DIME CÓMO ACTÚAS Y TE DIRÉ QUE ALIMENTAS MÁS.

El dominio propio no es algo que se consigue de la noche a la mañana y no se adquiere en cualquier parte, tampoco es algo que podamos comprar, única y exclusivamente lo vamos formando en nuestro carácter en el acercamiento diario al Espíritu de Dios en esa búsqueda, en sometimiento, en rendición en cada día, permitirle a él que nos ayude a matar la carne para vivificar el espíritu.
Es como los músculos a medida que hacemos ejercicio nos vamos fortaleciendo y poco a poco crecen pero si dejamos de fortalecerlo se vuelve flácido, así mismo es nuestra relación con Dios si la ejercitamos se mantiene fuerte, pero si por el contrario ejercitamos la carne por obvias razones quien esté más fuerte reinará en nosotros.
Señor hoy reconozco mi incapacidad de seguir avanzando solo te ruego que me ayudes a seguir trabajando en lo que no soy fuerte.
Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.2ª Timoteo 1:7
Maranatha, Maranatha, cumplimiento total de su palabra L.C