LIBERTAD | Filosofía - 28/12/2024

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  • Опубликовано: 9 янв 2025

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  • @damonoufire8156
    @damonoufire8156  12 дней назад

    La libertad. Qué tema tan complejo. Muy tratado ya por numerosísimos filósofos
    en la historia. No estoy muy informado de las diversas corrientes filosóficas y de
    quién dijo qué sobre la libertad, seguro que sería interesante aprender historia de
    la filosofía y admirar las ideas de otros (quizá rebatirlas). Por suerte, la filosofía se
    hace sin necesitar saber nada más, la filosofía es una especie de introspección, al
    menos la filosofía como la entiendo yo, como me gusta a mí. No hablo de la
    filosofía con el significado que en realidad le atribuye su etimología (amor por el
    saber), que desde luego eso está genial, sino que me refiero a filosofía como esa
    pasión que uno siente sobre algo. Me refiero, por ejemplo, a quedarse anonadado
    ante algo, plantearse porqué existimos, ese sentimiento, cuando se te eriza la piel
    por el asombro de una cuestión, ese tipo de filosofía es la que más me gusta: la
    que sale del corazón.
    Hace tiempo que no hago escritos o reflexiones filosóficas, pero a menudo hay
    oportunidades brillantes para pararse a pensar, a filosofar. La ética: ¿debería o no
    hacer esto? ¿Está bien o mal? ¿Qué es la moral? ¿Hay valores morales buenos y
    malos?
    La ética es un mundo absolutamente enorme, pero es que creo que involucra
    irremediablemente a la psicología. Uno puede preguntarse, por ejemplo en el
    amor, si una decisión es correcta o no, y muchas veces puede que la decisión sea
    correcta (si ponemos como base para que una decisión sea correcta que no te
    hace daño ni a ti ni a otra persona) y el único impedimento o duda para tomar esa
    decisión será una barrera psicológica, un miedo. Habrá ocasiones en que uno
    dude y atribuya su duda a no saber si su decisión es ética o no, pero en realidad
    creo que muchas veces el problema no es la ética (que no considero universal)
    sino la psicología de esa persona, su valor para tomar esa decisión, sus “cojones”
    hablando en plata y discúlpenme la expresión. La realidad es un constructo
    social, como no tengo base en psicología no puedo justificarles esto ni darles una
    fuente que lo respalde porque la desconozco, pero es conocido que la realidad es
    un constructo social, y digo esto para que tomemos conciencia de que muchas
    veces no es que una decisión esté absolutamente bien o mal, sino que estará bien
    o mal dependiendo de este constructo social variable. Matar a una hormiga, habrá
    grupos de personas a los que les parezca horrible y grupos de personas a los que
    no les importa en absoluto. Quizá no todo el mundo, pero me atrevería a asegurar
    que todo aquel que está leyendo este texto ha matado algún ser vivo en su vida,
    sobretodo de niño, o de adulto también, hormigas, mosquitos, cucarachas.
    Llegamos a convenios sociales que nos dicen qué se puede matar y qué no, y no
    suele haber una justificación para la diferencia, solo es un convenio, una
    construcción social. Al final, creo que esto es a lo que me refiero, la falta de
    confianza, de coraje para tomar ciertas decisiones, surge de la consideración por
    la construcción social. Alguien puede no tomar una decisión que no tiene porqué
    ser negativa solamente por la influencia de la sociedad en la conciencia del
    decisor. Uno no sale a la calle y grita, uno suele evitar llorar a plena luz del día
    aunque tenga ganas, y no se me ocurren motivos objetivos para no hacerlo, solo lo
    impide la consideración de las opiniones de los demás. ESO son los valores
    morales. En realidad hasta la última frase no se me había ocurrido del todo, pero
    sí, podemos hilar todos esos miedos a valores morales, valores con los que
    muchísimas veces ni nosotros mismos estamos de acuerdo y eso nos perjudica
    mentalmente porque no hacemos lo que queremos. Al final, defiendo, son los
    valores morales lo que nos limita, o nos guía no necesariamente a donde
    queremos llegar. Son estos valores morales los que nos impiden tomar ciertas
    decisiones porque no son aceptadas, tenemos interiorizado que no están bien, no
    son correctas.
    El constructo social a veces puede llegar a ser muy fuerte, como por ejemplo en
    tema de impuestos. Pero para hablar de esto voy a pedir al lector que se aleje por
    un momento completamente de cualquier concepción de cómo es o ha de ser la
    sociedad. Llegados a este punto podemos valorar que lo prioritario es la libertad.
    Entonces, los impuestos, aunque luego podamos justificar su necesidad, y su
    abuso, no dejan de ser una invención de la sociedad, que en este caso otorga
    mucho poder a ciertas personas y todos estamos acostumbrados a pagar porque
    “es lo que toca”. Y por ello me planteo, seguramente haya ciertas personas que
    nos “imponen” unos valores y costumbres simplemente porque les beneficia.
    Digo, en principio los impuestos nos beneficiarían a todos, pero no tiene sentido
    negar que la gestión de estas recaudaciones es absolutamente paupérrima. Le
    damos poder a unos pocos y no cumplen sus funciones adecuadamente, y creo
    que eso es innegable, aunque puede ser solamente mi percepción aseguraría que
    si alguien no ve las grandes lacras en la gestión de los recursos es o bien por mera
    ignorancia o por la misma sumada a un fanatismo por el gobernante de turno, o
    simplemente se beneficia de ello. Este sería un tema a investigar profundamente
    pero al parecer en España cada año se pierden unos 90 mil millones de euros por
    corrupción, muchísimo más que en países de la unión europea que recaudan
    más. Es decir, los valores solo nos convierten en algo que no queremos ser, la
    libertad y la ética creo que serían lo que nos llevaría a actuar de la forma que más
    nos beneficiaría a nosotros y a los demás. No puede ser que abuses de tu libertad
    para, por ejemplo, imponer a los demás impuestos u otras cosas y beneficiarte de
    ello, coartando su libertad mientras tú abusas de la tuya sin escrúpulos. La idea
    de la libertad es que no has de hacer nada que no quieras hacer, nada que te
    perjudique, pero no tienes que obligar a otra persona a hacer nada. Eso sería
    libertad. Si se consiguiese una libertad que podemos considerar ideal o utópica
    uno podría llorar sin vergüenza en la calle, no habría problema, no se pararía a
    pensar que no debe porque sería absurdo pensar que llorar en la calle está mal,
    porque no lo está, no se me ocurre justificación para esa afirmación si alguien se
    atreve a afirmarlo. Ni si quiera durante una misa está mal llorar o gritar, claro que sí
    hay que respetar a los demás y no te vas a poner a gritar para molestar, pero en el
    caso de llorar, no tienes tú que callarte solo porque debes respetar a un dios de
    existencia dudosa o a unas personas que creen que hay un señor invisible que
    creó el mundo en 7 días. No me meto en si dios existe o no, pero en realidad sí
    pienso que la religión no es más que un constructo social y no debe ser una
    prioridad sobre la libertad de absolutamente nadie. La libertad de nadie es
    prioritaria sobre la de nadie más, son igual de importantes, y si juntamos la
    libertad con valores de respeto y educación nadie tiene que ser pisoteado. La
    cuestión en la libertad ideal es que la cooperación y el respeto han de estar
    completamente integrados en todas las personas para evitar abusos de poder. La
    libertad, poder evitar hacer lo que uno no quiere hacer, poder hacer lo que uno
    quiere sin perjudicar a otro en la medida de lo posible (idealmente, en absoluto).