Todo amante muere como vive

Cómo hallarle fin a una melancolía, si no tiene ombligo ni providencia.
Dolor al dolor, de complacencia en complacencia, no sé si me hice fuerte o un insensible.
Escribo mi vergüenza hasta que se haga cicatriz, y ya no me avergüence lo que escribo.
Y ya no me avergüencen mis deseos de morir, de pedir perdón, de caminar conmigo.
Quien no se comprende está condenado a buscar quien lo comprenda y pueda explicarle.
No me reconozco, quizá de tanto mirarme veo fragmentos de otras personas.
No me llevo nada y a cambio lo dejo todo,
Ojalá regocijo a mi remembranza.
Juré amar por siempre, amenacé con deshacerlo, pero nunca cumplo ni mis amenazas.
Llega la tristeza cual visita repentina, para recordarme de la alegría existe.
Debo amar lo idóneo para no querer marcharme, para no querer quedarme al irme.
Hay que tener valor para quitarse la vida, y mucho más valor para implorar ayuda.
Vivo a mi tenor amando al borde del suicidio, todo amante muere como vive.