inspire them to go hear the actual organs. We also hope that those Oaxacans lucky enough to have a restored organ in their church insist that it be played more regularly. Three hundred years after their construction, the Oaxaca organs remind us that the beauty of their sound is timeless and still relevant in a constantly changing world.
    #IOHIO #MúsicaOaxaqueña #Guelaguetza #ÓrganosHistóricos #Oaxaca

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