2. MADAME BOVARY. Gustave Flaubert. RESUMEN Y ANÁLISIS

Segundo de los 100 libros de obligada lectura, recomendado por 17 de las 20 listas. Resumen y análisis de la obra y su autor. Publicada en 1857 en Francia. Constituye una excelente representación del realismo francés del siglo XIX.
PARTE I
Narra los orígenes de Charles Bovary, un joven poco talentoso que por satisfacer los deseos de su madre estudia medicina y se casa con una viuda de Tostes la cual, según sus padres, le facilitará con su fortuna y posición éxito en la medicina. En el ejercicio de su oficio Charles conoce a Emma Rouault con la que se despiertan aquellos sentimientos pasionales que nunca sintió hacia su esposa. Al quedar viudo pide la mano de Emma Roualt que pasa a ser "MADAME BOVARY". Emma se haya sumida en un estado de hastío y desilusión que le hacen cuestionarse la conveniencia de haberse casado con un hombre mediocre y sin ambiciones. Son invitados a una fiesta en casa del marqués de Vaudyessard y allí se reactiva aquel fervor romántico tras bailar con el vizconde que le hace soñar con la lujosa vida de los que allí viven que podría haber sido su propia vida si hubiera elegido otro esposo. En su melancolía comienza a enfermar hasta el punto de que Charles, sintiéndose impotente en la cura de su esposa y achacando su mal a Tostes decide cambiar de aires llevándola a un pueblo cercano a Ruan, Yonville.
PARTE II
Se desarrolla en Yonville, donde Emma llega embarazada dando a luz a una niña a la que llama Berthe para entregarla a una nodriza sin llegar en ningún momento al sentimiento maternal que le lleve a ejercer de madre. En Yonville inicialmente lleva la misma vida monótona de Tostes a pesar de tener algo más de vida social: el señor y señora Homais (farmacéutico), el señor Lheureux (comerciante)… y Léon Dupuis con el que comparte la pasión por la lectura, pasión que les hace cómplices y alimenta el perpetuo vacío de Emma en forma de insinuaciones y amor imposible. Cuando Léon se marcha a Ruan para continuar sus estudios de derecho Emma necesita reavivar un nuevo deseo que guie sus sueños con lo que empieza una relación con un donjuán de provincias, Rodolphe, con el que va más allá del coqueteo llevando una relación de amantes que le llevan a cometer actos arriesgados llevada por la pasión y por lo que cree que es el gran amor de su vida. Le pide a Rodolphe huir juntos, éste el día de la huida la abandona y deja plantada. Durante los preparativos de la huida Emma adquiere una serie de deudas con el señor Lhereux que después serán el germen de una deuda mayor. La decepción amorosa hace caer nuevamente a Emma en una melancólica enfermedad de la que sale con un desmesurado fervor cristiano.
PARTE III
Se centra en una segunda historia de infidelidad tras encontrarse nuevamente con su antiguo amor platónico, Léon, con quien mantiene relaciones en Paris, aprovechando Flaubert estos encuentros para decorar la narrativa con la descripción de los bellos rincones parisinos. La relación se va fraguando entre las mentiras, la pasión de lo prohibido y una escalada de deudas que termina desembocando en una situación de embargo a los bienes familiares. Ante la desesperación Emma hallándose sola y sin esperanzas se suicida tomando arsénico que consigue engañando al joven ayudante del farmacéutico. La exhaustiva descripción de la agónica muerte de Emma entre las desesperadas súplicas y lamentaciones de Charles llegan a hacer pensar al lector en la posibilidad de salvación de la suicida pudiendo llegar a contagiarse de las imposibles esperanzas del médico quien se pone a pensar en la catatonía como explicación alternativa a la muerte, imaginando que su amor va a despertar de un momento a otro. Tras la muerte de Emma la madre de Charles cree haber recuperado al hijo perdido y se instala en la casa comprobando al poco tiempo que la influencia de Emma sigue en él, una influencia que le lleva a seguir endeudándose, a justificar como amor platónico una carta que encuentra de Rodolphe, a mantener un idílico recuerdo de ella que se iba diluyendo a través del dolor de la ausencia. Pero a fuerza de querer mantener viva la esencia de Emma entre ellos finalmente osa abrir el pequeño secreter que Emma tenía en el desván y ahí descubre el objeto de su destrucción, todas las cartas de los dos amantes, todos los detalles de aquellas ignoradas infidelidades, toda la realidad que nunca quiso ver tras la melancólica existencia de Emma. Se describe una escena en la que Charles se encuentra con Rodolphe y lo contempla más con envidia que con rencor, siente haber querido ser ese hombre para haber sido alguna vez amado por Emma. La muerte le llega a Charles sentado, aferrado a un mechón de pelo de Emma que le habían cortado en el lecho de muerte por las súplicas de él para poder conservar algo físico de la mujer que siempre amó. Es Berthe quien descubre a su padre muerto al llamarlo pensando que estaba bromeando.