Benamocarra - Que ver en Málaga España

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  • Опубликовано: 19 окт 2024
  • Benamocarra es un municipio español de la provincia de Málaga, Andalucía, situado entre el litoral mediterráneo y el interior de la Comarca de la Axarquía, a 5 km de Vélez-Málaga, a 35 km de Málaga capital, a 12 minutos de la playa y a 45 minutos del aeropuerto de Málaga-Costa del Sol. La extensión del término municipal es de 5,74 km2 y la altitud media es de 126 m. El municipio contaba en 2016 con 2.999 habitantes según el Instituto Nacional de Estadística
    Geografía
    Asentado sobre una zona ligeramente ondulada, el pueblo está rodeado por una serie de cerros encadenados, destacando la Loma de Rengel y el Cerro de la Jaula. Desde la cima del Cerro de la Jaula, auténtico mirador del pueblo, se divisan estupendas vistas de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, de los Montes de Málaga, de la Vega del Río Vélez y de la Costa Mediterránea.
    Desde la provincia podremos acceder a esta pintoresca localidad axarqueña a través de la Autovía del Mediterráneo, y por el desvío en la autovía de las Pedrizas a la altura de Casabermeja (Carretera del Arco).
    La benignidad de su clima viene dada por su situación geográfica entre el Valle del Río Vélez, los Montes de Málaga y las Sierras Tejeda y Almijara que la protegen de los vientos fríos. Está rodeada por una serie de cerros como el de la Jaula y la loma de Rengel, que actúan de freno y refugio frente a las inclemencias climáticas y los vientos del Norte. Posee un microclima de tipo mediterráneo con tendencia subtropical, por lo que se denomina como zona térmicamente privilegiada con temperaturas muy suaves y agradables durante todo el año.
    Cultura
    La natural afición de los vecinos de Benamocarra a la música es algo muy arraigado. Cristalizó a principios del siglo XIX con la creación de su primera banda musical, una de las más antiguas de la provincia de Málaga.
    El pueblo tuvo el único teatro de la comarca de la Axarquía, el Teatro Miguel de Cervantes, elegido por importantes compañías para sus contratos durante la temporada. Cuna de relevantes músicos, pintores y poetas, el más conocido de ellos es Eduardo Ocón Rivas, ilustre músico e hijo predilecto de la villa, cuya casa, cercana al monolito que se erige en su honor, es símbolo del talento y la memoria que el pueblo conserva de él.
    Para mitigar el hambre en los difíciles años posteriores a la Guerra Civil, los vecinos de Benamocarra eran conocidos como “tratantes”, dedicados a comprar y vender por los pueblos de la comarca cualquier cosa que cayera en sus manos.
    Ese espíritu emprendedor y el afán por rentabilizarlo todo ha hecho que al contrario de lo que ocurre en la mayor parte de los pueblos pequeños de la comarca no haya perdido población. Conjuga la tranquilidad rural con un desarrollo y crecimiento constantes. Benamocarra ha sabido subsistir y crecer adaptándose a los cambios estando siempre dedicada a la actividad agrícola, con cultivos propios de secano, cítricos y en la actualidad frutos tropicales, como el mando y el aguacate, que se comercializa a través de diferentes cooperativas que se encuentra en la zona.
    Leyendas
    Existe una leyenda de siglo y medio que narra cómo el regalo de un peregrino a una familia, un dibujo de Jesucristo en la pared en el que se reflejaba el rostro del peregrino, ha permanecido intacto a pesar de haber sido pintada la pared con cal.
    Además, a esta población no llegó el brote de cólera que azotó a otros pueblos de la comarca: al parecer, a principios del siglo XIX, se trasladó desde Torre del Mar un Cristo que tenía fama de milagroso para pasearlo en procesión. Se cuenta que purificó todas las viviendas, las cuales permanecieron con las puertas y ventanas abiertas a su paso. Los portadores del trono se iban dando cuenta de que, al llevar el trono hacia su lugar de origen, este se hacía pesado, mientras que si cambiaban de dirección hacia el pueblo, volvían a ser capaces de moverlo.

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