2 Junio 2024-Corpus Christi-Mc 14, 12-16. 22-26-Ciclo B-El Milagro más grande del mundo.

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  • Опубликовано: 30 сен 2024
  • EVANGELIO DE LA SOLEMNIDAD DEL CORPUS CHRISTI, 2 DE JUNIO 2024-CICLO B: Mc 14, 12-16. 22-26: «EL MILAGRO MÁS GRANDE DEL MUNDO». Un título que también es el nombre de una canción. El milagro que quizá nos hemos acostumbrado a presenciar. No nos acostumbremos. Se habla de milagros por todos lados. En tiempos de San Luis, Rey de Francia, también sucedían milagros. El Rey estaba en su capilla y alguien fue a invitarlo a un lugar donde ocurrían apariciones, milagros. El respondió: “No tengo necesidad de ir a ver ninguna aparición. Aquí tengo el Rey de los reyes”.
    BUSCAMOS APARICIONES Y TENEMOS CADA DÍA A JESÚS. Podemos andar detrás de los milagros, querer milagros y no venimos, donde todos los días se aparece Jesús. Jesús es tan pequeño, y por ser pequeño en la hostia no lo vemos. Necesitamos hacernos pequeños, para poder ver y creer en Jesús-Eucaristía. Es la fe, y el corazón todavía más, que nos lleva a hacernos pequeños, a arrodillarnos ante Jesús, que en cada altar se hace presente, como el milagro que acontece todos los días en el mundo. ¿Por qué no nos arrodillamos? A lo mejor no queremos descubrir al Pequeñito, que siendo Grande se ha hecho Hombre y Pequeñito para ocultarse en un trocito de pan.
    LA EUCARISTÍA NO ES UN HOBBY SINO VIDA ETERNA. El pan no es algo vivo. El pan alimenta, sí, da vida. El Pan del Señor da vida por ser pan, y da Vida para siempre por ser Jesús. Pero, a veces, nos gusta “vivir light” porque no comulgamos. “Andamos light” si nuestra “misa es light”. Así parece que somos cuando no comulgamos. Jesús nos ofrece el Pan que da la Vida, Pan que es su cuerpo, su carne. Es necesario recuperar la misa y la comunión. Si vivimos la vida sin comer el Pan de la vida, ¿qué vida podemos tener? Somos como muertos ambulantes. Con nuestro ejemplo podemos matar lo más grande que hay en nuestros hijos: Su ilusión, esperanzas, la vida de Dios en ellos. Podemos matar la ilusión de nuestro matrimonio, nacida el día que nos casamos. No se puede resistir la vida que nos toca vivir, sin Dios. Dios se hizo pequeño en la Hostia, porque Dios es consciente de lo débiles que somos. Dios inventó quedarse en ese Trocito de pan para que nuestra vida sea una superación continua. Todo matrimonio, todo católico, que no se acerca a Dios en la Eucaristía, que no vive de la Eucaristía, no puede caminar seguro. Dios no se inventó la Eucaristía como hobby, porque es consciente que nadie es capaz de vivir la más sencilla vida, menos el matrimonio. No vale la pena casarse, cuando se camina sin Dios. No vale la pena vivir, cuando caminas sin Dios. Recuperemos la misa de cada domingo y la fe en la presencia de Dios en cada misa, para que luego se convierta en Presencia de Cristo en mí.
    SIN CRISTO NO AGUANTAS LA VIDA. Nadie es capaz de aguantar la vida. Aguantar no es cristiano ni humano. La vida no está hecha para aguantar sino para amar. El Señor está entre nosotros, no para aguantarnos, sino para amarnos. Recuerda la felicidad y alegría de tu niñez y de tu primera comunión. No te pierdas el banquetazo de la Eucaristía… No te arrutines viviendo la Eucaristía. CADA MISA APRENDE A DECIR: “Señor mío y Dios mío”, nacido de tu corazón. El corazón sabe ver más que lo que ven los ojos. Para poder ver a Cristo en la Eucaristía hace falta que ames. Terminemos pidiendo a Dios: “Quiero, Señor, comer el Pan que me da la vida para siempre. Hoy y para siempre. Hoy y para la eternidad. ¡Gracias, Dios mío, por el Gran Milagro de tu Amor para hacerte pequeñito! ¡Maravilla de tu Plan de salvación!” ¡Bendiciones mías y de Papá Dios! P. Salvador Gómez, L.C.

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