En el corazón de la ribera del Duero - Enología

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  • Опубликовано: 16 янв 2023
  • Los fenicios, unos 1000 años a. C, introdujeron en la península Ibérica las técnicas más avanzadas de cultivo y producción del vino, e incluso las cepas más adecuadas.
    Siglos después, los romanos descubrieron la calidad de los caldos de Hispania. Los vinos de la ribera del Duero abastecían a sus ejércitos. En 1295, se comenzó a regular la vendimia y desde el siglo XV se controlaba la producción y la calidad del vino.
    En la actualidad existen infinidad de bodegas subterráneas en la Ribera del Duero, excavadas entre los siglos XII al XVIII, para conservar los vinos a temperatura y humedad constante todo el año.
    Ribera del Duero es una denominación de origen, constituida en 1982, a la que se acogen viñedos de Castilla y León, dentro una franja de la cuenca del río Duero, con unos 115 kilómetros de longitud y 35 de anchura, en la confluencia de las provincias de Soria con 19 municipios, Burgos con 60, Segovia con 4 y Valladolid con 19. En la actualidad hay 21.000 has. de viñedo, con casi 8.400 viticultores activos.
    El consejo regulador en un principio estaba en Aranda de Duero, pero actualmente se encuentra en Roa.
    Los vinos de la D.O. Ribera del Duero son fundamentalmente tintos, aunque también existen rosados. La variedad de uva más característica es la denominada genéricamente Tinta del país, conocida en el mundo del vino como Tempranillo, la cual constituye más del 90% de la producción, aunque existen otras variedades permitidas como el Cabernet Sauvignon, Merlot, Malbec, Garnacha tinta y Albillo.
    Bodegas Díez Llorente, una empresa familiar de Roa en el corazón de la Ribera del Duero, se crea en 2001 dando continuidad a una cultura heredada, de generación en generación, desde el siglo XIV. Sus primeros miembros poseían varias bodegas subterráneas cavadas a pico y pala que eran utilizadas para la conservación del vino en cubas de madera. El vino se elaboraba en lagares con un sistema de prensado con vigas de madera, obteniendo vinos rosados, pero a mitad del siglo XX cambiarían a los tintos.
    En 1955 la familia Díez Llorente se había integrado en varias cooperativas de vino de la zona, dejando de comercializar vino a granel, pero haciendo vino para el consumo familiar hasta 1985. Las viñas se siguieron cultivando, pero desde 1982 con la creación de la Denominación de Origen, comenzaron un proceso de plantación de viñedo que hoy ocupa 90 hectáreas de la variedad Tempranillo o Tinto del País repartidas en cinco pueblos de la zona de Roa, con producciones inferiores a 4000 kg/ha, que garantiza uvas de la más alta calidad.
    Tras una vendimia manual seleccionada en cajas de 14 kg., la uva llega a la bodega para su elaboración con el mayor cuidado y esmero en cada momento.
    La fermentación está controlada en pequeños depósitos de acero inoxidable, de última generación, para lograr la mejor extracción de color, aromas y sabores de la uva, con fermentaciones largas y metódicas que dan sedosidad, carnosidad, volumen y suntuosidad a sus vinos.
    El vino pasa por unos filtros, el último de ellos de 0,7 micras, por lo que cualquier poso producido en un futuro dentro de la botella se ha solidificado después de su embotellado. Las botellas se van llenando en un punto de su recorrido, luego se encorchan a la vez que se hace el vacío en el espacio que queda entre el vino y el corcho, a continuación se encapsula ajustado la capsula al cuello de la botella, y se etiqueta. Al final de la cadena se empaquetan las botellas en cajas.
    Si es vino joven roble, crianza, reserva o gran reserva, el consejo regulador estipula unos tiempos mínimos de envejecimiento en barrica y en botella.
    Para su envejecimiento los vinos pasan por barricas de 225 litros de roble francés y americano de la más alta calidad. Todas las barricas son rellenadas mensualmente, y se trasiega y homogeniza su vino trimestralmente. Este proceso es llevado a cabo en una nave con temperatura y humedad adecuada, consiguiendo así caldos de la más alta calidad, intentando preservar aromas y sabores primarios con colores vivos en todos sus vinos, incluso en los reservas.
    Los vinos de Bodegas Diez Llorente, están elaborados únicamente con uvas de sus propios viñedos, y cuidados con cariño y esmero para conseguir las mejores uvas, garantizando así la calidad, regularidad y demanda.

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