Una línea roja en la ciénaga de Ayapel. Leopoldo Berdella de la Espriella.

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  • Опубликовано: 6 окт 2024
  • Una línea roja en la ciénaga de Ayapel
    Leopoldo Berdella de la Espriella.
    Una tarde, en el lugar más lejano de la ciénaga, observé una línea roja. Era una hermosa línea roja que bajaba del cielo y atravesaba la ciénaga de lado a lado. Y era como si toda la ciénaga de Ayapel estuviera ardiendo. A medida que me acercaba, la línea roja crecía y su color se confundía con el de los rayos del sol al atardecer.
    Remé más fuerte atraído por aquella misteriosa línea roja, y me acerqué con cuidado. Cuando la tuve a la vista, noté que se movía. Parecía que se balanceara sobre el agua, sin querer tocarla. Y se movía. Y el agua
    estaba roja. Todo estaba rojo.
    Asombrado, me acerqué mucho más y me di cuenta de qué se trataba. Eran hormigas. Hormigas rojas.
    ¡Miles de hormigas rojas unían sus patas y formaban un puente rojo que atravesaba la ciénaga!
    Seguí la línea durante algún tiempo, de regreso, hasta llegar a la orilla. Allí, como en una fiesta, muchas hormigas desembarcaban y comenzaban a hacer sus casas en la tierra.
    No sé cuánto duró aquello, pero cuando volví al centro de la ciénaga, ya el puente se había cortado en una de sus puntas. Lentamente se cortaba, y se acercaba a la orilla. Y llegó un momento en que ya no hubo línea roja: ¡la última de aquellas hormigas rojas había desembarcado en Ayapel! No sé todavía cómo hicieron esas hormigas para mantener el puente desde la mitad de la ciénaga hasta la orilla, pero fue así como llegaron las hormigas rojas a Ayapel. Por la ciénaga de Ayapel…
    Berdella, L. (2012). En Lecturas para todos los días. Medellín: Fundación Secretos para contar.

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