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MERCANCIA PRECIOSA RABINO SHAUL MALEH

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  • Опубликовано: 23 июн 2024
  • Que Torá estás dispuesto a recibir?
    Na’asé [haremos] se refiere a la estructura de los 613 mandamientos, mientras que nishmá [comprenderemos] se refiere a kedoshim t’hiyú [santos serán]. Cada uno fue enfatizado por un maestro diferente y destacado durante una era específica.
    Na’asé fue enseñado por Moshé. ‘Recuerda la Torá de Moshé, Mi siervo’. Moshé es llamado eved Hashem, un siervo. Un siervo se anula a sí mismo por algo mayor. Todos los sirvientes son iguales, en el sentido de que son responsables hacia su amo. Moshé y la gente de su tiempo eran siervos de Hashem por excelencia. Así, la unidad del pueblo judío en el tiempo de Moshé no tuvo paralelo. ‘Todo el pueblo vio los estruendos…’. Estaban parados al pie del monte ‘como un solo hombre, con un solo corazón’. Todos los judíos estaban unidos como uno.
    La grandeza de Moshé consistía en que él no era más que un conducto a través del cual la Torá de Hashem fluía; él era el sirviente prototipo. El Kuzarí explica que cada judío en el Monte Sinaí llegó al nivel de Moshé. Se anularon a sí mismos al punto de que cada uno de ellos actuó como una parte integrada de un sólo cuerpo a través del cual la Torá pulsó.
    En contraste, la Torá representada por nishmá, es una Torá donde uno tiene que crearse a sí mismo. (Y crearse a sí mismo una y otra vez día tras día. El jasidut de ayer tiene que mejorarse o de otra manera, ya no es jasidut; se espera es obligatorio que seas esclavo de ese nivel de jasidut. Así, la Torá de nishmá debe siempre ir más allá de sí misma. El jasidut de ayer, es la esclavitud de hoy. Un verdadero jasid -un judío kedoshim t’hiyú- debe recrear continuamente su servicio a Hashem). Uno debe ser primero un individuo y después preocuparse por integrar los talentos de uno en un todo mayor. Mientras que el maestro de na’asé fue Moshé, el maestro de nishmá es Rabí Akiva.
    Esto lo aprendemos de las palabras de Jazal.
    Cuando Moshé subió al cielo para recibir la Torá, vio a Hashem (que no había terminado aún la Torá y estaba todavía ocupado) decorando las letras de la Torá con coronas (k’tarim). Moshé preguntó: ¿Hashem, quién Te retrasó terminar la Torá?
    Hay un adam’ejad’, una persona, Hashem contestó, que va a vivir al final de cierta generación (es decir, algún tiempo en el futuro). Akiva el hijo de Yosef es su nombre. (‘Yosef’ también significa ‘aumentar’ constantemente, es decir, jasidut). De todos y cada uno de los puntos (de las letras de la Torá), él va a ser capaz de innovar montañas y montañas de halajot.
    Hay dos períodos históricos distintos con dos tipos distintos de Torá. Uno es el período de 2,000 años de Torá -la Torá de Moshé - y el otro es de 2,000 años de yemot HaMeshíaj, período que estamos viviendo ahora - la Torá de Rabí Akiva. La diferencia entre la Torá de Moshé y la Torá de Rabí Akiva es significativa, la diferencia entre la Torá observada bajo condiciones óptimas, y la Torá observada en las condiciones menos óptimas, entre la Torá en la soberanía de la Tierra y la Torá del exilio. Es la diferencia entre la Torá que es dada (matán Torá) y la Torá que es recibida (kabalat Torá).
    La Torá de Moshé es la Torá dada a través de milagros y profecía. Esta Torá, en esencia, es la obra de Hashem; es la Torá entregada en Sinaí (y está representada por las letras hebreas en el rollo de la Torá). La Torá de Rabí Akiva, por el otro lado, es la Torá recibida a través del exilio y el sufrimiento. Esta Torá está escrita con el sudor y la sangre de uno (y está representada por los k’tarim, ‘coronas’ de las letras).
    Existen muchas desventajas en la Torá de Rabí Akiva, todas derivadas del principio de hester panim, es decir, Hashem ocultando Su rostro; toda Su naturaleza verdaderamente benevolente, y todopoderosa. Los judíos que viven en una época de hester panim parecen vivir sin la protección benevolente de Hashem. Sin embargo, existe una ventaja a todo esto. Cuando el pueblo judío parece haber perdido todo, regresan al punto donde empezaron: Abraham. Abraham era el individuo por excelencia, que descubrió a Hashem en el vacío de una época desquiciada.
    A veces, puedes ganar solamente cuando primero perdiste todo. ésta es la ventaja de la Torá de Rabí Akiva. Cuando pierdes todo, también puedes perder aquellas personas y cosas que te esclavizan. Pasas a ser como Abraham, que creció en un mundo donde nada espiritual se podía haber esperado de él. Aun así, te puedes volver como Abraham - el gran individualista - que creció enormemente debido a esta situación y sacrificó de manera voluntaria cada aspecto de su vida para Hashem.
    Rabí Akiva, un descendiente de conversos del origen más bajo, fue analfabeto hasta la edad de 40 años, no obstante, se convirtió en un erudito y en un personaje modelo sin igual en los siguientes 2,000 años. Justamente como Abraham era único, ejad, Akiva era único, ‘adam ejad’, como el pasaje arriba citado. Rabí Akiva era el epítome del individuo (ejad) que contiene el mundo entero dentro de sí mismo...

Комментарии • 3

  • @anacorrales6990
    @anacorrales6990 Месяц назад +1

    Muchísimas gracias Hashem les bendiga.

  • @shirazhodaia2716
    @shirazhodaia2716 Месяц назад +1

    Shalom! Gracias por tan enriquecedora conferencia. BH

  • @santiagodelpilar6701
    @santiagodelpilar6701 5 дней назад

    Excelente reflexión. Horrible imagen de Jázaros Ashkenazitas que usaron que nada tienen que ver con ésta. Es cómo si yo hablara en un vídeo de los cambios Arquitectónicos del Primer y Segundo Templo y pusiera una imagen del Jázaro de Lubátevich sacándose los mocos.