El Fuego Olvidado: Volviendo al Primer Amor Apocalipsis 2:4-5 / Pastor Juan Paredes

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  • Опубликовано: 8 окт 2024
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Комментарии • 5

  • @EmmJQ
    @EmmJQ 15 дней назад +1

    Amén gloria a Dios ❤❤❤❤❤

  • @EmmJQ
    @EmmJQ 15 дней назад +1

    Hermanos bendiciones ❤❤❤❤❤❤🫂

  • @RA2703330
    @RA2703330 5 дней назад

    Buenas noches, respecto a tu publicación sobre la obediencia, tenemos que considerar esta respuesta:
    El argumento que establece que, si Lucifer fue expulsado del cielo y Adán del Edén por desobediencia, entonces los cristianos no deberíamos pensar que pueden entrar al cielo viviendo en desobediencia todo el tiempo, porque la obediencia, no es un acto natural del pecador. Es válido la preocupación de la obediencia por la seriedad del pecado.
    Sin embargo, es fundamental entender la diferencia entre el estado de desobediencia y la GRACIA DE DIOS que nos permite vivir en esa obediencia.
    Primero, es importante aclarar que la gracia no es una licencia para pecar. Romanos 6:1-2 dice: “¿Qué, pues? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Nosotros, que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?” Este pasaje subraya que, aunque estamos bajo la gracia, esto no significa que la fe, nos permita vivir en pecado. La gracia nos llama a una vida transformada y a una obediencia activa hacia Dios.
    La gracia de Dios no solo perdona nuestros pecados, sino que también NOS CAPACITA para vivir de acuerdo a Su voluntad. En Tito 2:11-12 se dice: “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente”. Aquí se establece que la gracia nos instruye y nos ayuda a renunciar al pecado y a vivir de manera justa y piadosa.
    Además, como cristianos, creemos que ES ATRAVÉS DEL ESPIRITU SANTO QUE PODEMOS VIVIR EN OBEDIENCIA QUE SOLO VIENE DE LA GRACIA DE DIOS, NO DE NOSOTROS. En Gálatas 5:16 se nos instruye: “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne”. Esto implica que, si permitimos que el Espíritu Santo guíe nuestras vidas, seremos capacitados para vivir en obediencia y no en desobediencia.
    La salvación, como se menciona en Tito 3:5, no es por obras de justicia que nosotros hayamos hecho, sino por Su misericordia. Esto significa que nuestra entrada al cielo no se basa en nuestras obras, sino en la gracia y la misericordia de Dios. Sin embargo, esta salvación genuina se manifiesta en una vida transformada y en un deseo de obedecer a Dios, motivado por su gracia. La verdadera fe (que viene de DIOS) produce frutos, y esos frutos son evidencias de una vida que ha sido cambiada por la gracia de Dios.
    Por lo tanto, aunque Lucifer y Adán fueron expulsados por desobediencia, los cristianos no están en la misma situación sino han recibido la gracia de Dios y están viviendo en el poder del Espíritu Santo. La clave está en la relación que tenemos con Cristo: si hemos sido verdaderamente transformados por Su gracia, nuestra vida reflejará esa transformación que produce la obediencia.
    En conclusión, la gracia no es la forma de vivir en desobediencia, sino un poder que nos capacita para vivir en obediencia. Dios nos esta otorgando una vida que honra Su nombre, y es a través del Espíritu Santo que podemos cumplir con ese don. La salvación es un regalo de Dios, y la respuesta que la gracia nos redarguye, es a una vida de Adoración y de agradecimiento.