Por esos azares que nos deparó el destino en esa inventada Madrugá, presencié lo acontecido a las puertas de San Gil y, sin previo aviso, me invadió ese escalofrío cuando es la misma emoción la que eriza las venas de tus cinco sentidos. ¿Cómo explicar con palabras lo que allí ocurría? En Sevilla clareaba el día mientras unos orgullosos costaleros mecían a la Señora con los insólitos sones de la Centuria interpretando el Himno de la Esperanza, de una Esperanza a punto de su recogía. Silencio en el espíritu acunado por todo un pueblo que rezaba en voz baja, quedamente, una oración, una plegaria, su Himno...que te recorría las cuentas mismas de tus entrañas. Cuánto derroche de un halo de magia en aquel preciso instante, agolpado en el tumulto de unos recuerdos que nunca tendrán fin, en un imán de connotaciones que se aunaron para subirnos al mismo cielo, a los pies de una torre que tañía sus campanas con gallardía y tanto empeño, con un sentir que jugaba por los más benditos vericuetos de nuestros recuerdos cuando ya se había dormido la madrugada. Amanecía, sí, pero no sólo en Sevilla. Amanecía en el engalanado Arco, también en el Postigo o el Altozano, amanecía incluso en Dos Hermanas, pero allí, en San Gil, era la misma Macarena la que había vuelto a su casa, la que jugaba al corro con nuestras emociones bañadas del rocío de nuestras lágrimas, mojando tantos pétalos como a Ella misma la besaron toda esa jornada, tejiendo ilusiones de sueños antes de irnos a soñar en nuestra almohada. Qué instante Madre mía, para morir viviendo, para rezarlo siempre contigo en lo más profundo del alma... Ocurrió en San Gil, y yo fui testigo, cuando ya despuntaba el alba.
7 лет назад+10
Increíble lo que hace esta gente con las cornetas, que van detrás de la sentencia, pues su estilo, que hay que tocarle a la virgen, pues se le toca y de que manera pufff 👌🏼
Cuanta esperanza fuiste derramando y cuanta emoción reina y madre de sevilla
Por esos azares que nos deparó el destino en esa inventada Madrugá, presencié lo acontecido a las puertas de San Gil y, sin previo aviso, me invadió ese escalofrío cuando es la misma emoción la que eriza las venas de tus cinco sentidos.
¿Cómo explicar con palabras lo que allí ocurría? En Sevilla clareaba el día mientras unos orgullosos costaleros mecían a la Señora con los insólitos sones de la Centuria interpretando el Himno de la Esperanza, de una Esperanza a punto de su recogía. Silencio en el espíritu acunado por todo un pueblo que rezaba en voz baja, quedamente, una oración, una plegaria, su Himno...que te recorría las cuentas mismas de tus entrañas.
Cuánto derroche de un halo de magia en aquel preciso instante, agolpado en el tumulto de unos recuerdos que nunca tendrán fin, en un imán de connotaciones que se aunaron para subirnos al mismo cielo, a los pies de una torre que tañía sus campanas con gallardía y tanto empeño, con un sentir que jugaba por los más benditos vericuetos de nuestros recuerdos cuando ya se había dormido la madrugada.
Amanecía, sí, pero no sólo en Sevilla. Amanecía en el engalanado Arco, también en el Postigo o el Altozano, amanecía incluso en Dos Hermanas, pero allí, en San Gil, era la misma Macarena la que había vuelto a su casa, la que jugaba al corro con nuestras emociones bañadas del rocío de nuestras lágrimas, mojando tantos pétalos como a Ella misma la besaron toda esa jornada, tejiendo ilusiones de sueños antes de irnos a soñar en nuestra almohada. Qué instante Madre mía, para morir viviendo, para rezarlo siempre contigo en lo más profundo del alma...
Ocurrió en San Gil, y yo fui testigo, cuando ya despuntaba el alba.
Increíble lo que hace esta gente con las cornetas, que van detrás de la sentencia, pues su estilo, que hay que tocarle a la virgen, pues se le toca y de que manera pufff 👌🏼
Viva la reina de Sevilla
Juan Fernández Corral. Vivaa
impresionante la centuria pelos de punta ...
IM-PRE-SIO-NAN-TE
Jesús