Tarta de queso al horno 🧀 ¡Clásica y deliciosa!

Aprende a preparar una deliciosa tarta de queso al horno con una base crujiente de galleta. Esta receta incluye ingredientes sencillos como queso crema, azúcar, huevos y nata líquida. Te guiamos paso a paso, desde la preparación de la base hasta el horneado, asegurando un resultado cremoso y espectacular. Ideal para cualquier ocasión, ¡perfecta sola o con mermelada de frutos rojos!
¡Hola, bienvenidos a Sabor Express! Hoy vamos a preparar un postre que nunca falla: una clásica y deliciosa tarta de queso al horno.
Esta receta es súper cremosa, con una base crujiente de galleta, perfecta para cualquier ocasión. ¿Listos para aprenderla? ¡Vamos allá!
Para esta tarta de queso al horno, vamos a necesitar: Para la base: 200 gramos de galletas tipo Digestive y 100 gramos de mantequilla derretida.
Para la mezcla de queso: 600 gramos de queso crema, 200 gramos de azúcar, 4 huevos, 200 mililitros de nata líquida (para montar), 1 cucharada de harina y 1 cucharadita de esencia de vainilla.
Con estos ingredientes tan sencillos, ¡veréis qué maravilla de tarta! Comenzamos preparando la base de galleta.
Trituramos los 200 gramos de galletas Digestive hasta que queden como un polvo fino. Luego, añadimos 100 gramos de mantequilla derretida y mezclamos bien hasta obtener una textura arenosa.
Vertemos la mezcla en un molde desmontable, presionando con una cuchara para que quede bien compacta. Guardamos en la nevera mientras preparamos el relleno.
En un bol grande, batimos los 600 gramos de queso crema con los 200 gramos de azúcar hasta obtener una mezcla suave.
Luego, añadimos los huevos uno a uno, asegurándonos de que cada uno se integre bien antes de añadir el siguiente. Este paso es importante para que la tarta quede bien cremosa.
A continuación, añadimos los 200 mililitros de nata líquida y una cucharadita de esencia de vainilla. Mezclamos suavemente, y luego incorporamos la cucharada de harina tamizada.
Vertemos la mezcla de queso sobre la base de galleta que teníamos enfriando en la nevera. Precalentamos el horno a 180 grados y horneamos durante 40-50 minutos.
Sabremos que está lista cuando los bordes estén dorados y el centro aún tiemble ligeramente. Dejamos enfriar dentro del horno con la puerta entreabierta para evitar que se agriete.
Una vez que la tarta esté fría, la desmoldamos con cuidado y la servimos. ¡Queda espectacular sola o con un poco de mermelada de frutos rojos por encima!
Perfecta para cualquier ocasión. Y ahí lo tenéis, una tarta de queso al horno que es un verdadero clásico.
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¡Nos vemos en la próxima! ¡Hasta luego, cocineros!
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La mejor tarta del mundo!