MENEMEN 🍳 Receta FÁCIL de los HUEVOS al PLATO al estilo turco

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  • Опубликовано: 28 ноя 2024

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  • @juanmanuelsantosalgaba7093
    @juanmanuelsantosalgaba7093 11 часов назад +1

    ¡Atento, camarada! Es lo primero que leo, y ya me siento en un cuartel donde lo único que falta es que me griten que haga flexiones. Luego viene la promesa: la receta que te traigo hoy se prepara en pocos minutos. No me engañen: cualquier cosa que incluya sofritos, especias exóticas y queso escurrido no es precisamente "en pocos minutos". Si para ti eso es rápido, o tienes una brigada en la cocina o tus estándares de velocidad rivalizan con los de una receta de alta cocina.
    La gastronomía turca es fascinante, pero aquí se le da el mismo tratamiento que a un folleto turístico mal redactado. ¡El Mediterráneo no necesita más clichés! "Ha conquistado Europa con sus kebabs", se dice. ¿Eso es lo mejor que tienes para resumir una tradición culinaria milenaria? ¿Un kebab? ¿Por qué no hablamos del börek, del pide o, ya que estamos, del verdadero menemen, que aquí ha sido ultrajado?
    El cocinero rápidamente confiesa que esta receta es "personalizable", lo cual en argot culinario significa que puedes echar lo que encuentres en la nevera y cruzar los dedos. ¿Cebolla? No la incluyas, porque "los más ortodoxos" lo prohíben, pero luego métete mozzarella porque "me ha dado la gana". ¿Cómo se puede hablar de ortodoxia con semejante descaro? ¡Es una contradicción ambulante!
    Luego está el desfile de embutidos. ¡Qué viaje más caótico! Pasamos del sucuk turco al chorizo español sin pestañear, y si no tienes eso, prueba con lo que tengas: cecina, salchichón, jamón... En serio, ¿es una receta o una limpieza de frigorífico? Y el queso feta, santo y seña del plato, es sustituido porque "me parece demasiado ácido". ¿Demasiado ácido para quién? El feta es el alma del menemen; cambiarlo por mozzarella es como poner ketchup en un ratatouille.
    Ahora pasemos al sofrito. No tengo nada en contra del tomate natural, pero cuando leo que podemos aplastarlo con una cuchara o un tenedor, la imagen que se me viene a la cabeza es un campo de batalla. Además, la constante insistencia en que "puedes usar esto o lo otro" me hace pensar que el cocinero realmente no sabe qué está haciendo. Si ni siquiera puedes decidirte por el tipo de pimiento, ¿cómo pretendes convencernos de que esto es un menemen digno?
    Cuando llegamos a los huevos, ya no queda esperanza. ¿Revuelto o al plato? El autor no se decide. Lo deja todo "al gusto", lo cual es un eufemismo para haz lo que quieras. ¿Cuatro huevos? ¿Por qué no tres, o cinco? Total, esto ya parece más un caos controlado que una receta turca.
    El remate final es el "toque fresco" de cilantro y hierbabuena. ¿Hierbabuena? Eso no tiene nada que ver con el menemen. Es como echarle chocolate rallado porque "me parece que le da un toque más fresquito". Para colmo, la decoración incluye chile en polvo, comino y, cómo no, "una migaja de sal". Una vez más, el cocinero toma ingredientes al azar y los lanza al plato, como un pintor que ha renunciado a usar pinceles y lanza botes de pintura contra el lienzo.
    El cilantro, la hierbabuena y el comino en polvo, especias que deberían ser el toque final de un plato rico, se convierten en un intento desesperado de encubrir el desastre que precedió. Es como ponerle un sombrero de copa a una silla y llamarlo un caballero.
    ¿Es esto un menemen? No, es un plato de verduras con huevos y un montón de indecisión creativa. Una receta que traiciona sus raíces y, en el proceso, confunde al espectador más de lo que lo ilumina. Mi recomendación: si vas a llamarlo menemen, respétalo; si no, invéntate otro nombre y haz lo que quieras. Pero no intentes vendernos esta amalgama como cocina turca. La única conquista aquí es la de la paciencia de quien se atreva a ver esta receta.
    Un desastre culinario que no merece ser llamado menemen. ¡Vuelva a los libros de cocina y deje de experimentar con recetas que no conoces!
    Si quieres sorprender a alguien, mejor invítalo a un restaurante turco de verdad y olvídate de este experimento fallido
    Esta receta es un desastre. Una mezcla de ingredientes sin sentido, una falta de respeto a la gastronomía turca y una clase magistral de cómo no hacer una receta. ¡Qué horror! ¡Qué desastre! ¡Qué falta de respeto a la cocina! ¡Qué vergüenza!