Hay muchas cosas que podría contar acerca de Carlovich. Pero, como mendocino que soy, afincado desde siempre a esta tierra, sólo podría atestiguar una fracción de ellas. Las otras que son acreditables para mí, provienen de personas consagradas del ambiente deportivo, periodístico, e hinchas neutrales y, por tanto, mínimamente sospechados de parcialidad. Todo esto lo digo anticipando mi propia conclusión: con el Trinche hay muy pocas probabilidades de incurrir en exageraciones hiperbólicas. En primer lugar, expongo lo que considero un testimonio de primera mano, por dos motivos: porque lo presencié, y por el rival que lo sufrió. Julio de 1979, se presenta el Milan, Campeón de Italia, a jugar el último partido de su gira sudamericana, de la que venía invicto. El anfitrión era Talleres de mi provincia Mendoza. Un equipo que ni siquiera era de temer en el fútbol local, pero que para la ocasión fue reforzado con algunos elementos de otros clubes del medio. Carlovich era uno de estos. Como era previsible, en el 1° tiempo el Milan regulaba a placer, y ganaba 2 a 1 si mal no recuerdo, haciéndole precio a Talleres. En el 2° tiempo ingresa Carlovich...¿por qué estaba entre los relevos? es la pregunta. Porque, enfermedad incurable del Trinche...llegó tarde. Como sea, ingresa al campo de juego, y revierte él sólo el trámite del partido. Literalmente, los volvió locos a los jugadores del calcio. Su juego desfachatado, absolutamente deshinibido (era la antítesis de lo que fue él mismo en su vida social: modestísimo en máximo grado, humilde, escurridizo, reservado por demás, antidivo), desconcertó a los europeos que, (si se me permite la licencia ya que no puedo asegurar esto que voy a decir, pero lo creo como al padrenuestro), en sus vidas, ni antes ni después se comieron tantos "caños" y todos en un solo partido y por obra de un solo jugador. No sólo eso. Más importante para el trámite, de su zurda mágica salieron las dos jugadas que devinieron en el empate primero (dejó mano a mano al delantero frente al gran Albertosi) y en el tercer gol que, a la postre, selló el encuentro: tras maniobrar entre 4 defensores los gambeteó y justo al borde del área es derribado. Tiro libre y 3 a 2 con lo que se concluiría el encuentro. El año pasado estuve con el Trinche, y contó pormenores de ese partido. Dijo que un rival le increpó airadamente, luego de que sufriera un enésimo caño: "estas cosas las hacés acá, pero allá no..." (quería decir, en Europa) a lo que el Trinche respondió: "¿y dónde estás jugando vos?" También contó que cuando fue a buscar una pelota cerca del banderín del corner un defensor de ellos se le tiró al suelo con los pies hacia delante. El Trinche paró la pelota y el hombre pasó de largo hacia la fosa que rodea la cancha. En fin, lo cierto es que el Milan acabó con dos hombres menos por responder con juego brusco las insufribles sutilezas de un jugador que en sus vidas superprofesionales no habrían visto su par. Hasta aquí mi testimonio directo, refrescado con datos del mismo Trinche. Podría decir algo más de los testimonios ajenos, tan ciertos como el mío, por ser testigos presenciales. 1°) Gambeteaba como ninguno, "en una baldosa". No necesitaba grandes ni ampulosos movimientos para esta maniobra. 2°) Dominio absoluto del balón, le llegara la pelota como le llegara, cuando entraba en contacto con ella era "pelota dominada". 3°) Era imposible sacarle la pelota. En esto se asemejaba a Riquelme. 4°) Aseguran quienes de cerca han seguido la trayectoria del Trinche que, si se hubiesen compilado estadísticas al respecto, seguramente habría establecido algún record internacional en materia de asistencias y en cuanto al tiempo de posesión de la pelota sin que se la pudieran arrebatar. Baste esta perla como ejemplo. Norberto Sánchez, su último entrenador en Central Córdoba, consigna que una vez se llevó la pelota hasta el banderín del corner, y ahí la tuvo hasta el final del partido, 7 minutos de corrido. "Cosa de no creer..." 5°) La entregaba con inusitada precisión, al pie del compañero. Son proverbiales sus pases gol, incluso de 30 y 40 metros. 6°) Es muy recordada por sus compañeros de equipo una hazaña singular: llovía y era imposible jugar la pelota. ¿Qué hizo Carlovich? Pues la jugó de aire y de taco todo el partido, sin dejarla caer al campo anegado. 7°) Cabeceaba estupendamente, aprovechando su elevada estatura. 8°) "Mataba" la pelota con el pecho (o con cualquier parte del cuerpo) con infinita calidad. Estas y otras maniobras suscitaron el dicho de que "Carlovich iba contra las leyes de la gravedad". 9°) Era un eximio ejecutante de pelota parada: tiros libres y penales eran ejecutados con precisión y arte. Los penales los hacía sin tomar carrera. 10°) Tenía además un tiro potentísimo cuando hacía falta ese recurso. 11°) Hubo una jugada que nadie más hizo, y de la que poco o nada se ha hablado: TRANSPORTABA la pelota con el taco, no sólo la bajaba, la TRANSPORTABA sin dejarla caer. 12°) Y la más famosa de sus jugadas: el CAÑO DE IDA Y VUELTA del que mucho se ha dicho. Le hacía un caño a su marcador y, sin soltar la pelota y antes de que el rival se repusiera de la humillación repetía la maniobra cumbre contra su víctima. Aquí en Mendoza es recordado uno que hizo en cancha de Talleres con el añadido de que el segundo caño fue de taco... 13°) Otra especialidad: los sombreros hechos a medida (pasaban rozando la cabeza del rival) y los dobles sombreros. Se dice que en el famoso partido contra la selección argentina su primera acción fue justamente un doble sombrero a Miguel Ángel Brindisi (para muchos, el mejor 8 de la historia del fútbol argentino). 14°) Anticipó tres décadas a Ronaldinho con eso de mirar a la derecha para dar el pase a la izquierda y viceversa. Obberti recuerda esa maniobra con sombrero incluido. "Tenía ojos en la nuca" es la conclusión. 15°) Parecía no haber situación, por comprometida que fuese, para la que no tuviera una solución inesperada, singular. Por ejemplo, rodeado por varios marcadores, podía salir, sólo él sabría cómo, gambeteando, con un tacazo inesperado o tumbando al adversario pero siempre con la pelota limpia; Griguol no pudo descifrar este entripado jamás: decía que era inmarcable porque desaparecía por cualquier lado siempre con pelota dominada; o cuando, desde una posición imposible, fabricaba una asistencia de gol... con la espalda, algo que le vimos décadas posteriores a Dinho nuevamente; o cuando decidía pasar a una línea de marcadores con una bicicleta en autopase. 16°) No abjuraba del fútbol espectáculo-diversión, y a menudo la elegancia de las soluciones que hallaba lindaban con el arte más que con lo estrictamente agonístico. Sólo un par de ejemplos: payaneaba la pelota y la equilibraba sobre su cabeza, ante la marca de los adversarios, autosombrero incluido, y haciendo pasar de largo a sus marcadores. Y otra hazaña inédita referida por Luis Sullivan: una vez, rodeado de marcadores contra el banderín del corner salió del asedio con una proeza malabarística. La levantó de un tacazo y se la llevó sobre el hombro.17°) Era un maestro de la pisada. Víctor Legrotaglie dijo que era tal su técnica que no le hacía falta ni correr: según el Maestro, fue el mejor jugador que vio en su vida. Y el Víctor jugó contra los mejores, Pelé incluido. "Mumo" Orsi, una gloria de la Juventus y Campeón del Mundo con Italia, no refrenaba su entusiasmo a la hora de referirse al Rey Carlovich: "es un espectáculo, un verdadero espectáculo..." repetía como un mantra. Y el mismo Griguol afirmó que lo mejor que vio en una cancha de fútbol se lo vio hacer al Trinche. 18°) Era además valiente, no arrugaba jamás, ante nadie; por eso se mostraba y la pedía siempre... Todo esto parece exagerado, pero es historia documentada, no por videos desgraciadamente, pero documentada al fin. Ocurre que no sólo era este dechado de virtudes, también tenía sus defectos y bemoles, por ejemplo: 1°) era bastante irresponsable, en el sentido de que llevó a colisionar la "moral de potrero" con el ámbito profesional. Él jugaba cuando "sentía" que debía hacerlo y como le saliera, más allá de lo que le dijesen sus entrenadores. 2°) Su displicencia episódica fue su mayor enemiga. Más que su rebeldía táctica. Porque si estaba inspirado, ésa era la mejor táctica imaginable, imposible de neutralizar. 3°) Algunos le achacan "lentitud" de movimientos. No es del todo exacto eso. El Trinche no corría demasiado SIN la pelota. Con ella, corría cuando tenía que hacerlo y la administraba de la mejor manera de acuerdo a sus características: no era un velocista. "La que tiene que correr es la pelota" y " nunca vi a nadie que le ganara a la pelota", solía reiterar como leitmotiv recurrente que ilustrara su filosofía de juego. 4°) No era pendenciero y respetaba al rival si era respetado. Pero no perdonaba una si se la hacían. Mañas por las que a menudo veía la roja y se iba antes de tiempo a los vestuarios. 5°) Le escapaba todo lo que podía al entrenamiento físico. Para él, era indigerible el ejercicio sin la pelota; su ejercicio era el juego mismo. En Mendoza, según una infidencia revelada por su amigo el "Gato" Garin, al tiempo que le disparaba saltuariamente a estas sesiones, se prendía en algún que otro picado callejero con los pibes de la zona. Una vertiente más de que se trataba de una versión, y de las más tozudas, del prototípico jugador de potrero, con breves escalas en las estaciones del profesionalismo, y con el cual nunca se avino seriamente. En fin, amigos, espero haber dado una semblanza, pálida e incompleta, pero honesta, del jugador, del hombre que se nos ha adelantado en el camino hacia la Eternidad.
Lo vi con sus 43 años en el año 1988 y puedo decir que tenia un guante de seda en sus botines, una destreza unica para "atraer" la pelota a sus pies, un a velocidad mental propia de los genios como Albert Einstein con la diferencia de genialidad para pensar rapido en la creacion de juego, la precision para colocar un pase de 30 metros es algo que creo, nunca se vio en ningun otro futbolista y la elegancia de una "gacela" para trasladarse por el campo de futbol...un tipo que me lleno los ojos de alegria ...viva el futbol carajo!!
Por talento natural, no hay como el Rey Carlovich. Después se podrá ponderar la carrera, la trayectoria futbolística y allí estaremos hablando de otra cosa. Yo, que tuve el privilegio divino de verlo jugar - contra el Milan supercampeón, por si acaso - aseguro sin resquicio de duda que no he visto jugador técnicamente mejor que Tomás Carlovich. Y los jugadores del Milan de ese partido estarán de acuerdo con este juicio.
@@victorsanchoferrer7174 Hola Víctor. Sí, voy a copiar el testimonio que ya publiqué en otros sitios. Acá va: Hay muchas cosas que podría contar acerca de Carlovich. Pero, como mendocino que soy, sólo podría atestiguar una fracción de ellas. Las otras que son acreditables para mí, provienen de personas consagradas del ambiente deportivo, periodístico, e hinchas neutrales y, por tanto, mínimamente sospechados de parcialidad. Todo esto lo digo anticipando mi propia conclusión: con el Trinche hay muy pocas probabilidades de incurrir en exageraciones hiperbólicas. En primer lugar, expongo lo que considero un testimonio de primera mano, por dos motivos: porque lo presencié, y por el rival que lo sufrió. Julio de 1979, se presenta el Milan de Italia a jugar el último partido de su gira sudamericana, de la que venía invicto. El anfitrión era Talleres de mi provincia Mendoza. Un equipo que ni siquiera era de temer en el fútbol local, pero que para la ocasión fue reforzado con algunos elementos de otros clubes del medio. Carlovich era uno de estos. Como era previsible, en el 1° tiempo el Milan regulaba a placer, y ganaba 2 a 1 si mal no recuerdo, haciéndole precio a Talleres. En el 2° tiempo ingresa Carlovich...¿por qué estaba entre los relevos? es la pregunta. Porque, enfermedad incurable del Trinche...llegó tarde. Como sea, ingresa al campo de juego, y revierte él sólo el trámite del partido. Literalmente, los volvió locos a los jugadores del calcio. Su juego desfachatado, absolutamente deshinibido (era la antítesis de lo que fue él mismo en su vida social: modestísimo en máximo grado, humilde, escurridizo, reservado por demás, antidivo), desconcertó a los europeos que, (si se me permite la licencia ya que no puedo asegurar esto que voy a decir, pero lo creo como al padrenuestro), en sus vidas, ni antes ni después se comieron tantos "caños" y todos en un solo partido y por obra de un solo jugador. No sólo eso. Más importante para el trámite, de su zurda mágica salieron las dos jugadas que devinieron en el empate primero (dejó mano a mano al delantero frente al gran Albertosi) y en el tercer gol que selló el encuentro: tras maniobrar entre 4 defensores los gambeteó y justo al borde del área es derribado. Tiro libre y 3 a 2 con lo que se concluiría el partido. El año pasado estuve con el Trinche, y contó pormenores de ese partido. Dijo que un rival le increpó airadamente, luego de que sufriera un enésimo caño: "estas cosas las haces acá, pero allá no..." (quería decir, en Europa) a lo que el Trinche respondió: "¿y dónde estás jugando vos?" También contó que cuando fue a buscar una pelota cerca del banderín del corner un defensor de ellos se le tiró al suelo con los pies hacia delante. El Trinche lo esquivó y el hombre pasó de largo hacia la fosa que rodea la cancha.. En fin, lo cierto es que el Milan acabó con dos hombres menos por responder con juego brusco las insufribles sutilezas de un jugador que en sus vidas superprofesionales no habrían visto su par. Hasta aquí mi testimonio directo, refrescado con datos del mismo Trinche. Si querés ver el comentario completo visitá por ejemplo: ruclips.net/video/JS9MWa4oW9w/видео.html&lc=UgzV1eOwC3aFIIIZZeJ4AaABAg.98QR_fzox4T98bQWZZsewS
@@sandrodel-vitto951 Y hay que tener en cuenta que ahí el Trinche ya tenía 33 años, los mismos con los que Maradona fue al Mundial de Estados Unidos. Es una lástima que ese partido no lo grabara ninguna televisión. A ver si aparece algún registro de vídeo de Carlovich en su trayectoria por Mendoza.
@@victorsanchoferrer7174 Tenés razón. El Trinche ya había cursado su época de esplendor, sobre todo en su período de la Lepra mendocina, 3 y 4 años antes de ese partido. Entonces jugaba en el cruzado Maipú. Pero lo que quedaba era mucho, demasiado diría para cualquier jugador, de la latitud que querás, si el Trinche se motivaba. Y eso fue lo que sucedió, y de qué manera...
Un maestro una humildad que te jura te emociona y eso que soy de la provincia de Córdoba..como me hubiese gustado conocerlo y saludarlo con un apretón de manos...que me contagiara su magia como persona... Que viva el Trinche por siempre...
pienso que pudo haber jugado actualmente, esta el caso de Riquelme que se retiro no hace mucho, no era un jugador veloz y sin embargo sabia caminar la cancha, le pegaba muy bien a la pelota, manejaba los tiempos, fue figura en el futbol actual
Hay muchas cosas que podría contar acerca de Carlovich. Pero, como mendocino que soy, afincado desde siempre a esta tierra, sólo podría atestiguar una fracción de ellas. Las otras que son acreditables para mí, provienen de personas consagradas del ambiente deportivo, periodístico, e hinchas neutrales y, por tanto, mínimamente sospechados de parcialidad. Todo esto lo digo anticipando mi propia conclusión: con el Trinche hay muy pocas probabilidades de incurrir en exageraciones hiperbólicas. En primer lugar, expongo lo que considero un testimonio de primera mano, por dos motivos: porque lo presencié, y por el rival que lo sufrió. Julio de 1979, se presenta el Milan, Campeón de Italia, a jugar el último partido de su gira sudamericana, de la que venía invicto. El anfitrión era Talleres de mi provincia Mendoza. Un equipo que ni siquiera era de temer en el fútbol local, pero que para la ocasión fue reforzado con algunos elementos de otros clubes del medio. Carlovich era uno de estos. Como era previsible, en el 1° tiempo el Milan regulaba a placer, y ganaba 2 a 1 si mal no recuerdo, haciéndole precio a Talleres. En el 2° tiempo ingresa Carlovich...¿por qué estaba entre los relevos? es la pregunta. Porque, enfermedad incurable del Trinche...llegó tarde. Como sea, ingresa al campo de juego, y revierte él sólo el trámite del partido. Literalmente, los volvió locos a los jugadores del calcio. Su juego desfachatado, absolutamente deshinibido (era la antítesis de lo que fue él mismo en su vida social: modestísimo en máximo grado, humilde, escurridizo, reservado por demás, antidivo), desconcertó a los europeos que, (si se me permite la licencia ya que no puedo asegurar esto que voy a decir, pero lo creo como al padrenuestro), en sus vidas, ni antes ni después se comieron tantos "caños" y todos en un solo partido y por obra de un solo jugador. No sólo eso. Más importante para el trámite, de su zurda mágica salieron las dos jugadas que devinieron en el empate primero (dejó mano a mano al delantero frente al gran Albertosi) y en el tercer gol que, a la postre, selló el encuentro: tras maniobrar entre 4 defensores los gambeteó y justo al borde del área es derribado. Tiro libre y 3 a 2 con lo que se concluiría el encuentro. El año pasado estuve con el Trinche, y contó pormenores de ese partido. Dijo que un rival le increpó airadamente, luego de que sufriera un enésimo caño: "estas cosas las hacés acá, pero allá no..." (quería decir, en Europa) a lo que el Trinche respondió: "¿y dónde estás jugando vos?" También contó que cuando fue a buscar una pelota cerca del banderín del corner un defensor de ellos se le tiró al suelo con los pies hacia delante. El Trinche paró la pelota y el hombre pasó de largo hacia la fosa que rodea la cancha. En fin, lo cierto es que el Milan acabó con dos hombres menos por responder con juego brusco las insufribles sutilezas de un jugador que en sus vidas superprofesionales no habrían visto su par. Hasta aquí mi testimonio directo, refrescado con datos del mismo Trinche. Podría decir algo más de los testimonios ajenos, tan ciertos como el mío, por ser testigos presenciales. 1°) Gambeteaba como ninguno, "en una baldosa". No necesitaba grandes ni ampulosos movimientos para esta maniobra. 2°) Dominio absoluto del balón, le llegara la pelota como le llegara, cuando entraba en contacto con ella era "pelota dominada". 3°) Era imposible sacarle la pelota. En esto se asemejaba a Riquelme. 4°) Aseguran quienes de cerca han seguido la trayectoria del Trinche que, si se hubiesen compilado estadísticas al respecto, seguramente habría establecido algún record internacional en materia de asistencias y en cuanto al tiempo de posesión de la pelota sin que se la pudieran arrebatar. Baste esta perla como ejemplo. Norberto Sánchez, su último entrenador en Central Córdoba, consigna que una vez se llevó la pelota hasta el banderín del corner, y ahí la tuvo hasta el final del partido, 7 minutos de corrido. "Cosa de no creer..." 5°) La entregaba con inusitada precisión, al pie del compañero. Son proverbiales sus pases gol, incluso de 30 y 40 metros. 6°) Es muy recordada por sus compañeros de equipo una hazaña singular: llovía y era imposible jugar la pelota. ¿Qué hizo Carlovich? Pues la jugó de aire y de taco todo el partido, sin dejarla caer al campo anegado. 7°) Cabeceaba estupendamente, aprovechando su elevada estatura. 8°) "Mataba" la pelota con el pecho (o con cualquier parte del cuerpo) con infinita calidad. Estas y otras maniobras suscitaron el dicho de que "Carlovich iba contra las leyes de la gravedad". 9°) Era un eximio ejecutante de pelota parada: tiros libres y penales eran ejecutados con precisión y arte. Los penales los hacía sin tomar carrera. 10°) Tenía además un tiro potentísimo cuando hacía falta ese recurso. 11°) Hubo una jugada que nadie más hizo, y de la que poco o nada se ha hablado: TRANSPORTABA la pelota con el taco, no sólo la bajaba, la TRANSPORTABA sin dejarla caer. 12°) Y la más famosa de sus jugadas: el CAÑO DE IDA Y VUELTA del que mucho se ha dicho. Le hacía un caño a su marcador y, sin soltar la pelota y antes de que el rival se repusiera de la humillación repetía la maniobra cumbre contra su víctima. Aquí en Mendoza es recordado uno que hizo en cancha de Talleres con el añadido de que el segundo caño fue de taco... 13°) Otra especialidad: los sombreros hechos a medida (pasaban rozando la cabeza del rival) y los dobles sombreros. Se dice que en el famoso partido contra la selección argentina su primera acción fue justamente un doble sombrero a Miguel Ángel Brindisi (para muchos, el mejor 8 de la historia del fútbol argentino). 14°) Anticipó tres décadas a Ronaldinho con eso de mirar a la derecha para dar el pase a la izquierda y viceversa. Obberti recuerda esa maniobra con sombrero incluido. "Tenía ojos en la nuca" es la conclusión. 15°) Parecía no haber situación, por comprometida que fuese, para la que no tuviera una solución inesperada, singular. Por ejemplo, rodeado por varios marcadores, podía salir, sólo él sabría cómo, gambeteando, con un tacazo inesperado o tumbando al adversario pero siempre con la pelota limpia; Griguol no pudo descifrar este entripado jamás: decía que era inmarcable porque desaparecía por cualquier lado siempre con pelota dominada; o cuando, desde una posición imposible, fabricaba una asistencia de gol... con la espalda, algo que le vimos décadas posteriores a Dinho nuevamente; o cuando decidía pasar a una línea de marcadores con una bicicleta en autopase. 16°) No abjuraba del fútbol espectáculo-diversión, y a menudo la elegancia de las soluciones que hallaba lindaban con el arte más que con lo estrictamente agonístico. Sólo un par de ejemplos: payaneaba la pelota y la equilibraba sobre su cabeza, ante la marca de los adversarios, autosombrero incluido, y haciendo pasar de largo a sus marcadores. Y otra hazaña inédita referida por Luis Sullivan: una vez, rodeado de marcadores contra el banderín del corner salió del asedio con una proeza malabarística. La levantó de un tacazo y se la llevó sobre el hombro.17°) Era un maestro de la pisada. Víctor Legrotaglie dijo que era tal su técnica que no le hacía falta ni correr: según el Maestro, fue el mejor jugador que vio en su vida. Y el Víctor jugó contra los mejores, Pelé incluido. "Mumo" Orsi, una gloria de la Juventus y Campeón del Mundo con Italia, no refrenaba su entusiasmo a la hora de referirse al Rey Carlovich: "es un espectáculo, un verdadero espectáculo..." repetía como un mantra. Y el mismo Griguol afirmó que lo mejor que vio en una cancha de fútbol se lo vio hacer al Trinche. 18°) Era además valiente, no arrugaba jamás, ante nadie; por eso se mostraba y la pedía siempre... Todo esto parece exagerado, pero es historia documentada, no por videos desgraciadamente, pero documentada al fin. Ocurre que no sólo era este dechado de virtudes, también tenía sus defectos y bemoles, por ejemplo: 1°) era bastante irresponsable, en el sentido de que llevó a colisionar la "moral de potrero" con el ámbito profesional. Él jugaba cuando "sentía" que debía hacerlo y como le saliera, más allá de lo que le dijesen sus entrenadores. 2°) Su displicencia episódica fue su mayor enemiga. Más que su rebeldía táctica. Porque si estaba inspirado, ésa era la mejor táctica imaginable, imposible de neutralizar. 3°) Algunos le achacan "lentitud" de movimientos. No es del todo exacto eso. El Trinche no corría demasiado SIN la pelota. Con ella, corría cuando tenía que hacerlo y la administraba de la mejor manera de acuerdo a sus características: no era un velocista. "La que tiene que correr es la pelota" y " nunca vi a nadie que le ganara a la pelota", solía reiterar como leitmotiv recurrente que ilustrara su filosofía de juego. 4°) No era pendenciero y respetaba al rival si era respetado. Pero no perdonaba una si se la hacían. Mañas por las que a menudo veía la roja y se iba antes de tiempo a los vestuarios. 5°) Le escapaba todo lo que podía al entrenamiento físico. Para él, era indigerible el ejercicio sin la pelota; su ejercicio era el juego mismo. En Mendoza, según una infidencia revelada por su amigo el "Gato" Garin, al tiempo que le disparaba saltuariamente a estas sesiones, se prendía en algún que otro picado callejero con los pibes de la zona. Una vertiente más de que se trataba de una versión, y de las más tozudas, del prototípico jugador de potrero, con breves escalas en las estaciones del profesionalismo, y con el cual nunca se avino seriamente. En fin, amigos, espero haber dado una semblanza, pálida e incompleta, pero honesta, del jugador, del hombre que se nos ha adelantado en el camino hacia la Eternidad.
muy buen compilado de historias y observaciones!
Lo vi con sus 43 años en el año 1988 y puedo decir que tenia un guante de seda en sus botines, una destreza unica para "atraer" la pelota a sus pies, un a velocidad mental propia de los genios como Albert Einstein con la diferencia de genialidad para pensar rapido en la creacion de juego, la precision para colocar un pase de 30 metros es algo que creo, nunca se vio en ningun otro futbolista y la elegancia de una "gacela" para trasladarse por el campo de futbol...un tipo que me lleno los ojos de alegria ...viva el futbol carajo!!
Por talento natural, no hay como el Rey Carlovich. Después se podrá ponderar la carrera, la trayectoria futbolística y allí estaremos hablando de otra cosa. Yo, que tuve el privilegio divino de verlo jugar - contra el Milan supercampeón, por si acaso - aseguro sin resquicio de duda que no he visto jugador técnicamente mejor que Tomás Carlovich. Y los jugadores del Milan de ese partido estarán de acuerdo con este juicio.
Podrías hablarnos de ese partido del 79? Qué detalles recuerdas? Alguna jugada en especial?
@@victorsanchoferrer7174 Hola Víctor. Sí, voy a copiar el testimonio que ya publiqué en otros sitios. Acá va: Hay muchas cosas que podría contar acerca de Carlovich. Pero, como mendocino que soy, sólo podría atestiguar una fracción de ellas. Las otras que son acreditables para mí, provienen de personas consagradas del ambiente deportivo, periodístico, e hinchas neutrales y, por tanto, mínimamente sospechados de parcialidad. Todo esto lo digo anticipando mi propia conclusión: con el Trinche hay muy pocas probabilidades de incurrir en exageraciones hiperbólicas. En primer lugar, expongo lo que considero un testimonio de primera mano, por dos motivos: porque lo presencié, y por el rival que lo sufrió. Julio de 1979, se presenta el Milan de Italia a jugar el último partido de su gira sudamericana, de la que venía invicto. El anfitrión era Talleres de mi provincia Mendoza. Un equipo que ni siquiera era de temer en el fútbol local, pero que para la ocasión fue reforzado con algunos elementos de otros clubes del medio. Carlovich era uno de estos. Como era previsible, en el 1° tiempo el Milan regulaba a placer, y ganaba 2 a 1 si mal no recuerdo, haciéndole precio a Talleres. En el 2° tiempo ingresa Carlovich...¿por qué estaba entre los relevos? es la pregunta. Porque, enfermedad incurable del Trinche...llegó tarde. Como sea, ingresa al campo de juego, y revierte él sólo el trámite del partido. Literalmente, los volvió locos a los jugadores del calcio. Su juego desfachatado, absolutamente deshinibido (era la antítesis de lo que fue él mismo en su vida social: modestísimo en máximo grado, humilde, escurridizo, reservado por demás, antidivo), desconcertó a los europeos que, (si se me permite la licencia ya que no puedo asegurar esto que voy a decir, pero lo creo como al padrenuestro), en sus vidas, ni antes ni después se comieron tantos "caños" y todos en un solo partido y por obra de un solo jugador. No sólo eso. Más importante para el trámite, de su zurda mágica salieron las dos jugadas que devinieron en el empate primero (dejó mano a mano al delantero frente al gran Albertosi) y en el tercer gol que selló el encuentro: tras maniobrar entre 4 defensores los gambeteó y justo al borde del área es derribado. Tiro libre y 3 a 2 con lo que se concluiría el partido. El año pasado estuve con el Trinche, y contó pormenores de ese partido. Dijo que un rival le increpó airadamente, luego de que sufriera un enésimo caño: "estas cosas las haces acá, pero allá no..." (quería decir, en Europa) a lo que el Trinche respondió: "¿y dónde estás jugando vos?" También contó que cuando fue a buscar una pelota cerca del banderín del corner un defensor de ellos se le tiró al suelo con los pies hacia delante. El Trinche lo esquivó y el hombre pasó de largo hacia la fosa que rodea la cancha.. En fin, lo cierto es que el Milan acabó con dos hombres menos por responder con juego brusco las insufribles sutilezas de un jugador que en sus vidas superprofesionales no habrían visto su par. Hasta aquí mi testimonio directo, refrescado con datos del mismo Trinche. Si querés ver el comentario completo visitá por ejemplo: ruclips.net/video/JS9MWa4oW9w/видео.html&lc=UgzV1eOwC3aFIIIZZeJ4AaABAg.98QR_fzox4T98bQWZZsewS
@@sandrodel-vitto951 Y hay que tener en cuenta que ahí el Trinche ya tenía 33 años, los mismos con los que Maradona fue al Mundial de Estados Unidos. Es una lástima que ese partido no lo grabara ninguna televisión. A ver si aparece algún registro de vídeo de Carlovich en su trayectoria por Mendoza.
@@victorsanchoferrer7174 Tenés razón. El Trinche ya había cursado su época de esplendor, sobre todo en su período de la Lepra mendocina, 3 y 4 años antes de ese partido. Entonces jugaba en el cruzado Maipú. Pero lo que quedaba era mucho, demasiado diría para cualquier jugador, de la latitud que querás, si el Trinche se motivaba. Y eso fue lo que sucedió, y de qué manera...
@@sandrodel-vitto951 gracias por ese testimonio!
Un maestro una humildad que te jura te emociona y eso que soy de la provincia de Córdoba..como me hubiese gustado conocerlo y saludarlo con un apretón de manos...que me contagiara su magia como persona... Que viva el Trinche por siempre...
pienso que pudo haber jugado actualmente, esta el caso de Riquelme que se retiro no hace mucho, no era un jugador veloz y sin embargo sabia caminar la cancha, le pegaba muy bien a la pelota, manejaba los tiempos, fue figura en el futbol actual
EL CROATO CARLOVICH. 🇭🇷💪
,se ve que este hombre. Tenía esa habilidad. Natural nacer con la pelota como se dice popularmente
Nunca lo vi pero vi este video con la edad gue tenía se ve gue era un maestro tenia un guante en la zurda
Qizas se podria compararlo con willinton
Quizas haya sido su juego al de Daniel Willinton
Onesimo sanchez