9 Julio 2024-Martes 14º Ordinario-Ciclo B-Mt 9, 32-38-La historia sigue repitiéndose.

Поделиться
HTML-код
  • Опубликовано: 30 сен 2024
  • EVANGELIO DEL MARTES 14º DEL TIEMPO ORDINARIO, 9 DE JULIO 2024-CICLO B- Mt 9, 32-38: «LA HISTORIA SIGUE REPITIÉNDOSE». La historia sigue repitiéndose. Jesús predicaba, curaba. Unos decían cosas buenas de Jesús y, otros, cosas totalmente extrañas y negativas. Un buen día, en un hogar, estaban los niños viendo televisión y las niñas con sus muñecas. La mamá les dijo: "Hijos, ¡a rezar!". Las niñas obedecieron a la mamá. Los niños continuaron viendo la TV. La mamá, entonces, va y apaga a los niños la TV. Uno de ellos dice: "Mamá, tú eres el demonio, no nos dejas ver lo que nos gusta". Eso un día. Pero otro día, uno de los niños rezaba delante de la Virgen, las niñas con sus cosas, y los demás niños viendo TV. La mamá dijo: "Hijos, ¡vamos a comer!". Todos vinieron, menos el niño que estaba rezando. La mamá dice a su hijo que rezaba: "¿Cómo ayer me dijiste que yo era el demonio, y ahora te quedas rezando? ¿Qué le pides a la Virgen? Respondió: "Que mañana pase mi examen". La mamá simplemente comentó: "¡Bueno, tú sigues siendo el santo, y nosotros los demonios!..." En fin, parece que los comentarios pueden ser muy diferentes, dependiendo de las circunstancias. Así pasó con Jesús en su tiempo. Lo juzgaron de una manera o de otra. Así sigue pasando hoy. Cada uno puede ver según su propio punto de vista.
    HOY COMO AYER SIGUE HABIENDO MUDOS. Cuando Jesús echa al demonio de aquel hombre, entonces se le quita lo mudo y empieza a hablar. Eso fue ayer. Pero hoy también hay mudos. Hay niños charlatanes que de repente se vuelven mudos. Hay esposos o esposas que se llevan muy bien, y de repente se vuelven mudos. Hay personas a quienes les haces una pregunta y se vuelven mudos. ¿Por qué? ¿Por qué las atrapas en una mentira?
    HOY COMO AYER TAMBIÉN HAY CHISME. El Evangelio nos dice que ayer había chisme y que, mientras Jesús expulsaba a los demonios, unos decían que actuaba el poder de Dios. Pero también había comentarios, diciendo que Jesús arrojaba a los demonios con el poder de los demonios. ¡Qué tonterías! Y eso era lo que se decía ayer. La historia no ha cambiado y hoy se sigue pasando lo mismo. Si yo empiezo a decir cosas, habrá quien diga: "Oye, ¡qué verdades tan buenas dice el padre y cómo nos ayuda!". Pero, otros dirán: "El padre se está volviendo loco, un poco fanático, medio tradicional, anticuado". Ayer y hoy sigue siendo lo mismo.
    JESÚS IBA A LO SUYO: RECORRIA CIUDADES, ENSEÑABA, PROCLAMABA, CURABA, Y SE COMPADECÍA. Jesús no se preocupa de los chismes. Más bien, recorría ciudades enseñando, proclamando, curando, y después dice el Evangelio: "Se compadecía". Jesús nos quiere recordar que, ayer como hoy, nos toca recorrer de un sitio para otro las ciudades, y en donde estemos no avergonzarnos de ser lo que somos. Cuando estamos en la iglesia podemos comportarnos bien, pero tenemos que ser igual, cuando salimos a la calle. "Si vas a recorrer las ciudades, te toca ser lo que Jesús era, y lo que quería ser". El mundo está como oveja sin pastor: sediento, hambriento... Y nos toca ser pastores, desde el Papa, el obispo y el cura para abajo. Todos tenemos que dar testimonio, para que la mentira, que siempre trata de posesionarse de la luz, no logre opacar la luz. Me encanta que Jesús, sobre todo, SE COMPADECÍA. Ésa es la palabra que retrata a Dios. Dios tenía miles de razones para venir al mundo: porque estábamos muy mal, nos veía perdidos... Podía solucionar el problema de otra forma. Y sin embargo, quiso venir de la forma en que podíamos tomar más conciencia de que nos ama, estando a nuestro lado, acompañándonos... Esto lo hizo ayer y lo sigue haciendo hoy, porque compadecerse es estar con, acompañando a... Jesús vino calladamente, nació calladamente, nos acompañó calladamente, llegó a la Cruz calladamente, cargó nuestros propios dolores y sufrimientos calladamente, porque sabía que esto nos iba a hacer más sensibles. Cuando vemos el amor real que Dios nos tiene, no nos podemos quedar callados, tranquilos. Y en esa lucha del amor de Dios, al final del Evangelio, nos dice: "Rueguen al Dueño de la mies, para que envíe obreros a su mies, que sepan seguir siendo como yo fui". Ayer Jesús fue así, hoy quiere seguir siendo así, a través de sus sacerdotes, a través de los papás. Por eso rueguen por los sacerdotes, rueguen por sus papás, que también son los guías de cada uno. Ayer como hoy, los sacerdotes, los papás son atacados. La historia se repite. Sigamos pidiendo al Señor que envíe obreros a su mies, y papás que sepan igualmente ser buenos guías de sus hijos. ¡Bendiciones mías y de Papá Dios! P. Salvador Gómez, L.C.

Комментарии •