Sepultura de Jesús | La Última Semana de Jesús | Damián Aceto | Estudios Bíblicos 2024.

En esta oportunidad nos comparte la palabra, Damián Aceto.
La reflexión de hoy, nos lleva a pensar, en los acontecimientos que se llevaron a cabo, en el día de la Sepultura de Jesús.
Es en el Evangelio de Juan donde encontramos la reconstrucción más minuciosa de la sepultura de Jesús, lo cual es bastante inusual, ya que los cuerpos de los condenados generalmente eran dejados por los romanos en la cruz hasta que eran arrojados a una fosa común.
Pero Jesús recibió un trato diferente, José de Arimatea, usó su influencia para obtener el cuerpo y lo puso en una tumba que había comprado para sí mismo.
Tuvo que darse prisa porque pronto sería celebrada la Pascua judía, y los que hubieran estado en contacto con un cadáver, serían retenidos como impuros y no habrían podido celebrarla.
Por lo tanto, se hizo ayudar de Nicodemo que trajo una gran cantidad de aceites perfumados.
Nicodemo era un fariseo, que aparece sólo en el evangelio de Juan (Jn 3:1)
Fascinado por su figura, Nicodemo busca Jesús por la noche para no ser visto y le dice "Rabbí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede realizar las señales que tú realizas si Dios no está con él" (Jn 3:2).
Jesús le responde que para ser parte del reino de Dios hay que renacer de nuevo de lo alto:
"El que no nazca de lo alto no puede ver el Reino de Dios" (Jn 3:3).
Fue así que Nicodemo comprendió que "era necesario nacer de nuevo del agua y del Espíritu" (Jn 3:5) y por eso, cuando Jesús fue encarcelado lo defendió con vigor ante el Sanedrìn, recordando a los fariseos que la justicia daba a los acusados el derecho a ser escuchados antes de ser juzgados: "¿Acaso nuestra Ley permite juzgar a un hombre sin escucharlo antes para saber lo que hizo?" (Jn 7:50).
Por último, lo encontramos junto a José de Arimatea en el momento de la sepultura de Jesús. (Jn 19:39).
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