Comparsa Los Millonarios Popurrí

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  • Опубликовано: 10 сен 2024
  • POPURRIT
    Yo tenía, una vida llena
    llena de salud y placer;
    en vez de sangre, el dinero corría en mis venas,
    y en vez del suelo, el cielo colgaba a mis pies.
    Una mujer por delante,
    y cien amantes detrás.
    Una vida de oro y diamantes…
    pero nada -nada más…
    Pero una noche escuché que cantaba la luna
    una canción de las muchas que cantan aquí… (JA!)
    y comprendí que era esa la ansiada fortuna,
    que tanto y tanto soñaba tener para mí.
    Para vivir una farsa,
    me quedo con el Carnaval
    que cada año me da una comparsa
    pero nada, nada más…
    Y para qué quiero más;
    si con esto soy MILLONARIO!!!!!!
    Oh, tírala.
    A la basura, menos la ternura, tírala.
    Oh, tírala, la vida tuya, tírala.
    Tú que vienes a tirar, comida sin masticar,
    camisas sin abrochar, zapatos sin caminar,
    muñecas sin despeinar, trenes sin descarrilar,
    guitarras sin desangrar y libros sin empezar…
    Oh, tírala,
    A la basura, menos la ternura, tírala.
    Oh, tírala, la vida tuya, tírala
    Y guardas, en rincones, de tu casa la amargura,
    la moral, la compostura, una falsa educación,
    una ridícula cordura, una vieja religión,
    y todo eso que es auténtica basura,
    y que en el fondo de tu alma se te pudre y te supura,
    y hace que te caduque el corazón
    antes de que le den sepultura…
    Oh, tírala,
    A la basura, menos la ternura, tírala.
    Oh, tírala, la vida tuya, tírala
    Me enamoré de una mujer que era tan pública y plebeya
    que cada noche se peinaba con los rayos de la luna,
    y entre lo oscuro de sus trenzas amarraba una a una
    las más lejanas estrellas.
    Y era tan bella, tan vulgar, tan asesina y tan caliente,
    tan distinguida, tan urbana, tan delincuente y tan culpable,
    tan prostituta como yo, tan cínica y tan miserable
    que soportaba a la gente.
    Tenía historias para regalar, las que no caben en cien libros.
    Tenía la lluvia y la nevada como única agua de baño.
    Tenía una edad tan consagrada que sus eternos cumpleaños los celebraba por siglos.
    Olía a sangre y libertad al levantarse de la siesta.
    Sus huesos eran de alquitrán y sus pestañas de metales,
    y era tan pura que al llegar la noche de los carnavales, se disfrazaba de fiesta.
    Me enamoré hasta de las letras de su nombre,
    quizás usted ya sepa la mujer que digo.
    Quien se la cruza no la deja en el olvido,
    aunque haya sido de la mano de otro hombre.
    Con ella tengo el mundo entero en un detalle.
    Por ella, amor y todo lo he dejado
    permitan que se la presente, y encantado:
    La calle!
    Esto no es más una farsa, un cuento de carnaval.
    Ojalá fuera yo millonario y pudiera escoger libremente a la luna por lámpara única para mi casa.
    Ojalá mis paredes tuvieran
    en el techo millones de estrellas
    Ojalá que esto no se muriera
    cuando acabara nuestra comparsa.
    Pero como tanta gente de este maldito país
    estoy viendo que los millonarios
    son más millonarios y que yo por vecina
    tengo a la ruina en la puerta de enfrente.
    Y llegado el momento presente
    a la gente ya más no le queda:
    O este pueblo enseña los dientes
    o esta farsa será verdadera.
    Ya no hay nada más que decir,
    solo me que queda irme a mi manera;
    y como no tengo a nadie que me quiera,
    po no me pienso despedir…

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