Dante Gebel

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  • Опубликовано: 12 сен 2024
  • Las desilusiones en la vida son inevitables y cuando no reconocemos esta realidad, tendemos a verlas como un desastre y con frecuencia culpamos a Dios, enfrentándolo con preguntas que encarnan nuestra desilusión. Pero Dios no está obligado a cumplir todos nuestros sueños terrenales. Es fácil tener fe cuando todo va bien, pero es en las crisis cuando tenemos que decidir si seguimos al Señor o nos alejamos de Él. Recordemos las palabras de Pablo: ‘el sufrimiento produce perseverancia, entereza de carácter y esperanza. Y esta esperanza nunca nos defrauda’. Tenemos que llevar nuestras desilusiones a la cruz y pedir a Cristo que nos perdone por lo que hemos hecho o dejado de hacer.

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