Conoces mi corazón

Dios, en su infinita misericordia, se hace presente en nuestras vidas para aliviarnos en medio de las dificultades, cuando el dolor y la tristeza parecen desbordarnos. En esos momentos de sufrimiento, Él no nos abandona, sino que nos invita a acercarnos a Él, a descansar en su amor y en su promesa de consuelo. La confianza en Dios es clave para experimentar este alivio. Confiar no significa que no habrá pruebas, sino que, incluso en ellas, Él estará con nosotros, dándonos fuerza para seguir adelante. Su amor es un refugio seguro donde podemos encontrar paz en medio de la tormenta. Al poner nuestra fe en Él, reconocemos que su voluntad es siempre buena, aunque no siempre entendamos los caminos que Él traza para nosotros.
Dios, con su gracia, transforma nuestro dolor en esperanza, nuestra angustia en confianza. En su abrazo, nuestras heridas sanan, y aunque el dolor no desaparezca por completo, aprendemos a cargarlo con una nueva perspectiva, sabiendo que Él nunca nos dejará solos.