¿Qué recuerdo guardas de esos días en los que gustaste la muerte? -Nunca he hablado de ello -repuso Lázaro-, pero no es mucho lo que puedo decirte. Aquella pregunta y la insinuación del propietario de la casa sorprendieron al grupo. Curiosamente, nadie se había preocupado de averiguar qué había visto o sentido Lázaro durante los cuatro días en los que había permanecido muerto. -Hubo un momento -supongo que en el instante de mi muerte- en el que mi cabeza se llenó de un extraño ruido... Fue algo así como el zumbido de un enjambre de abejas. Después, no sé por cuanto tiempo, experimenté una sensación desconocida: era como si me precipitara por un estrecho y oscuro pasadizo... »Cuando volví a abrir los ojos todo era oscuridad. No sabia dónde estaba ni lo que había sucedido. Sentí frío en la espalda. Me di cuenta entonces que yacía sobre un lecho de piedra. Traté de incorporarme pero noté que me hallaba maniatado y cubierto por un lienzo Intenté gritar, pero un pañolón anudado sobre la cabeza sujetaba fuertemente mi mandíbula. Inmediatamente comprendí que estaba en una de las cavidades subterráneas que sirven para enterrar a nuestros muertos.
no sabes nada hombre pide disernimiento porq solo as calentado el oido a los televidentes di porq lloro Jesucristo y le la palabra no hables lo q te convienne
¿Qué recuerdo guardas de esos días en los que gustaste la muerte?
-Nunca he hablado de ello -repuso Lázaro-, pero no es mucho lo que puedo decirte.
Aquella pregunta y la insinuación del propietario de la casa sorprendieron al grupo.
Curiosamente, nadie se había preocupado de averiguar qué había visto o sentido Lázaro
durante los cuatro días en los que había permanecido muerto.
-Hubo un momento -supongo que en el instante de mi muerte- en el que mi cabeza se llenó
de un extraño ruido... Fue algo así como el zumbido de un enjambre de abejas. Después, no sé
por cuanto tiempo, experimenté una sensación desconocida: era como si me precipitara por un
estrecho y oscuro pasadizo...
»Cuando volví a abrir los ojos todo era oscuridad. No sabia dónde estaba ni lo que había
sucedido. Sentí frío en la espalda. Me di cuenta entonces que yacía sobre un lecho de piedra.
Traté de incorporarme pero noté que me hallaba maniatado y cubierto por un lienzo Intenté
gritar, pero un pañolón anudado sobre la cabeza sujetaba fuertemente mi mandíbula.
Inmediatamente comprendí que estaba en una de las cavidades subterráneas que sirven para
enterrar a nuestros muertos.
San Juan 11:43
no sabes nada hombre
pide disernimiento porq solo as calentado el oido a los televidentes
di porq lloro Jesucristo y le la palabra no hables lo q te convienne